El principal agravante de que las matanzas y tiroteos sigan ocurriendo en Estados Unidos se debe al fácil acceso a las armas, especialmente por parte de personas que no deberían tener la accesibilidad a ellas, indicó el doctor Diego E. Zavala Zegarra, profesor de La Escuela de Medicina de Ponce Health Sciences University y quien dirige el Sistema de Notificación de Muertes Violentas en Puerto Rico.
El más reciente de estos incidentes ocurrió el martes cuando el joven Salvador Ramos irrumpió con un rifle automático en la escuela primaria Robb en el pueblo de Uvalde, Texas, matando a 19 niños de cuarto grado y a sus dos maestras.
“Este muchacho acababa de cumplir 18 años y ya podía comprar un arma. Interesantemente en Texas tienes que tener 21 años para poder beber en un bar, pero con 18 para comprar un arma”, explicó sobre lo ocurrido en la escuela.
Los datos apuntan a más de 17 mil personas fallecidas en lo que va del 2022 por causa de la violencia con armas en los Estados Unidos. Entre 2014 y 2020 van de 603 menores heridos y/o asesinados en tiroteos en masa como el del Uvalde, según datos de The Small Arms Survey y The Gun Violence Archive.
Pese a estas alarmantes cifras y a que los profesionales de la epidemiología y la salud vinculan los incidentes al fácil acceso a las armas, en Puerto Rico la Corporación para la Defensa del Poseedor de Licencia de Armas de Puerto Rico (CODEPOLA) propone enmiendas a la Ley de Armas para facilitar el acceso a las armas también en la Isla. Sin embargo, la organización no está de acuerdo en que se enmiende la ley para imponer restricciones.
El miércoles, a un día de la masacre de Uvalde, el presidente de CODEPOLA, Ariel Torres Meléndez, circuló un comunicado de prensa defendiendo la medida. Dice que es para “hacer más fácil para los ciudadanos de bien ejercer su derecho a defenderse” y rechazó “tajantemente las posturas que promueven la creación de medidas en contra de las armas”.
Zavala Zegarra y los datos contradicen esta postura. El experto explicó a Es Mental que la población civil estadounidense es una de las que más armadas está en el mundo y que “casi 9 de cada 10 viviendas tienen un arma en su casa”, lo que representa porcentaje alarmante de acuerdo con los estudios epidemiológicos.
En una nación en la que por cada 100 habitantes hay 120 armas y son los niños los más afectados por la violencia armada, el acceso a las armas y la influencia de entidades como la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) en el Congreso tienen un rol significativo en el hecho de que continúen ocurriendo situaciones como estas.
“Había un punto en que esas armas estaban prohibidas, en la época de Clinton, y esa ley duró diez años. Pero no hubo la voluntad política ni interés de los miembros del Congreso para extender esa ley porque están influenciados por esta entidad nefasta, que es la NRA”, dijo.
Aseguró que tanto es el poder de la NRA en el Congreso, que todo aquel que se oponga, es objeto de campañas en contra.
“Los congresistas saben que no pueden ir en contra de ellos. Ninguna ley que trate de regular las armas progresa. ¿Cuántas masacres ya ha habido? Nada ha cambiado, porque no hay los votos necesarios para implementar estas leyes”, expresó.
Comparó otros países con posesión legal de armas, como los nórdicos, en los que no se reportan cifras preocupantes de muertes y la razón se debe al riguroso proceso por el que pasan los ciudadanos para lograr tener acceso, así como la capacitación y entrenamiento.
Suiza ha sido ejemplo de ello, con solo 46 de homicidios reportados en el 2019. En comparación con los 18, 913 que ocurrieron en Estados Unidos para el mismo año.
“Al facilitar la compra de armas y minimizar los reglamentos permites que personas como este muchacho, que aparentemente tenía problemas serios, mate a mansalva a niños. Es un problema, porque la manera de comprar un arma es muy fácil”.
Zavala Zegarra apuntó, asimismo, a que otro asunto del que no se suele hablar es que tampoco hay un control absoluto sobre cantidad de municiones en posesión de Estados Unidos, cuya acción tiene un vínculo con la Isla.
“Entre el 2010 y el 2021 se importaron 166.2 millones de municiones a Puerto Rico, mayormente desde Estados Unidos, el 90 por ciento. En el 2021 se importaron 18.9 millones. Hay por lo menos 6 municiones para cada persona, desde los bebés hasta los ancianos”, tildó.
“La pregunta es: ‘¿Ese es el país que nosotros queremos como ejemplo? ¿Nos vamos a poner en riesgo?’, concluyó.
Un problema la salud mental en Estados Unidos
La presidenta de la Asociación de Psicología de Puerto Rico, la doctora Migna L. Rivera García, dijo que la repetición de este tipo de violencia puede ser detonante para situaciones de salud mental entre los ciudadanos en Estados Unidos, pero también en la de los puertorriqueños que tienen familiares en el País.
Y al tratarse en muchas ocasiones de asesinatos masivos raciales, las tasas de depresión y ansiedad podrían elevarse.
“Las personas empiezan a sentirse muy asustadas, con miedo, con angustia e incluso comenzar a aislarse y evitar hacer las actividades sociales que frecuentaban hacer. Esto trae una preocupación y estado de alerta en las familias”, explicó.
Sostuvo que las tasas de criminalidad en la Isla y el vínculo con las armas también tiene un efecto en el sentido de seguridad de las personas.
“En Estados Unidos se debe prestar atención a la accesibilidad a la salud mental y los servicios psicológicos y a la educación. El Estado debe responder responsablemente y atender la situación psicológica y que los servicios estén disponibles para todos y todas”, concluyó.