Nota de la Editora: Esta historia es parte de la serie #NuevaNormalidad donde destacamos perfiles de personas que han hecho de tripas corazón durante la pandemia del COVID-19 y han rehecho su vida a la luz de los cambios. Publicaremos semanalmente todos los viernes. Si quieres compartir tu historia, ¡escríbenos al Inbox de Facebook! 

Antes de tener que encerrarse en su casa para evitar contagiarse de COVID-19, Xavier García Rodríguez se ganaba la vida como fotógrafo de eventos sociales, conferencias de prensa y  actividades que tenían como característica común la aglomeración de personas. 

No es de extrañar que la pandemia del coronavirus afectó de inmediato su carrera profesional. Todos los compromisos en su agenda quedaron cancelados o  pospuestos. Mientras tanto, sus ahorros estaban escasos pues había tenido que utilizarlos para atender una situación personal el año anterior. 

Ante ese escenario, durante dos semanas estuvo tranquilo esperando una vuelta a la normalidad, pero luego se encontró combatiendo la ansiedad de estar desempleado haciendo que su espacio luciera más acogedor. Primero, sacó el trimmer y dejó las pequeñas áreas verdes del patio totalmente arregladas. Luego, usó la máquina de presión que había adquirido recientemente para limpiar todos los alrededores de la casa, sacándole brillo hasta a la nevera. Entonces, tuvo una idea. 

“Yo dije, espérate, si hago esto aquí, lo hago en cualquier lado. Y empecé a anunciarlo en Facebook”, contó.

Así fue como un fotógrafo con una década de experiencia se encontró de repente promocionando sus servicios de limpieza de patios y lavado con máquina de presión. 

“El primer día tenía dos patios pequeños, pero tardé casi cuatro horas. Llegué a casa tan muerto que no podía con mi vida”, relató el joven de 36 años y oriundo de Patillas. 

Esa primera jornada le generó $80, suficientes para animarse a continuar promoviendo el incipiente negocio hasta que rápidamente llegó más trabajo. Desde entonces, ha tenido semanas de labor constante, de lunes a viernes, en diferentes pueblos de la zona metropolitana. Sus clientes han sido mayormente personas que ya conocía, incluso gente que anteriormente lo había contratado como fotógrafo. Ese apoyo lo animó mucho y empezó a invertir en algún equipo adicional para realizar su labor con más eficiencia, incluyendo un trimmer de gasolina. 

García se las ingenió para que todas sus herramientas, que también incluyen un blower, la máquina de presión, machete, bolsas, cables y envase para la gasolina, entre otras, quepan en su pequeño  automóvil, un Mini Copper de 2013. El aspecto gracioso del carro tan repleto de cosas lo llevó a nombrar su negocio “Mini Landscaping”. 

El vehículo de Xavier García Rodríguez con sus herramientas de trabajo. (Suministrada)

Su experiencia en la fotografía está presente en esta nueva faceta laboral temporera porque toma imágenes de las áreas que trabaja antes y después. También hace videos que publica en sus redes sociales. 

Quien lo observa trabajar no imagina las veces que ha tenido que pagar el precio de ser novato, como cuando se fue a pasar el trimmer vistiendo una camisilla a las 8:00 de la mañana. Esa noche, relató, no podía dormir del dolor que le provocaba su piel irritada por el sol y los golpes de las piedras que estuvo recibiendo durante toda la jornada. 

Otro día estaba limpiando un techo y un fuerte aguacero lo detuvo. Al regresar, la máquina de presión estaba inservible. Tuvo que irse, devolver el aparato y llegar hasta Ponce, único pueblo en donde pudo conseguir un reemplazo. 

Aunque nunca pensó que el tipo de trabajo que está haciendo actualmente sería su manera de generar dinero durante una pandemia, García no se arrepiente de su decisión. 

“Esto no estaba en mis planes, pero algo por lo que tengo que darle gracias a mis viejos es que no soy comemierda. Tengo una carrera de diez años en fotografía, pero para mí el trabajo honra y dignifica. Yo lo hago sin ningún problema. A mí no me gusta pedir, ni la caridad. Mucho menos soy vago”, dijo.

Incluso, mientras se iniciaba en el mantenimiento de patios estuvo haciendo retratos a distancia cobrando solo un donativo. Esa experiencia, relató, fue mucho más enriquecedora de lo que imaginó porque las personas le contaban sus historias y muchas fueron muy enternecedoras. Realizó alrededor de 35 visitas a personas de estilos de vida diferentes, incluyendo una mujer transgénero, una familia cristiana ortodoxa, graduandos y parejas en su aniversario, entre otras.

Uno de los trabajos fotográficos de Xavier García durante la pandemia. (Suministrada)

La suma de las experiencias vividas durante los meses que se ha extendido la pandemia marcan un antes y un después para García. Uno de los aprendizajes que lo ha marcado es darse cuenta de que hoy puede ganarse la vida con un oficio diferente gracias a las enseñanzas que durante la adolescencia recibió en su casa. 

“A mí me molestaba que me mandaran a pasar el trimmer. Llegué hasta romperlo para no hacer el trabajo y mi papá traía otro para que siguiera. Me molestaba porque él me decía: ‘Xavier vete a jugar Nintendo’, y eso era pasar el trimmer, recordó.

Algunas semanas después de haber iniciado su “Mini Landscaping”, después de habertenido una muy buena jornada, García sintió la urgencia de llamar a su papá. 

“Papi, qué mucho me molestaba, pero gracias por enseñarme a jugar Nintendo”, le dijo.