Dolor. Lágrimas. Infelicidad. Tres palabras que podrían describir los sentimientos vividos por los seres humanos tras una ruptura amorosa inesperada, considerada por algunos expertos de la conducta humana como una de las pérdidas más significativas en la vida de cualquier persona.
Y es que al experimentar una ruptura sentimental, las personas pasan por un proceso de duelo, llamado “duelo por ruptura”, el cual se caracteriza por la sensación de pérdida o ausencia y trae consigo repercusiones físicas y emocionales.
“Se vive la misma experiencia de pérdida. Una ruptura amorosa puede ser una experiencia muy dolorosa y traumática para muchas personas y las marca, le deja heridas, secuelas y aprendizaje», explicó a Es Mental la psicóloga especialista en relaciones saludables, Joharys Aybar.
De acuerdo con la psicóloga, aunque cada persona puede enfrentar el rompimiento de un vínculo amoroso de forma diferente, para algunas puede ser inminente las secuelas de miedo, abandono, frustración, inseguridad, ira, entre otras.
“Estamos hablando de que un vínculo amoroso es una experiencia humana bien sensible, llena de vulnerabilidad, a quien tú estás confiando tu cuerpo y alma y de eso se crea un vínculo bien íntimo, entonces, imagínate cómo se vulnera una persona que puede perder a otra o que la relación haya terminado por los motivos que sean”, sostuvo.
Por tratarse de una situación difícil y dolorosa, que además viene acompañada por etapas como negación, coraje, negociación, depresión y finalmente la aceptación, algunos se deben estar preguntando si se puede o no superar una ruptura.
Según la psicóloga clínica Janyfel Colón Valentín, esto sí es posible, aunque el proceso de sanación dependerá de la intensidad y circunstancia del rompimiento.
“Hay separaciones que se superan de una forma natural y más llevadera, pero hay otras mucho más complicadas, como, por ejemplo, cuando es de forma repentina o inesperada o cuando hay infidelidad, ya este tipo de separación va a tener un impacto mayor y profundo a la autoestima a la persona. Esta persona puede demorarse más y probablemente va a requerir de mayor ayuda por parte de un profesional de la salud mental”, contó.
Con esto coincidió Aybar y añadió que, si se trata de un caso en el cual destaca una dependencia emocional, puede ser un proceso más largo.
“Hay señales para identificar la dependencia emocional, como cuando de alguna manera tu pareja se vuelve el centro de tu vida, tu estado de ánimo depende de esa persona o tus sueños y proyectos se trastocan de acuerdo a cómo esta persona está contigo. Una persona, desde la dependencia, sufre en esa relación, cree sentirse bien, pero está sufriendo por el otro o por la otra”, señaló.
Por su parte, Colón Valentín recomendó la búsqueda temprana de ayuda profesional, para evitar que los sentimientos sean invalidados por otras personas.
“Ir a un psicólogo en esas etapas iniciales es una de las cosas que recomiendo, porque te va ayudar a sentirse escuchado o escuchada sin juicios. La terapia psicológica efectivamente es una de esas herramientas que nos ofrece acompañamiento”, agregó.
Aconsejó al público a aprender a identificar los pensamientos de culpa y dolor y gestionarlos, a no huir del dolor mediante acciones como el consumo del alcohol o drogas, trabajar el sentimiento de soledad de forma saludable, lo que significa evitar sumarse rápidamente a una nueva relación “porque esto va a traer a la persona mayor confusión e incluso sensación de culpa”. “Es importante darse ese tiempo de poder sanar”, dijo.
No dejó de un lado la importancia de pedir ayuda en el momento que sea necesario. “Sufrir en silencio no es una opción saludable. Cuando no expresamos o buscamos ayuda nos quedamos estancados en una fase de mucho dolor”, concluyó.
Finalmente, Aybar hizo hincapié en la importancia de desarrollar amor propio.
“Todos los seres humanos transitamos, en algún momento de nuestra vida, por zonas grises. Sobre todo, cuando tenemos unas expectativas sobre nuestra relación de pareja y pensamos que esa relación va a ser eterna. Siempre debemos tener claro que, para estar bien, hay que ver si ese vínculo nos está haciendo bien. Por consiguiente, la relación más importante es la que tenemos con nosotros mismo, si la desarrollamos y la trabajamos arduamente, posiblemente vamos a tener relaciones sanas y saludables con el otro”, subrayó.
La psicóloga apuntó a que todas las personas tienen la oportunidad de sanar y recuperarse tras el dolor, la tristeza y otros de los sentimientos experimentados luego de una ruptura.
“Los seres humanos no queremos sentir dolor, entonces, nos queremos negar el dolor. Pero después de una ruptura llega el dolor y tenemos que hacer las paces con el mismo. Así que debes tener mucha paciencia para conectar con esa incomodidad, ese dolor y esa vulnerabilidad interna y, asimismo, aceptar que, aunque duele, nos está ocurriendo”, puntualizó.