¿Qué es lo primero que viene a su mente cuando piensa en éxito? Ciertamente ser exitoso puede tener un significado diferente para cada persona. Sin embargo, las expectativas sociales o la acción de compararse con otros midiendo lo que perciben como éxito, pueden ser situaciones negativas para la integridad emocional de un individuo.
Para algunos, el éxito puede verse mediante la creación de un negocio propio, completar una carrera profesional, formar una familia, etcétera, ya que se convierte en oportunidad para expandir horizontes y moverse a un nuevo nivel, según la psicóloga industrial organizacional y coach, Jaileene Rodríguez Santos.
Pero, cuando comienza a aturdir por el hecho de asociarlo a lo que los otros esperan sobre ese individuo, las comparaciones que llevan a la competencia con el otro o se es inflexible en la búsqueda de eso que se considera éxito, la salud mental puede lacerarse.
“Si una persona no define su éxito, de acuerdo con su propósito en la vida, no importa cuántos reconocimientos, visibilidad y logros le produzca, no se va a sentir satisfecho”, explicó la licenciada Rodríguez Santos.
De tal manera, experimentar sentimientos de insatisfacción, tristeza, frustración y en algunos casos la presencia de estrés y ansiedad.
En el proceso de alcanzar el éxito o quizá ya experimentarlo, muchas veces son las expectativas las que pueden afectar el disfrute del logro conseguido, recordó la psicóloga.
“Hoy ha llegado el punto en que esa definición de éxito ha cambiado grandemente. Las miradas están en cómo puedo cumplir mis metas más allá del reconocimiento”, sostuvo.
Para la psicóloga Nelmaris Hernández, todo recae en cómo el éxito se maneje, pues puede repercutir de forma positiva o negativa.
“Puede sonar un poco irónico que el éxito afecte la salud mental, ya que muchas de sus repercusiones tienen que ver con las expectativas que tenemos del éxito. En ocasiones se puede llegar a él, pero si no se maneja, puede llegar a ser abrumador”, señaló.
No todo el mundo sabe manejar el éxito de manera eficaz, pues no saben cómo el éxito se ve proyectado en su vida. A modo de ejemplo mencionó a quienes asocian el éxito con la fama o que logrando ser famosos pueden ser realmente exitosos.
“Para muchos tener fama es sinónimo de llegar al éxito, sin embargo, a través de los años podemos observar que muchos artistas han verbalizado sus testimonios exponiendo las dificultades que han atravesado dado a que no pueden con la demanda de lo que es tener fama o llegar a cierta posición en el éxito”, detalló la licenciada.
Habló de casos como las cantantes estadounidenses Katy Perry, Miley Cyrus y Demi Lovato, quienes tienen en común que sus carreras artísticas alcanzaron lo máximo siendo niñas y/o jóvenes y emocionalmente (coinciden en sus historias) no estaban listas para los efectos que esto tuvo en sus vidas.
“No tan solo hemos visto diagnósticos relacionados a la inestabilidad mental, sino también relacionado al uso problemático de sustancias”, prosiguió.
También hizo mención de otras situaciones adversas a la salud mental, como trastornos de la conducta alimentaria, que puede verse en dos escenarios: la prisa de la vida cotidiana y, por otro lado, en trabajos o roles que exigen un peso en específico para poder ser parte.
A menudo el éxito conlleva una gran cantidad de presión y estrés, especialmente para aquellos en posiciones de poder o con una gran presencia pública, expuso la licenciada Karla Febles Batista, quien dijo, además, que, en el caso de figuras públicas, puede resultar agobiante el mantener una imagen y lo que se espera de ellos.
Febles Batista advirtió que la cultura moderna, especialmente por parte de los medios de comunicación y las redes sociales, enseña a que el éxito se mide por logros externos, como lo es el dinero, la fama o el poder. “Colocando en segundo plano el bienestar mental, emocional o físico de una persona”, sostuvo.
Y esta falta de atención hacia el bienestar personal promueve que algunos descuiden su salud mental y física.
“Una persona emocionalmente exitosa tiene la capacidad de manejar de manera saludable sus emociones, puede comunicarse asertivamente con otros y establece relaciones significativas y satisfactorias”, puntualizó.
Para esto se debe establecer límites claros, priorizar el autocuidado, la autocompasión y tener un sentido de propósito en la vida, promovió Febles Batista.
De otra parte, Hernández enfatizó en que estas implicaciones no solo pueden darse en personas consideradas como celebridades, pues es evidente en adultos y las demandas laborales actuales.
Asimismo, en los niños y jóvenes se ve presente en las exigencias académicas y deportivas que se vinculan al éxito.
“Se les impone qué es el éxito. El éxito debe ser bien personal y no impuesto por ningún tercero”, puntualizó.
Como recomendación habló de fomentar la inteligencia emocional y tener un buen manejo de solución de problemas, aprender herramientas para potenciar las capacidades y reconocer las fortalezas, y “de esa manera, podemos quizás afrontar estas situaciones que pueden llegarnos en nuestra vida cotidiana”, insistió.
Por otro lado, Rodríguez Santos aconsejó a la creación de hábitos que ayuden a las personas a mantenerse productivos, pero en armonía. Además, generar conciencia sobre las expectativas y aprender a soltar aquellas que vienen de los demás.
“Hay que aprender a soltar las expectativas de los demás”, recalcó.
Finalmente, Febles Batista insistió que las personas deben tener en cuenta que el éxito no es necesariamente una garantía de calidad de vida o felicidad.
“Establecer límites claros puede ayudarnos a identificar necesidades y enfocarnos en nuestras prioridades. Además, de que nos ayuda a dirigirnos en el camino hacia lograr objetivos”, concluyó.
Otras recomendaciones compartidas por la profesional:
- Practicar la autocompasión y dedicar tiempo a relajarse o realizar actividades que resulten placenteras.
- Dado que el éxito puede traer consigo estrés y ansiedad, practicar técnicas de relajación, hacer actividades físicas y llevar una alimentación balanceada.
- Fomentar una red de apoyo con las personas a su alrededor.
- Buscar ayuda profesional, ya sea de seguimiento médico y/o profesional de la salud mental.