Por ser mujer, muchos dudaron de su capacidad para tomar las riendas de la alcaldía de Loíza y hoy, además, con los prejuicios de edad como justificación, cuestionan su labor como figura política. 

Pero, para la loíceña Julia Nazario Fuentes, primera mujer en ser alcaldesa de Loíza, su compromiso con la gente va más allá de las críticas y aquellos estereotipos que dictan los roles que deben ocupar los hombres y las mujeres a ciertas edades.

Fue gracias a la crianza de su madre, luego de la muerte de su papá cuando apenas tenía 6 años, que Nazario Fuentes y su hermana formaron su carácter y aprendieron la importancia de nunca desistir de sus metas, pues con perseverancia todo es posible. 

“Todos dudaron de mí [refiriéndose a los hombres de su partido y el opositor]. El Partido Popular nunca me vio ganando y los penepés se burlaron. Intentaron quitarme del medio haciendo saber que yo no era de aquí por ser una mujer blanca, pero pudimos probarlo con nuestro certificado de nacimiento y con nuestras historias”, aseguró la Alcaldesa.

Nazario Fuentes puede manejar la presión social gracias al proceso de fortaleza mental que desarrolló previo a su candidatura. 

“Mi salud mental me ha ayudado a lidiar con todas las situaciones de mi pueblo. Sobre todo, en el primer cuatrienio, porque yo gané en un pueblo que por 44 años fue de un partido (Partido Nuevo Progresista)”, contó.

La también educadora, graduada de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, contó, asimismo, que ha tenido que enfrentarse a quienes piden que se retire por cuestiones de edad. 

Si fuera hombre no se pediría lo mismo, ni nos mandarían a hacernos cirugías o hacernos el pelo”, sostuvo. 

“Eso solo pasa con nosotras las mujeres, pero seguimos levantando la voz para que se sigan dando procesos equitativos y de igualdad”, agregó. 

El edadismo, que se refiere a los estereotipos, prejuicios y discrimen por cuestión de edad, es un determinante social para la salud de la población, y pese a su importancia, poco se tiene en cuenta, confirma la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en su más reciente informe mundial sobre el tema, publicado en el 2020.

De acuerdo con el documento, los efectos del edadismo en relación con la salud “son de un grado similar, sino superior, a los que tiene el racismo” y se vincula al deterioro de la salud mental. 

De 42 estudios revisados por la agencia, se encontró evidencia indicativa de que el edadismo influía en trastornos de salud mental, tales como depresión, ansiedad y pensamientos suicidas.

A esto se le suma, además, el sexismo. A lo que hoy se le conoce como “edadismo según el género”. Las investigaciones de OPS describen las repercusiones directas sobre la integridad física y emocional de muchas; siendo las mujeres mayores (en comparación con los hombres mayores y jóvenes, así como las mujeres jóvenes) las más afectadas por diversas formas de discriminación.

Los hombres con el cabello gris y con arrugas se consideran distinguidos, sabios y experimentados, mientras que, en las mujeres, el cabello gris y las arrugas hacen que se las considere poco atractivas en muchas culturas.

Las mujeres se enfrentan también a una presión mayor que la que tienen los hombres para ocultar las señales del envejecimiento mediante el empleo de tintes para el cabello y productos antienvejecimiento, y son el público objetivo de una industria en continuo crecimiento centrada en productos de belleza antienvejecimiento”, destaca la OPS. 

La interacción entre el edadismo y el sexismo puede manifestarse en muchos escenarios, como el laboral, por lo que en el empleo son visibles las exclusiones por “ser demasiado joven o demasiado mayor”.

“Esto indica que, en estas franjas etarias, el hecho de ser mujer intensifica los prejuicios asociados a la edad, lo cual afecta a la carrera profesional de las mujeres”, destacan.

Tras en el 2016 convertirse en la primera mandataria de Loíza, Nazario Fuentes asegura que su visión siempre ha sido apoderar a los loíceños y transformar la idea de un “pueblo violento” a uno de tradición y cultura. 

De igual forma, la Alcaldesa emprendió la tarea de reorganizar las finanzas municipales, estructurar servicios y fomentar su compromiso con la educación de Loíza.

Para esto logró que el Departamento de Educación (DE) aprobara el proyecto ESTEP (Educación Sistémica para una Transformación Educativa de Primera), que tuvo el horario extendido en seis escuelas loíceñas y combinó el estudio de matemáticas con deportes y artes para fomentar un aprendizaje más atractivo al estudiante. 

Asimismo, junto al DE es responsable de la primera escuela bilingüe en Loíza, en la que se imparten clases desde kínder hasta cuarto grado, y este año se suma el quinto grado. 

“Además, trabajamos el Proyecto Génesis, para estos niños con condiciones especiales que terminaron el cuarto año, pero no recibieron un diploma. Reconocimos 9 de estos niños, y gracias a una colaboración con el sistema Ana G. Méndez se certificarán en varios proyectos de cocina”, detalló. 

La iniciativa fue nombrada Génesis en honor al nombre de una de las primeras participantes del proyecto, quien hoy trabaja en el municipio de Loíza. 

“Génesis es el comienzo de muchos cambios para estos jóvenes”, dijo. 

Por otro lado, mencionó otras dos iniciativas que impactan la población de niños en rezago y también la de adultos mayores que no saben leer. Los proyectos se llevan a cabo en la Escuela Jobos y en Nuestra Escuela en Parcelas Vieques.

Yo me siento bien orgullosa de ser loíceña, de mi pueblo, de mi gente, y eso ciertamente me ha ayudado a no amilanarme y echar pa’ adelante”, finalizó la Alcaldesa.