Cuando se tienen hijos, el divorcio es una decisión que no tan solo impacta a la pareja.

Para que el impacto del divorcio no sea tan negativo sobre los pequeñines de la familia, es importante comunicar la decisión de manera sencilla, sincera y unida, según tres especialistas de salud mental. Cuando lo contrario ocurre, los niños pueden crecer sobreprotegidos, inseguros e inestables emocional y psicológicamente. 

En Puerto Rico, según el más reciente informe de estadísticas vitales del Departamento de Salud, la tasa general de divorcios para 2015 era de 4.1% por cada 1,000 habitantes de más de 15 años.

Irrestrictamente el proceso de separación civil, el terapeuta de parejas, Peter Burgos Vega, exhortó a que las parejas comuniquen el divorcio a sus hijos y a sus hijas de manera unida.

Debido al miedo, al coraje, a la impotencia y a la tristeza, ciertas parejas se culpan mutuamente por la ruptura, reveló. Sin embargo, no debería ocurrir así frente a los menores.

Cuando la noticia se comunica de modo correcto, la ansiedad y el estrés de los menores se reduce, resaltó.

“Es importante que (los padres) realicen una frontera donde el conflicto que puedan tener como pareja lo limiten a la relación de pareja, y no hagan una extensión a los hijos del conflicto conyugal”, mencionó en entrevista con Es Mental.

Esta noticia, insistió, debería revelarse en un entorno sereno.

El lugar donde se comunique la noticia, a juicio de la consejera profesional, María Teresa Román, debe ser neutral. Esto significa que no deben haber recuerdos envueltos como ocurre con el hogar.

“Que sea un lugar seguro. Que sea un lugar en el que puedan llorar si desean llorar, que nadie los esté mirando, como la oficina de un oficial de ayuda», agregó al hacer referencia a la oficina de un especialista de salud mental o consejero.

Lo peor manera de un menor entrar en conocimiento del divorcio de sus progenitores es a través de una tercera persona que puede ser un amigo o un pariente familiar, ejemplificó. Tampoco se recomienda que los hijos conozcan de la noticia a través de un desahogo de una de las dos partes de la pareja. 

Cuando no se comunica la noticia de manera adecuada la pareja puede verse afectada psicológica y emocionalmente, acotó.

Sin embargo, de no comunicarse correctamente el divorcio podría surgir ansiedad, depresión y estrés también en los niños, advirtió.

El estudio Consecuencias psicológicas en niños tras la separación o divorcio de los padres de la Universidad Cooperativa de Colombia consigna que los hijos de padres divorciados experimentan mayor inestabilidad emocional en contraste con otros menores, a raíz de la separación indeseada de sus progenitores. Estos niños pueden desarrollar problemas de salud como enfermedades gastrointestinales y somatizaciones.

Ojo con la alienación parental

La consejera profesional exhortó a estar atentos a la alineación parental. Esto ocurre durante rupturas bruscas e inesperadas en caso de no comunicarse de manera adecuada el divorcio. En consecuencia, el menor puede tomar represalias contra una de las partes.

No desahogarse con los menores de la familia evita el desarrollo de este síndrome, resaltó.

La alienación parental es un síndrome causado tras instar a que los hijos se alejen de uno de sus padres, explicó Es Mental en un reportaje anterior. De no atenderse de manera adecuada, el menor o la menor pueden desarrollar trastornos de ansiedad, depresión, aislamiento social y desconfianza los cuales, de no atenderse, pueden perpetuarse durante la adultez.

Cuidado con las malacrianzas

Entre los errores más comunes del divorcio está el exceso de libertad a los hijos, explicó la psicóloga escolar, Milca Felipe Martínez.

Cuando los padres se encuentran vulnerables a raíz de la separación, autorizan a sus hijos a llevar a cabo lo que les apetezca y satisfacer sus deseos sin restricciones, explicó.

Cuando esto ocurre, los menores se inclinan por estar con quienes le otorguen mayores privilegios, alertó. 

“Algunos padres se sienten culpables de la situación y tienden a compensar esa pérdida de esa pareja tratando de ser muy permisivo con sus hijos”, acotó la psicóloga escolar.

Para evitar esto, recomendó mantener la rutina, la disciplina y la responsabilidad independientemente el divorcio, pues la educación y la crianza del menor no deben detenerse.

De no corregirse, podría redundar en potenciales conductas de riesgo, puntualizó.