La llamada «cultura de urgencia» se caracteriza por una noción errada sobre lo que es la productividad en la modernidad y la incapacidad para desconectarse de las tareas diarias, a raíz de esto muchas personas no toman en consideración la importancia de un equilibrio entre la vida laboral y su tiempo libre.
Cada vez son más los individuos a quienes les resulta difícil alcanzar ese anhelado balance, pues la cultura de urgencia le da valor a una persona de acuerdo con la cantidad de tiempo que invierte en tareas laborales, por lo que el resultado de esto tiene repercusiones sobre el bienestar de algunos, coinciden los profesionales.
La tendencia de estar conectados 24 horas, durante los siete días de la semana, puede detonar diversas situaciones emocionales, como el incremento en los niveles de estrés y, de igual forma, el llamado síndrome del trabajador quemado, mejor conocido como “burnout’’.
Una encuesta global de la Asociación Americana de Psicología sostiene que el número de personas estresadas a nivel mundial es de un 35 por ciento, y que alrededor de 1 millón de estadounidenses faltan al trabajo todos los días debido al estrés.
Carecer de la capacidad para desconectarse, especialmente de un celular, podría generar, de igual forma, conductas adictivas, puesto que al liberarse dopamina, el cerebro asocia la acción con placer, explicó la doctora Hecmarie Nieves, psicóloga clínica.
“Desde la cultura de urgencia lo que estamos buscando todo el tiempo son sensaciones o estimulaciones al momento, generando una cultura de adicción’’, dijo
“Aunque esté haciendo el scrolling, sin necesariamente buscar algo, es una forma de autorregularse y autocalmarse’’, agregó.
Bajo estas dinámicas los profesionales de la salud mental coinciden también en que algunos hoy día viven bajo el “modo de supervivencia moderno’’, a causa de los diversos estresores con los que lidian a diario, que incluyen el trabajar más por cuestiones de economía o cumplir con las expectativas sociales de lo que se ve como productividad.
Los estímulos de estos estresores provocan las respuestas fisiológicas y psicológicas de esta “supervivencia moderna’’.
En una serie de publicaciones en su página web, la psicóloga clínica y autora estadounidense, Nicole LePera, explica que en la actualidad son muchos los trabajadores que están en modo de supervivencia.
En la que algunos llegan a sentirse como máquinas en modo automático, que se levantan, trabajan, comen y se llevan a la cama las preocupaciones de su empleo.
“Ser tratado como desechable, no humano o incapaz de vivir con el salario proporcionado es «normal» en nuestro lugar de trabajo moderno. Hay competencia, abuso, falta de seguridad, una sensación de ser desechable y expectativas poco realistas, como por ejemplo, la expectativa de estar disponibles las 24 horas del día, los 7 días de la semana, sin límites’’, expuso.
La licenciada Solymar Montero Rivera, psicóloga, aseguró que los estudios validan la conexión entre la mente y el cuerpo, por lo que, si la mente está cansada, el cuerpo también lo estará.
De tal manera que, el mantener una carga excesiva de trabajo, sin los llamados límites, puede repercutir directamente en la concentración, la higiene del sueño, desmotivación y el aumento en los niveles de cortisol.
“Es importante mantener un balance laboral como parte del autocuidado, si no mantenemos un balance entre estas áreas de salud mental, la rutina o las relaciones interpersonales se podrán ver perjudicadas’’, sostuvo.
Claves para lograr equilibrio entre el tiempo libre y el trabajo
Entonces, ¿cómo se puede lograr la capacidad para disfrutar del tiempo libre sin pensar en el trabajo?
La doctora Nieves apunta a potenciar la oxitocina, como lo podría ser a través del contacto y tiempo con la familia (abrazos, besos), sonreír, el estar presente.
Por otro lado, mencionó el promover las actividades físicas y la meditación.
“Poner en práctica la consciencia plena, estar presente y reconocer por qué estoy haciendo esto; porque elijo la felicidad como estilo de vida’’, concluyó.
Por su parte, la licenciada Montero Rivera recomendó a las personas lo siguiente:
- Utilizar agendas
- Tener un día y hora específica para la planificación semanal.
- Crear rutinas y hábitos consistentes.
- Respetar los momentos de descanso.
- Identificar nuevas actividades de interés.
- Conectar con la naturaleza.