Falta de voluntad, debilidades e incapacidad de por sí mismos tomar algún tipo de cambio drástico o decisión en sus vidas, es una descripción precisa de la aboulomanía.
Según, la psicóloga clínica Soraliz Medina, esta palabra o concepto viene del griego bulia o voluntad e implicaría la falta de voluntad.
Indicó que es un síntoma particular de salud mental, ya que la persona tiene un problema de voluntad o de indecisión que se vuelve patológica y que le impide moverse en el proceso.
“De por sí la aboulomanía no es un diagnóstico de salud mental, sino que es considerada un síntoma o una característica que está presente en diferentes trastornos”, afirmó.
Medina explicó que la aboulomanía aparece como un síntoma dentro de trastornos de personalidad independiente, obsesivo compulsivo y trastorno de personalidad pasiva.
Por su parte, Luis Ibrahyn Casiano, trabajador social clínico, es importante segmentar que cuando se trata de la toma de decisiones, existe un aspecto normativo de que todos en algún momento pasan por alguna dificultad al tomar las mismas.
Y sobre ello sostuvo que en efecto pudieran existir predisposiciones patológicas que inciden en la falta de toma de decisiones o en la toma de decisiones erróneas.
¿Qué te limita a tomar decisiones?
De acuerdo a un artículo sobre el tema, el problema con la aboulomanía o indecisión patológica ocurre cuando la persona comienza a catalogar como relevantes hasta las decisiones más intrascendentes, siendo objeto de preocupación excesiva y estrés.
Así que, el día a día de la persona se transforma en una toma de decisiones contínua y en una lucha constante en la que el estrés e incluso la ansiedad o el insomnio se vuelven algo persistente en la persona. Casiano, explicó que de tratarse de un factor compulsivo, que no se puede controlar, habría que buscar ayuda de varios especialistas para descartar elementos que están propiciando esta acción.En el caso de lo que es patológico, independientemente de la edad, no importan los elementos externos, se trata de una cuestión y acción propia, agregó.
El trabajador social clínico explicó que en el caso de los jóvenes y jóvenes adultos este tema es un poco más complicado por el hecho de lo que se espera de ellos socialmente. Sostuvo que, como sociedad, se ha creado la percepción del individuo con base a preceptos preconcebidos sobre su rol en la sociedad, los cuales no necesariamente siempre se alinearán con sus necesidades.
Así que, esto puede dificultar la toma de decisiones, ya que la persona puede estar batallando entre el “yo quiero” versus “lo que se espera de mí”.
En concordancia, Medina sostuvo que por lo general la persona que tiene este problema para la toma de decisiones, (que es patológico), sobrepiensa la acción y se vuelve una obsesión para ese individuo.
Precisamente por ello, se les dificulta actuar, pues todo se queda en el pensamiento repetitivo. Según la especialista, las personas que presentan esa conducta tienden a buscar aprobación de otros para todo hasta llegar a abrumar.
Asimismo, en estas personas el proceso de pensar en la decisión se vuelve más importante que la misma razón de la decisión. Por eso, es que se quedan en el pensamiento, mas no actúan, concepto conocido como parálisis por análisis.
La especialista compartió aquellos factores precipitantes que pueden llevar a una persona a desarrollar aboulomanía, entre ellos aspectos familiares asociados a círculos controladores y estrictos y aspectos sociales por crecer en ambientes socioculturales que sean limitantes y restrictivos, así como que promuevan la personalidad sumisa.
Finalmente, compartió los aspectos biológicos, puesto que se podría considerar la existencia de algún tipo de daño o problema presentado en el desarrollo, especialmente en el área prefrontal del individuo, que es el área encargada de las funciones ejecutivas, moral y de la toma de decisiones.
Recomendaciones
Casiano sostuvo que las decisiones son un abanico de posibilidades, por lo que entenderlas como un reto y no como algo fijo es importante en el proceso. Así que para poder comenzar a tomar decisiones, recomendó que los individuos comiencen a ver quiénes son, qué les gusta y aquello que no les gusta.
También, aconsejó establecer límites y poder ver “hasta dónde yo voy a dejar que el consejo de alguien influya en mi decisión”.
Además, recomendó a las personas que saquen un tiempo de su día para escribir cómo se sienten, visualizar su vida y el transcurso del mismo, así como las decisiones, si fueron propias y cuáles no debió haber tomado.
Por su parte, Medina sostuvo que el especialista debe conocer primero e identificar cuáles son los posibles factores precipitantes en el caso particular de cada individuo y de dónde proviene el problema.
Además, recomendó que se debe identificar cómo esto afecta a la persona y cuáles son las consecuencias que les está causando, y así, podrían tomar la decisión de qué proceso de tratamiento es el más eficaz para ese paciente en específico.
De acuerdo con la doctora, entre las opciones de tratamiento se encuentran:
- Terapia cognitivo conductual
- Procesos de psicoeducación en destrezas de toma de decisiones
- Destrezas de comunicación asertiva
Finalmente, dijo que en casos donde el paciente no mejore con la psicoterapia, se debe considerar hacer un referido con un especialista para trabajar en conjunto la medicación del paciente con la terapia psicológica.