Conversamos por Facebook Live con María Rodríguez Vidal, psicóloga y sexóloga, y con el Dr. Gilvic Carmona, psicólogo, sobre cómo podemos comunicarnos con los demás sin hacer daño, gracias al apoyo de FHC First Healthcare. ¡Sintoniza a través del Facebook de Es Mental o de FHC – Salud Mental!

La forma en cómo nos comunicamos debe incluir varios elementos, como la compasión y la empatía, para así evitar herir a los demás en los diferentes tipos de relaciones, lo que se conoce como responsabilidad afectiva.

El Dr. Gilvic Carmona, psicólogo, aseguró que el tener compasión con el otro no significa que se le tenga pena ni lástima, sino que se reconozca que esa persona también pasa por su propio sufrimiento.

Nosotros, de ninguna manera, debemos hacer algo para hacer doler a las personas”, expresó en entrevista con Es Mental.

“Para yo poder entender y comunicarme en la afectividad con el otro, yo tengo que comprender que, según yo soy un ser de una profundad, de una dignidad, el otro también, y que cuando yo interactúo con el otro, nunca debo sobrepasar ese espacio en el que yo vaya a hacer doler a la persona. Pero, ¿qué pasa? Si yo como persona no he trabajado con algunos issues personales, si no me conozco, si no atendiendo de forma ágil mis emociones, no voy a poder hacerlo con el otro”, explicó el también conferenciante.

¿Se puede ser sincero y tener responsabilidad afectiva? Según Carmona, la sinceridad viene acompañada del tacto, y aseguró que hay formas adecuadas de decirle algo a una persona. 

Agregó que si una persona es sincera, pero hiriente, “el mensaje no lo voy a llevar porque una vez se hace sentir mal a alguien, los canales de comunicación se cierran”.

Carmona mencionó que en todos los ámbitos de la vida y en las diferentes relaciones se pueden aplicar estas herramientas.

“Todas nuestras relaciones de alguna forma están matizadas por cuál es nuestra actitud y cuál es nuestra forma de comportarnos, y cómo nosotros percibimos el comportamiento de otros”, sostuvo.

El psicólogo clínico ofreció tres consejos prácticos para cultivar la responsabilidad afectiva.

  1. Comenzar con evaluarse como persona y desarrollar las emociones inteligentemente.
  2. Tener una visión del otro desde la dignidad, entendiendo que el otro es igual a nosotros, pero a la misma vez es diferente.
  3. Poder ver al otro desde el amor, que es el acto supremo. 

Por su parte, la psicóloga y sexóloga, María Rodríguez Vidal, dijo que la responsabilidad afectiva es cuando nos comunicamos con los demás considerando nuestro punto de vista, al igual que el de la otra persona, buscando un acuerdo.

“Generalmente muchas personas tendemos a decir es que yo soy bien honesto o bien honesta y yo digo las cosas como las pienso, y eso es perfecto, es maravilloso, porque comunicarse es clave para todos los tipos de relaciones. No obstante, es importante resaltar que en todo momento la honestidad sin empatía es crueldad”, dijo Rodríguez Vidal.

Añadió que el hecho de decir las cosas como se piensan, no necesariamente es la realidad de la otra persona, sino nuestra interpretación. “Y, como yo digo, puede ser la diferencia entre mejorar una relación, sea cual sea el tipo de relación, o lacerar vínculos”.

Según la psicóloga, la responsabilidad afectiva no es un término que aplica a un solo tipo de relación, sino que a toda relación, influyendo de pareja, familiar y laboral.

“La responsabilidad afectiva tiene mucho que ver en cómo yo digo lo que pienso y lo que siento, siendo primero que todo honesta conmigo misma o conmigo mismo, pero también tomando en consideración que la otra persona tiene emociones que pueden ser laceradas, ( y ser) lastimando”, expresó la psicóloga. 

Aconsejó a “comunicarnos de una manera responsable al expresar nuestras emociones, nuestros pensamientos, nuestra expectativas, considerando que la otra parte también tiene emociones, pensamientos y expectativas, que pueden estar siendo laceradas en la medida en que yo impongo las mías de una manera poco empática”.

Por otro lado, la sexóloga mencionó que el término responsabilidad afectiva surgió con el poliamor, ya que a diferencia de las relaciones monógamas, en este tipo de relación no existe la infidelidad, porque todas las partes conocen de las demás personas y el tipo de relación que tienen.

Dijo, además, que en las relaciones amorosas, la responsabilidad afectiva también puede aplicarse cuando, por ejemplo, se produce una ruptura de una relación de pareja. La psicóloga aconsejó que en lugar de terminar una relación con animosidad, se debe reconocer las cosas buenas del tiempo que estuvieron como pareja y darle paso a otro tipo de relación, como la de amistad.