Mañana miércoles a las 2:00 pm estaremos conversando por Facebook Live con la doctora Annie Vaillant, ginecóloga y paciente de cáncer de ovario, y con la psicóloga Sandra López sobre el rol del estado emocional en el manejo del diagnóstico y tratamiento del cáncer, gracias al apoyo de FHC First Healthcare. ¡Sintoniza a través del Facebook de Es Mental o de FHC – Salud Mental!
La ginecóloga Annie Vaillant recibió en enero de este año una noticia que no esperaba: su cáncer de ovario había regresado.
A Vaillant le chocó enfrentarse nuevamente al cáncer porque pensaba que se encontraba bien de salud tras la operación a la que fue sometida en el 2017, además del tratamiento que recibió en ese entonces, según contó a Es Mental.
Sin embargo, en esta nueva lucha contra el cáncer que le ha tocado vivir, Vaillant se ha mantenido con una actitud positiva, a pesar de que al principio sintió tristeza, miedo e incertidumbre.
“Yo me considero una persona bastante fuerte emocionalmente. Pero para mí la recurrencia fue más impactante que el cáncer original, que cuando lo tuve por primera vez. Me chocó un poquito más el hecho de que yo me había hecho la cirugía, me trataron, estaba bien, me sentía bien”, sostuvo la doctora.
Tras el nuevo diagnóstico fue sometida a una cirugía por laparoscopía, está en tratamiento de quimioterapia y toma un medicamento oral, indicó. Lleva cinco tratamientos de quimioterapia y en dos semanas recibe el último.
“Estoy positiva y con el favor de Dios, pues ya ésta será la vencida”, dijo sobre su más reciente batalla.
¿Cuál ha sido la importancia de mantener una buena actitud durante el proceso?, preguntó Es Mental.
“El no darle espacio a pensar en las cosas malas del diagnóstico que tienes, sino de ver el lado positivo. Por algo pasan las cosas, uno aprende de cada situación en la vida. Para mí esto ha sido un aprendizaje. Yo siempre digo que este es el club al que nadie quiere pertenecer, pero cuando estás ahí, obviamente, vas a tener lecciones”, expresó.
La manera de pensar atrae las cosas que se vas a recibir, agregó.
Ginecóloga y paciente: arma de doble filo
Ante el hecho de ser ginecóloga y a la vez enfrentar el cáncer de ovario, sostuvo que para ella el saber es un “arma de doble filo”.

Como especialista, dijo, conoce perfectamente su enfermedad y cómo se comporta, pero esto a su vez le provoca un poco de ansiedad y estrés.
Sin embargo, también reconoce que de no ser ginecología no sabría que “hubiera sido de mí”, ya que ella misma fue la que se encontró la masa la primera vez en el 2017, cuando tenía 30 años.
“Como no tenía ningún síntoma realmente, pues a lo mejor hubiese sido algo que se agarrara más tarde. Así que creo que me ayuda en el aspecto de saber a qué me voy a enfrentar, los síntomas que voy a tener, a qué cosas tengo que estar pendiente. Pues todo eso me ayuda mucho saberlo, pero también de la misma manera, me puede dar un poquito más de ansiedad”, explicó sobre las ventajas y desventajas de ser ginecóloga y enfrentar su enfermedad.
Por otro lado, aseguró que al ser paciente de cáncer se puede identificar mejor con sus pacientes, sobre todo las que sufren de la misma enfermedad, y les puede brindar algo de tranquilidad y seguridad. Puede hablarles un poco más desde el lado del paciente y más allá de lo que dicen los libros de medicina.
“Les puedo hablar no sólo como médico y lo que dicen los libros, sino también pues como ser humano que conoce y qué pasó y que está en el proceso todavía”, indicó.
Clave el apoyo familiar
Según Vaillant, el sistema de apoyo que tenga un paciente de cáncer hace la diferencia durante el proceso. Para ella, su familia, su esposo y su hija son su apoyo.
En el caso de su hija, trata de que el proceso pase lo más desapercibido en ella, dijo.
“Ella sabe lo que está pasando, pero yo estoy bien y yo salgo con ella, la llevo al parque. O sea que yo quiero que ella sienta que estoy bien. Lo mismo con mi familia. A mí no me gusta que ellos sufran o que tengan miedo, o sea que siempre trato de proyectarles a ellos lo mismo: que estoy bien”, agregó.
El impacto psicológico
La psicóloga Sandra López aseguró que la noticia de cáncer causa un impacto psicológico fuerte no solo porque nadie se imagina en un escenario como ese, sino también por la connotación negativa que tiene la palabra.
Sin embargo, dijo que “tener una actitud negativa hacia la enfermedad trae consigo creencias y pensamientos negativos, que se pueden traducir en más problemas de salud física y emocional”.
“Los pensamientos son muy poderosos porque nos los creemos sin cuestionarlos y tomamos decisiones en base a pensamientos que no son necesariamente correctos. Esto se traduce en una pobre calidad de vida, en angustia, depresión, ansiedad”, agregó la experta.
Indicó que las implicaciones físicas van desde una activación fisiológica de estrés, hasta poca adherencia al tratamiento, cuya consecuencia es un deterioro en la salud.
“El cuerpo siempre se encuentra en un estado de estrés mínimo que, ante determinadas situaciones, como enfrentar una enfermedad potencialmente mortal, aumenta. Esto puede causar un efecto beneficioso o negativo, dependiendo de si la reacción es suficiente para cubrir una determinada demanda o si esta ‘supera’ a la persona. Este nivel de equilibrio dependerá de los factores individuales (biológicos y psicológicos) de las distintas situaciones y experiencias”, explicó López.
Añadió que cuando se mantiene la presión y se entra en el estado de resistencia, las personas empiezan a tener una sensación de tensión muscular, palpitaciones. Además, dijo que si el estresor continúa, se pueden experimentar síntomas que son percibidos como negativos y producen preocupación, lo que a su vez agrava los síntomas y así puede llegar a crearse un círculo vicioso.
Sobre la detección temprana que hablan los especialistas, López dijo que “a veces la vida nos sorprende y no siempre recibimos un diagnóstico ‘a tiempo’. Si esto ocurre, y lo que le resta de vida a la persona son seis meses o un año, el paciente tiene el derecho de decidir cómo desea vivir ese periodo y la actitud es clave», dijo.
Una actitud positiva, aun en la adversidad es posible, aseguró López.
Estrategias para mantenerse positivo ante el cáncer
La psicóloga López aseguró que hay varias estrategias para que un paciente pueda mantener una buena actitud a pesar de las circunstancias, entre ellas ir a psicoterapia para trabajar con la aceptación de la enfermedad (y aceptación no es igual a resignación), hasta técnicas de mindfulness o atención plena.
“Cuando recibimos un diagnóstico de cáncer (y puedo incluirme, porque también lo tuve) entramos en un proceso de duelo porque hemos perdido algo valioso: la salud. Entramos en un torbellino de emociones que nos llevan por cinco etapas: depresión, coraje, negación, negociación y aceptación. Una vez aceptamos que tenemos la enfermedad, estamos en una mejor disposición (actitud) para enfrentarnos a lo que viene y aquí es cuando decimos que aceptar no es resignarse; ¡es luchar!”, sostuvo.
Otras técnicas recomendadas por la psicóloga son relajación muscular progresiva, asistir a terapia familiar o grupos de apoyo y hacer ejercicio físico (siempre que sea posible). También dijo que la farmacoterapia siempre es una opción siempre y cuando se combine con psicoterapia.
“Tomar medicamentos sin recibir psicoterapia es como sacar el pie del zapato en lugar de sacar la piedra en el zapato. Una vez termines los medicamentos, los pensamientos seguirán causando depresión, angustia, ansiedad”, agregó.
El apoyo de la familia
López aseguró que los familiares, quienes están para apoyar, también pueden necesitar apoyo psicológico porque tienen sus propios temores, los que muchas veces ocultan para no preocupar al paciente.
Dijo que la mejor forma de apoyar es preguntándole al paciente cómo puede ayudarlo.
“Yo pudiera pensar que el apoyo que mi familiar enfermo necesita es que lo lleve y traiga a las citas, pero a lo mejor eso ya lo tiene resuelto y su preocupación es quién va a cuidarle las mascotas. Eso lo podemos saber preguntando. Claro, eso es como un cheque en blanco porque, ¿y si me pide algo que no puedo darle?. En ese caso, hablamos con honestidad: ‘Con eso no puedo ayudarte, pero puedo ayudarte a conseguir a alguien’. O, quizás: ‘No puedo cuidarlos todos los días, pero puedo hacerme cargo, los fines de semana’. Es hablar de frente, con la verdad, y buscar soluciones”, recomendó.
Aconsejó que una vez que los familiares conozcan cuáles son las necesidades del paciente deben hacer una reunión en la que cada uno exprese de qué manera puede aportar al desarrollo positivo de la situación.
“Tristemente, no todos los que reciben el diagnóstico sobrevivirán. En ocasiones nos tocará tener conversaciones incómodas, dolorosas, pero necesarias. A veces tendremos que dejar ir con amor. Otras veces tendremos que darles permiso para que se vayan. Lo importante, en uno o en otro caso, es el amor expresado y demostrado entre unos y otros. Al final, con eso es con lo que nos quedamos todos”, puntualizó López.