Hacer compras parece una práctica muy común para las personas. Sin embargo, cuando esto se transforma en un conducta compulsiva con la intención de calmar ciertas emociones, podría alerta sobre una situación relacionada a la salud emocional. Sobre esto, Es Mental conversó con profesionales.

De acuerdo con el psicólogo clínico, doctor Héctor Concepción, comprar de manera compulsiva está reforzado en gran medida por las emociones, ya que el cerebro está diseñado para buscar placer y evitar el dolor o el displacer. 

Así que cuando una conducta se ha vuelto habitual y por ende compulsiva no llevarla a cabo puede generar emociones y estados de ánimo negativos, haciendo que se busque revertir esta incómoda situación a través de ciertas conductas.

“La dopamina, un neurotransmisor que es responsable de las sensaciones de placer, bienestar, gratificación y recompensas, se genera en mayores cantidades cuando experimentamos placer”, afirmó.

Esto puede llevar al denominado gasto emocional, que significa comprar algo que no es necesario y que quizá ni siquiera se deseaba, buscando satisfacer una necesidad emocional, destaca un artículo sobre el tema.

El mismo podría implicar hacer compras para distraerse de emociones negativas como el estrés, la tristeza o el aislamiento o incluso hacerlas por aburrimiento.

La doctora Yairlen Plaza, psicóloga clínica señaló que este tipo de gasto llevará a la persona a obtener una gratificación inmediata, siendo una manera para distraerse de emociones que de alguna manera le afecten negativamente. 

“En la mayoría de las veces son cosas que la persona no necesita, que de momento se justifican con que estaba en especial o compre dos por uno, para justificar la necesidad de comprarlo pero, realmente es para llenar ese espacio a nivel emocional”, explicó.

De acuerdo con Plaza, en ocasiones realizar comprar es una manera de redirigir la atención de aquello agobiante o preocupante, obteniendo así un bienestar pasajero.

El especialista en mercadeo, Juan Carlos Pedreira sostuvo que para muchos el comprar, más que una necesidad, es una válvula de escape. 

Por lo que, el Internet y la facilidad que ofrecen ciertas plataformas de compra online, puede resultar nocivo para algunas personas, destacó

Pedreira afirmó que, con o sin pandemia, las compras en línea han tenido un incremento exponencial, ya que resulta mucho más conveniente. 

“Estas plataformas tienen unos incentivos muy grandes de hacer las cosas cada vez más fácil y simple para las personas”, enfatizó.

Efectos en el área económica y emocional

El especialista explicó que además de presentar dificultades económicas, los compradores compulsivos pueden experimentar inestabilidad en el acceso a servicios de salud por falta de recursos económicos, dificultades interpersonales con familia, pareja, entorno laboral, entre otros. 

Del mismo modo aseguró que pueden llegar a sentir que no tienen control de sus vidas o incluso, perder el control de la misma, generando sentimientos de impotencia y angustia, frecuentemente detonantes de sintomatología de depresión y ansiedad.

Recomendaciones 

El especialista recomendó que no se utilicen estas plataformas de compra en línea como un relajante mental y que antes de comprar se debe de pensar en cuál es el propósito de esa compra.

“No dejarte llevar por las emociones, sino tratar de ser lo más racional posible a la hora de hacer estas compras”, recomendó.

Asimismo, aconsejó no comprar lo primero que se vea, sino que se tenga consciencia, para que las compras no afecten las finanzas. 

“Si sientes que no tienes control sobre lo que gastas y esto está afectando en uno o más ámbitos de tu vida es importante que busques ayuda profesional”, afirmó Concepción.

De acuerdo con Concepción, es importante reconocer que para cambiar un hábito, este debe ser identificado como uno dañino o perjudicial. 

Entre sus recomendaciones principales, sostuvo que primordialmente podrían adoptarse nuevos hábitos más saludables que sustituyan al hábito que se desea cambiar. 

Recomendó también cambios en la rutina como:

  • Disminuir visitas a centros comerciales.
  • Cambiar de rutas, si estas te llevan a pasar muy cerca de un centro comercial.
  • Eliminar la opción de que tus dispositivos electrónicos recuerden la información de tarjetas de crédito o contraseñas para hacer más dificultosa la compra en línea.
  • Evitar rodearse de personas que tengan el mismo hábito.

En concordancia, Plaza afirmó que en estos casos la persona no necesariamente podrá tener el control si tiene ya un diagnóstico de salud mental y, en dicho sentido habló sobre el diagnóstico bipolar tipo uno o el de trastorno límite de personalidad. 

En los que se manifiestan ciertas conductas sin necesario control, por lo que es necesario algún tutor como apoyo a la hora del manejo de las finanzas de estas personas.

Referente a las personas que no necesariamente tengan algún tipo de diagnóstico, Plaza sostuvo que entre las recomendaciones principales pueden ser: 

  • Tener estipulado los pagos necesarios.
  • Que la cuenta de banco de una alerta en cuanto a sus extremos en gastos.

El proceso de hacer análisis de introspección es de suma importancia según la especialista. Esto ayudará a identificar si este comportamiento es autodestructivo no solo para la salud mental, sino también para las finanzas.