“Hubiese querido verme reflejada en otra gente. Que no se me asociara con ciertas profesiones en particular. Que no se me dijera: ‘eres negra, pero eres mi amiguita, porque eres inteligente o porque eres buena’’ o cosas absurdas que la gente dice, que te hacen sentir siempre como que no perteneces, como que eres una excepción a la regla’’, compartió la comunicadora y antropóloga, Bárbara Idalissee Abadía-Rexach como reflexión a la violencia racial que experimentó, desde sus primeras etapas de vida, siendo mujer negra en Puerto Rico.
Abadía-Rexach, al igual que otras tantas mujeres negras y caribeñas, utiliza hoy su voz para compartir las experiencias vividas en una sociedad machista y racista, cuyos discursos y manifestaciones, desde siempre, han apuntado a quebrantar su valor y capacidad como ser humano.
“La realidad es que pensarse negra en un país o en un mundo racista, no deja de abrir heridas que uno piensa que había sanado. Se sobrevive diariamente a violencias diversas; sexistas, racistas y de otra índole también […] En mi caso son múltiples las maneras en las que una experimenta la violencia sexista y racista, desde la cuestión estética, como tienes que probar constantemente quién eres, estar luchando contra el mansplaining y blacksplaining y por ahí, la lista es kilométrica’’, explicó la también productora del programa Negras de Radio Universidad de la Universidad de Puerto Rico.
Las agresiones y humillaciones muchas veces llegan disfrazadas con la frase popular de que en la isla “no existe el racismo’’. Otras muy visibles y con la intención de callar e invalidar las experiencias de estas mujeres.
“A pesar de que el discurso nacional puertorriqueño dice que somos la mezcla de tres razas, vemos que los resultados del Censo dan al traste. El racismo en Puerto Rico existe, se sobrevive cotidianamente, particularmente en las personas visiblemente negras y es muy violento. Sí existe el racismo, a pesar de que se insiste en que no existe por la mezcla de las razas, es importante que se reconozca y se enumere la manera en la que se manifiesta. Hay que hablar de esto todos los días’’, apuntó la profesora.
A pesar de que la mayoría de los puertorriqueños se autoidentificaban como “blancos” al llenar el Censo, un estudio reciente hecho por la Dra. Isar Godreau, investigadora del Instituto de Investigaciones Interdisciplinarias de la Universidad de Puerto Rico en Cayey, y la Dra. Yarimar Bonilla, del Centro de Estudios Puertorriqueños de Hunter College-CUNY, reveló que hubo una dramática reducción en la cantidad de personas que se autoidentificaron de esta forma en el Censo del 2020.
Específicamente, el Censo reportó que la cantidad de personas que se autoidentificaron como “blancas” bajó de un 75.8% en el 2010 a un 17.1% en el 2020.
Según Abadía-Rexach, las estadísticas del salario de las mujeres negras, de empobrecimiento y otras variables son ejemplo del racismo estructural sistemático que existe en la isla y que, asimismo, ponen en juego muchas vidas. “La gente que está en estado de más vulnerabilidad, cuando miramos su perfil, son personas negras’’, sostuvo.
Sin embargo, ante la falta de política pública antirracista, poco son los números y datos compartidos de forma pública. “Por ejemplo, se eliminó la variable raza en las personas sin hogar y las personas encarceladas y eso es una forma de decir: ‘no existe el racismo’ y es una falacia. Incluso. es una falacia el mito de decir que hay racismo a la inversa, porque es la forma de decir que no existe, para no reconocerlo’’, explicó.
Precisamente, un informe publicado en el 2018 por la División de Asuntos de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas destacó los desafíos en la visibilidad estadística de aspectos como la economía, la educación e incluso la violencia que experimentan cotidianamente las mujeres negras y afrodescendientes en países latinoamericanos y caribeños.
Por otro parte, el estudio realizado por la antropóloga Isar Pilar Godreau Santiago y el catedrático asociado de estadísticas y finanzas de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Cayey, José Caraballo Cueto; Colorism and Health Disparities in Home Countries: The Case of Puerto Rico, puso en manifiesto que, a raíz de la discriminación, las personas negras se exponen a cuidados de salud precarios, falta de acceso a seguros médicos y hasta una nutrición incorrecta.
Hipersexualización y microracismos
A lo largo de los años los cuerpos de las personas negras, en especial mujeres, han sido violentados y encajonados en estereotipos y prejuicios que fomentan la violencia machista y racista, de acuerdo con Ana Castillo Muñoz, periodista, coach sexual y creadora de la plataforma educativa Con el verbo en la piel.
“Nuestras ancestras fueron mujeres que esclavizaron no solamente en la mano de obra, también explotando sus cuerpos, pues las personas que las esclavizaron las violaban y las hacían tener muchos hijos que, eventualmente, pasarían a trabajar en la tierra y a continuar siendo explotados, así que ya desde ahí se marcan ciertas libertades cuando relacionan con los cuerpos de las mujeres negras. Si lo extrapolamos a la actualidad, se puede ver, por ejemplo, desde la hipersexualización. De momento se le caracteriza a la mujer negra como una diosa en la cama, que es buena, etcétera y la gente parte con ese pensamiento y se toman muchas libertades y atrevimientos en base a eso’’, explicó la escritora del poemario Corona de Flores, el cual describe como un homenaje al perdón y la herramienta con la que logró apalabrar y sanar ciertas experiencias de su niñez, vividas junto a sus padres inmigrantes.
En relación a sus días como niña negra, Castillo Muñoz contó que, si pudiera hablar con esa pequeña Ana, le aconsejaría no darle valor a los comentarios sobre su pelo, peso,color de piel y existencia. “Que no tema nunca de sus capacidades y no crea todas las historias que dicen sobre la valía de una mujer o cuerpo feminizado’’, expuso.
El intento de menospreciar a las mujeres afrocaribeñas por sus atributos físicos es un ejemplo de los microracismos que viven a diario. Estos, descritos por la organización feminista Taller Salud en su página web, son tan dañinos como las otras prácticas y “continúan reproduciendo mentalidades y expectativas prejuiciadas y racistas en los diferentes espacios personales’’.
«Comúnmente, los microracismos son comentarios como: “Eres una negra fina’’ o “Para ser negra, eres bien linda’’, describen.
Tanto Abadía-Rexach como Castillo Muñoz se destacan hoy en Puerto Rico por sus aportes como activistas sobre los derechos de las mujeres negras del Caribe y América Latina. Pero, asimismo, la reconocida escritora Mayra Santos Febres, quien a través de la literatura ha compartido sus experiencias. Novelas como Sirena Selena vestida de pena, Fe en disfraz, Nuestras señora noche y Antes que llegue la luz recopilan hoy lo vivido.
“Mediante mi literatura cuento mucho de lo que me ha pasado a mí, disfrazado en el relato de vida de personajes o contando mi propia vida. Intento esconder poco bajo el manto de la ficción. Ahí están mis anécdotas de vida y la de mis ancestras’’, expresó.
Santos Febres afirmó que ha sido el tiempo su aliado para entender cuán merecedora es de los premios y reconocimientos obtenidos en su trayectoria, pues la misma sociedad le hizo desarrollar “un mecanismo de compensación’’, para así probarle al mundo su valor como profesional.
“Viví por mucho tiempo probándome superior, para no ser invisibilizada, silenciada, marginada. Esa lucha interna la viven muchos seres marginalizados y racializados en este mundo. Cansa. Ya no vivo así. No se trata de matarte trabajando para probarte merecedora de un lugar en el mundo’’, compartió.
Estas tres voces coincidieron en que aún falta “muchísimo’’ para erradicar el racismo en la isla y apuntaron a la educación con perspectiva antirracista como la clave para lograrlo.
“Esa tendencia a oprimir está muy presente. ¿Qué se matiza? ¿Qué quizás el contexto es distinto? Pues sí, pero eso no significa que no exista el racismo y no haga falta hacer más. Principalmente escuchar, reconocer la existencia del racismo antinegro e incluir perspectiva antirracista. Tiene que haber política pública antirracista’’, señaló la antropóloga.
Por su parte, la ensayista añadió que el reto actual es lograr que el Gobierno exija a empresas públicas y privadas estadísticas periódicas sobre empleo.
“Que muestren cuántos afros estamos empleados en dichos sectores y en qué puestos. Solo con esa información podemos tener acceso a números claros que muestren la integración laboral, económica, social y la criminalización y exclusión sostenida de los afrodescendientes’’, puntualizó.
Santos Febres recordó que este año, del 9 al 13 de noviembre de 2021, se celebrará de manera internacional el Tercer Congreso de Afrodescendencia.