Con o sin la COVID persistente, los pacientes con el  coronavirus deben de considerar ser atendidos por un fisioterapeuta, especificó la neumóloga Mariola Rivera Reyes al subrayar la importancia de tener a un equipo interdisciplinario de salubristas tratando a personas con la COVID-19 y sus variantes.

Detalló que dado a que los síntomas principales de la COVID-19 incluyen al cansancio y que muchos de los pacientes están largos periodos de tiempo en el hospital, muchas veces luego de contraer el virus las personas tienen que “aprender nuevamente a caminar”, pues se afecta su condición física.

Sin embargo, se ha visto una nueva ola de pacientes con la COVID persistente, secuela que implica uno o una serie de síntomas posterior a estar contagiado que dificultan la recuperación de los pacientes.

Según una revisión de literatura científica realizada por el Departamento de Epidemiología y Salud Poblacional en la Universidad Stanford a través de 45 estudios y 9751 participantes, un 73% de los pacientes con COVID-19 han mostrado sufrir de por lo menos un síntoma persistente. Apunta a que los síntomas principalmente vistos en esta comunidad son dificultad para respirar o disnea, fatiga o agotamiento, y trastornos del sueño o insomnio. 

Mientras, la integrante de la Asociación Puertorriqueña de Fisioterapia, Edliné M. Morales Gómez, puntualizó que con el pasar de las semanas, estos pacientes pueden también sufrir de fatiga, malestar en los huesos, trastornos o síntomas de distorsiones de salud mental y problemas de memoria. 

Enfatizó en la importancia de la terapia física en el proceso de la rehabilitación para agilizar o facilitar el proceso de recuperación de los pacientes, asistiéndolos a volver a ser lo más funcionales posibles. Describió al proceso de rehabilitación como uno planificado en base a la capacidad física de la persona, de manera pausada, adecuada, segura y adaptada a sus niveles de energía.

A su vez, el fisioterapista Misael Riquelme Batista añadió una comparativa al establecer: “Imagínate que tienes un tanque de gasolina y esa es la energía que tienes para el día. Uno tiene que crear conciencia de sus límites y cuánta gasolina le queda. En el caso de los pacientes con long covid, puede ser que antes se despertaban con el tanque lleno y, tras tener el virus, ahora inician su día con la mitad”.

¿Qué es la COVID persistente?

Como fue detallado anteriormente, cuando se habla sobre una persona con Covid persistente se refiere a los pacientes que, luego de tener el virus, sufren síntomas continuos, de acuerdo con Rivera Reyes. 

Sin embargo, según la Asociación Americana de Fisioterapia (APTA, por sus siglas en inglés), entre las instituciones de salud hay una discrepancia sobre esta definición, iniciando por el detalle de que se refieren a ella como “condiciones posteriores a la COVID” y no como longcovid.

De acuerdo con el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), son síntomas que pueden durar semanas o incluso meses, que no dependen de la gravedad en la que la persona generó la COVID-19.

Mientras, según la Organización de Salud Mundial (OMS), la condición “post COVID” ocurre en pacientes con antecedentes de la infección probable o confirmada y recae en personas que, generalmente 3 meses desde el inicio de COVID-19, tienen síntomas que duran al menos 2 meses y no pueden ser explicados por un diagnóstico alternativo.

Ambos entes afirman en sus páginas cibernéticas que estas son definiciones temporales. Sin embargo, de acuerdo con la APTA la diferencia entre ambas definiciones evidencia que hay una necesidad por continuar estudiando el tema.

Por su parte, Rivera Reyes, explicó que no se puede estimar la duración del longcovid, pues en cada pacientes es distinto. Riquelme Batista coincidió.

Rivera Reyes mencionó que hay pacientes que tardan unos meses, otros unos años y algunos para los que esta se convierte en su nueva realidad. No obstante, aclaró que la edad no es un aspecto del cual el proceso de recuperación depende, pues se han observado tanto pacientes pediátricos como de otros rangos de edades que no regresan a su antes llamada “normalidad”.

Mientras, según la también experta en salud pública, Morales Gómez, las personas mayores de edad, inmunocomprometidos, con enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión son más vulnerables a desarrollar síntomas a mayor magnitud y gravedad.

A su vez, Reyes Rivera destacó que, de acuerdo a los estudios realizados sobre el tema, del 4% al 30% de los pacientes con COVID-19 pueden desarrollar el COVID persistente. Explicó que hay algunos pacientes que solo sufren un síntoma, sin embargo, hay otros que tienen varios.

Más aún, Rivera Reyes añadió que un síntoma del COVID persistente puede ser represalias neurológicas en el caso de los pacientes con alzhéimer temprano o demencia, pues tras tener la enfermedad se ha visto un mayor deterioro o empeoramiento en su condición.

¿Cómo surgió el conocimiento sobre la COVID persistente?

Lo que obligó a los salubristas en Puerto Rico, como en otros países, a reconocer al long covid fueron las redes sociales, pues se crearon grupos de apoyo, que luego se convirtieron en comunidades de personas de todo tipo de nacionalidades que sufrían de  estos mismos síntomas, detalló Rivera Reyes. 

“Estas personas se dieron cuenta de que ‘finalmente alguien me entiende’ y comenzaron a hablar con científicos y médicos en sus países e incitaron la creación de estudios clínicos sobre el tema. Mucha de la literatura que existe es gracias a estos grupos”, concluyó.

Confesó que dado a la falta de preparación respecto al tema de parte de los profesionales de salud en Puerto Rico, al inicio se despacharon de las oficinas médicas a muchos pacientes con estos síntomas, pues se desconocía lo que era la COVID persistente. Explicó que a raíz de este rechazo de parte de los salubristas, muchos pacientes generaron problemas de salud mental e incluso cometieron actos suicidas.