Con mucho pesar, en la tarde de ayer nos enteramos por la plataforma social Tik Tok como un grupo de escolares puertorriqueños en una escuela de Comerío realizaron expresiones racistas hacia las personas negras. Dichas expresiones son racistas y cada vez más cotidianas en las escuelas y comunidades. Los estudios realizados por las autoras Godreau y colaboradoras (2013), da cuentas, que el racismo está presente en las escuelas en el País, y se observan sus manifestaciones en escuelas elementales e intermedias.
El racismo se ha normalizado como otros tipos de violencia. Para la autora Gall (2021), el racismo es un fenómeno estructural que implica maneras de pensar, sentir y actuar. Cuando se expresan mensajes racistas hacia los demás, esto atenta contra la autoestima de las personas que reciben estos mensajes. Pero, cuando las expresiones vienen de personas negras, esto es lo que se conoce como racismo internalizado.
Según Benito Massó, el racismo internalizado se refiere a “una persona negra que actúa desde la óptica del blanco racista, rechazando a sus iguales y a sí mismo. Por ello, la persona que sufre de esta condición se siente como se imagina que lo ve el otro que lo desprecia: fea, bruta, apestosa, victimizada, marginada, rechazada, incompetente e incapaz de superarse’’ (Afroféminas, 2021). El racismo afecta la salud mental de las personas que sufren estos mensajes y los espectadores o espectadoras.
Esta situación nos coloca a analizar las raíces más profundas para entender este fenómeno y buscar acciones concertadas. Vivir en un país colonizado también tiene sus implicaciones del sistema de dominio racista en las estructuras sociales como son la familia, la escuela, entre otros. Por tanto, la escuela es el escenario idóneo para comenzar dichas transformaciones porque permite “la puesta en práctica de intervenciones, tanto a nivel interpersonal como a nivel institucional y sistémico” (Godreau et al., 2013). Es recomendable a las autoridades escolares que esta situación sea una oportunidad para implementar acciones hacia una educación antirracista que involucre a toda la comunidad escolar.
El Departamento de Educación tiene una asignación urgente en el País, y es fomentar una educación antirracista. Debemos incluir en nuestras acciones apoyar las políticas públicas e iniciativas que promuevan la justicia social y racial (ver los trabajos del Colectivo Ilé). Como docentes, nuestros currículos deben reflejar compromiso con la historia de nuestra afrodescendencia, recuperar nuestra memoria histórica y social, y promocionar el conocimiento de los derechos humanos. Esto requiere un esfuerzo atinado de reexaminar los libros de texto que usamos, que perpetúan estereotipos y representaciones racistas y excluyentes de nuestra historia. De esta manera, sería un paso gigante para deconstruir el conocimiento del que partimos. Igualmente, potenciar las virtudes que tenemos cada persona que vive en Puerto Rico.
La Universidad Albizu y su Clínica Comunitaria pone a la disposición de las escuelas de Comerío sus recursos para trabajar en herramientas y estrategias que aúnen hacia una educación antirracista. Para más información comunicarse al 787-875-3445, ext. 1090 o 1091.
*La autora es directora del Programa Graduado de Consejería Psicológica de la Universidad Albizu y pasada presidenta de la Asociación de Psicología de Puerto Rico.