El calor extremo tiene un impacto directo en el aprendizaje de los estudiantes, además de los efectos que puede tener en su salud física.

“Una ola de calor extrema puede afectar el desarrollo cognitivo de los niños, dificultando la capacidad de procesar y retener información, la memoria de trabajo, la toma de decisiones y ejecución de tareas complejas”, aseguró la psicóloga Elisa Lebrón Miró, presidenta de la Asociación de Psicología Escolar.

Lebrón Miró indicó que existen múltiples aspectos que influyen en el aprovechamiento académico de los estudiantes. Dijo que, según la UNESCO, la infraestructura del aula es un factor esencial para el aumento de la capacidad de aprendizaje del alumnado. Entre las características fundamentales mencionadas por la entidad se encuentra el control de temperatura mediante diferentes métodos, apuntó.  

Recordó que la carencia de estrategias efectivas para mantener una temperatura óptima puede repercutir en la habilidad para concentrarse y tener consecuencias en el bienestar general del menor, haciendo que las aulas sean incómodas y menos propicias para el aprendizaje. 

Ante la ola de calor que arropa a Puerto Rico desde abril, el Departamento de Educación (DE) está considerando tomar distintas medidas para ofrecer un espacio de aprendizaje que proteja a los menores de este evento extremo. 

Reparar las seis mil fuentes de agua dañadas en los planteles escolares, establecer estaciones de hidratación, flexibilizar los uniformes y un posible ajuste de horarios son algunas de las medidas que ha considerado la agencia gubernamental.

Aparte de la deshidratación y el agotamiento, el calor puede afectar la concentración, el desempeño académico y el aspecto cognitivo del menor, aseguró la psicóloga Zayana Figueroa Montero en consonancia con Lebrón Miró. El impacto que las altas temperaturas pudiesen tener en un menor de edad depende de la etapa de desarrollo del menor y cómo su cuerpo regula la temperatura, especificó Figueroa Montero, también facultativa del programa de Consejería Psicológica en la Universidad Carlos Albizu. 

Asimismo, la Asociación Americana de Psicología (APA por sus siglas en inglés), relacionó ​​ las altas temperaturas a problemas con la memoria, atención y tiempo de reacción. También menciona que las dificultades para dormir asociadas con el calor extremo pueden contribuir y exacerbar aún más los síntomas de condiciones de salud mental.

De manera similar, la Universidad de Standford consideró que, aunque el calor afecta negativamente a todos los estudiantes, los efectos parecen ser mucho peores para los estudiantes más vulnerables. Como resultado, el aumento de la exposición al calor puede exacerbar las desigualdades educativas existentes.

Figueroa Montero añadió que, en el caso de Puerto Rico, el surgimiento de este fenómeno, provocado por el cambio climático, implica incertidumbre. 

“Esta generación de menores han estado expuestos a múltiples situaciones que los han llevado a tener que adaptarse a cambios constantes”, se lamentó al decir que no todos se adaptan con la misma facilidad. Aseguró que, según su experiencia, el funcionamiento y desempeño de muchos menores no es el mismo luego del huracán María y los terremotos.

A su vez, Eduardo Lugo Hernández, catedrático asociado del Departamento de Psicología en la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, destacó que esta situación resalta que el gobierno de Puerto Rico no tiene un plan comprensivo para lidiar de manera proactiva con los efectos de la crisis climática. 

Asimismo, Jocelyn Morell Casellas, psicóloga del Departamento de Educación,mencionó que el calor afecta fuertemente tanto a los menores como a los maestros, pero todo depende de las condiciones que ofrece cada escuela. 

Ahora se ha visibilizado el problema del calor por las altas temperaturas, pero este siempre ha sido un problema en muchas escuelas”, dijo Figueroa Montero al lamentarse de que la mayoría de las escuelas no tienen aires acondicionados ni los recursos necesarios para atender esta ola de calor. En consonancia con esta declaración, el DE afirmó en una entrevista con Telemundo que solo el 43% de las escuelas tienen aire acondicionado. 

Figueroa Montero mencionó que muchas veces los maestros sacaban de su propio bolsillo para pagar un aire acondicionado y poder impartir clases.

“El 68% de mi presupuesto se va en nómina y el otro 32% se va en luz”, dijo la secretaria del DE, Yanira Raíces, en la misma entrevista, al afirmar que hace lo que puede con los fondos disponibles.

Morell Casellas indicó que las escuelas deberían de proveer los recursos necesarios para proveer un ambiente adecuado para continuar ofreciendo las clases presencialmente. “Hay fondos especiales cuando ocurren emergencias, este es el momento para usarlos”, estableció. 

Al momento el DE ha descartado las clases virtuales.