“Dialogar abiertamente con nuestros hijos sobre aspectos importantes como lo son la guerra y los conflictos entre países aumenta el nivel de empatía del menor, al igual que el respeto por las necesidades de los otros”, estableció el presidente de la Asociación de Psicología Escolar de Puerto Rico (APEP), Héctor Hernández Loubriel.
Añadió que el diálogo con el niño o niña debe de ser focalizado en valores, compasión y respeto.
Especificó que, de acuerdo con la Asociación Nacional de Psicólogos Escolares (NASP, por sus siglas en inglés), en el caso de los niños de nivel elemental, se debe permitir que expresen sus dudas e interrogantes acerca el tema y enfocarse solo en contestar justamente la información necesaria.
Advirtió que el padre, madre o encargado debe de estar consciente de que el menor va a percibir la situación de una manera diferente a un adulto. Por esto, le debe proporcionar información breve, sencilla y con seguridad. Alertó de que deben evitar hablar frente a los menores comentarios que ofrezcan detalles que pudiesen provocarles miedo.
Por su parte, la expresidenta de la APEP, Marta Rolón Martínez, enfatizó en que es importante iniciar la conversación, pues ya la mayoría habrá tenido exposición al tema por los medios, conversaciones de otros y la escuela.
“Pregunte qué saben sobre la situación, cómo se sienten acerca de lo que está sucediendo en Ucrania y responda a las preocupaciones que comparten, escuche y haga preguntas para verificar si sus hijos entienden la situación con precisión, pues pueden pensar que están en riesgo cuando no lo están”,ejemplificó Rolón Martínez.
Indicó que, si el menor presenta muchas preguntas o la situación continúa complicándose, el cuidador principal debe de planificar múltiples conversaciones con sus hijos. También, recomendó tener conversaciones familiares sobre maneras de apoyar a las personas involucradas, como donar dinero o recursos, ejercer trabajo voluntario con una organización.
Mientras, en el caso de los menores en la etapa de la adolescencia, Hernández Loubriel comentó que los cuidadores principales deben responder a sus preguntas con un énfasis en separar la realidad y la fantasía. Es decir, que les den datos con mayor especificidad y según su etapa de desarrollo.
Asimismo, Rolón Martínez coincidió con el psicólogo escolar al decir que, en este grupo de edad, el adulto se debe de asegurar de abarcar las complejidades de la situación política y los impactos potenciales.
Recomendaciones
De acuerdo con Hernández Loubriel, es esencial que los adultos que estén dirigiendo la conversación validen los sentimientos y pensamientos del menor, monitoreen el aspecto emocional de nuestros niños y adolescentes.
Asimismo, hizo hincapié en que deben entender y evaluar si es necesario buscar ayuda profesional para evitar que la situación afecte el funcionamiento del menor.
Mientras, la también terapeuta en trauma de niños y adolescentes, Rolón Martínez subrayó que la conversación debe mantenerse como relato de la situación y no sobre culpas ni aspectos crudos o violentos de la guerra o el conflicto.
Comentó que un “buen momento” para hablar sobre el tema podría ser de camino a casa desde la escuela. De manera similar, dijo que el padre, madre o encargado puede iniciar la conversación preguntando si los maestros han mencionado el conflicto y qué preguntas o dudas tienen acerca del tema.
Añadió que se puede utilizar un mapa para crear conciencia de dónde están los países involucrados, hablar de la ayuda humanitaria de los países vecinos, que en el caso de Ucrania, están siendo recibidos y cuidados por otros.
Resaltó que los cuidadores pueden ayudar limitando la exposición a la cobertura de los medios, incluidas las discusiones sobre la guerra en las redes sociales.
Los padres, madres o encargados de adolescentes, al estar más expuestos a las redes sociales y a la desinformación, pueden ver los medios junto a sus hijos, de forma limitada, para responder preguntas o explicar qué están narrando los periodistas, propuso la también delegada en Puerto Rico de la Asociación Nacional de Psicólogos Escolares.
Posibles dificultades al enfrentar el tema
Tratar temas relacionados a la guerra, puede provocar en los niños sentimientos de miedo, coraje y tristeza, afirmó Hernández Loubriel al tipificar a la ventilación expresión de sentimientos como la dificultad principal al tocar el tema.
No obstante, afirmó que, de ahí, nace la importancia de validar las emociones del menor y trabajarlo con la información que éste pueda manejar.
Por otro lado, Rolón Martínez describió que el manejo de las emociones de los cuidadores también puede ser un obstáculo.
Agregó que es esencial asegurarle al menor que su entorno es seguro y mantenerse lo más calmado o calmada posible, usando un tono de voz de narración, donde se cuente lo que ocurre sin entonaciones que puedan darle una carga emocional.
Sin embargo, indicó que, si al narrar no puede evitar mostrar tristeza o miedo puede dejarle saber cómo esto le hace sentir nombrando la emoción. También, de ser el caso, sugirió pausar, tomar aire, pedir un momento para calmarse y, entonces, continuar.
Añadió a la desinformación como otro posible problema, ya que puede provocar miedo a contestar preguntas de forma incorrecta.
“Si no está seguro de una respuesta, está bien. Deja que los niños sepan que no sabes la respuesta,aprecia la pregunta y que pueden trabajar juntos para encontrar la respuesta”, aconsejó.
Mientras, especificó que, en el caso de las personas más afectadas los cuidadores principales deben de estar alerta a síntomas de trastornos o distorsiones de salud mental como lo es la ansiedad, estrés y trauma.
Algunas de las señales de alerta mencionadas fueron falta de sueño, aislamiento, apego excesivo a cuidadores, conductas de regresión, llanto frecuente e hipervigilancia.