La celebración anual de Halloween, que para muchas familias con menores puede ser emocionante, para otras puede presentar un desafío. La exposición al Internet, los videojuegos y las películas, entre otros elementos a temprana edad, pueden motivar o crear temores, incluyendo el miedo a los disfraces que son parte de la celebración.
Como consecuencia, aunque esta festividad puede ser una oportunidad para compartir como familia y expresar creatividad, también puede crear miedos, ansiedades e incomodidad en los niños.
Por este motivo, Es Mental preparó una lista de recomendaciones para los lectores con hijos o hijas menores de edad.
- Explicarle al menor la festividad y los disfraces
Según el psicólogo escolar Andrés Cruz Santos, los menores no tienen la inteligencia ni madurez emocional para entender que los disfraces no son reales y captar que el contenido al que pudiesen ser expuestos no existe. Por esto, es importante ver lo que representa el disfraz para el niño.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Psicología Escolar de Puerto Rico, Héctor Hernández Loubriel, destacó que esta festividad se puede aprovechar el momento para dialogar sobre distintas opciones que fomenten sueños y otros intereses. Asimismo, ambos profesionales entrevistados coincidieron en que los disfraces no necesariamente tienen que proyectar miedo.
- Exponerlo poco a poco
“Es importante conocer cómo son sus hijos, darles el espacio para que estén bien y en su comodidad, hacer actividades que le sumen y no le resten”, enfatizó Cruz Santos. Explicó que si el menor ya tiene un miedo pronunciado hacia la festividad, lo pudiesen llevar a tiendas por departamento que venden disfraces o exponerlo a actividades donde las personas se disfrazan, entre otras ideas.
Si el menor es susceptible a asustarse, no lo deben privar de experiencias, sino que tomar las cosas paso a paso con el fin de hacerlo sentirse más cómodo.
A su vez, Hernández Loubriel añadió que es importante que antes de comprar o de aprobar cualquier tema o concepto para un disfraz, buscar información adicional sobre el contenido y las recomendaciones de edad de los mismos. Si entiende que los intereses de sus hijos no corresponden a las recomendaciones, se debe de dialogar abiertamente sobre el tema y explicarle el porqué no es adecuado.
En esta conversación es importante buscar algunas otras opciones donde también se desarrolle la creatividad del menor hasta buscar un punto medio que sea adecuado para su etapa del desarrollo, aseguró Hernández Loubriel.
- Respetar los límites, sin privar a otros miembros de la familia de expresarse
Aquí es donde para muchos padres pudiese existir un reto adicional. Tener menores o hijos en distintas etapas de desarrollo, implica que todos los miembros de la familia deben de sentirse en libertad de expresar su creatividad y celebrar Halloween, argumentó Cruz Santos. Sin embargo, hacerlo en armonía es un trabajo en equipo, subrayó.
Al lidiar con etapas de desarrollo distintas, lo primero es la comunicación asertiva. Como dicho anteriormente, una vez se elija el disfraz de cada miembro de la familia, se le debe explicar al menor que los disfraces no significan nada, y es todo un teatro.
Mientras, al hijo mayor se le debe hacer hincapié en que no puede molestar al menor, ni hacer sonidos extraños que lo pudiesen perturbar o asustarlo de manera desprevenida, entre otras acciones que pudieran incomodar al menor y hacerlo asociar a la celebración con el miedo. “Es tanto responsabilidad del hijo mayor como de los padres no fomentar ni crear el miedo en el menor”, dijo al repetir que es un trabajo en equipo.
Por otra parte, Hernández Loubriel comentó que es importante considerar que al participar de estas actividades debemos estar conscientes de la etapa de desarrollo donde se encuentre el menor. Es necesario dialogar en familia lo que podría ser adecuado o no. Esta conversación es importante para definir el beneficio y las necesidades de todos los miembros de la familia. Hablar abiertamente con los niños mayores sobre cómo manejar el desear un disfraz no adecuado para un hermano menor.
Con esto también uno debe de aprovechar la oportunidad para crear en nuestros adolescentes e hijos mayores la sensibilidad y la empatía por las necesidades de los menores en la familia, explicó Hernández Loubriel.
- No transmitirle al niño o niña sus propios miedos
“Uno de los elementos más dañinos para el menor pudiese ser los miedos transmitidos por los padres”, detalló Cruz Santos. Aunque pudiese parecer difícil evitar asustarse, es importante considerar que un temor propio pudiese no ser tan impactante para un menor.
Sin embargo, la reacción de miedo de parte de un cuidador principal, sí pudiese afectar al niño, consideró Cruz Santos. Por este motivo, Cruz Santos recomendó que si durante esta celebración ve a una persona disfrazada de una manera que pudiese causarle miedo al adulto, debe intentar no reaccionar y alejarse.
Aparte de las sugerencias ofrecidas anteriormente, ambos profesionales mencionaron la importancia de ser cautelosos con el contenido al que exponen a los menores.
Por lo que a ciertas edades la exposición a destiempo podría causar algunas repercusiones emocionales en nuestros niños, dijo Loubriel Hernández. Se debe de considerar que mucho material y disfraces de la festividad están cargados de contenido violento y/o sexualizado, indicó. Un menor podría presentar miedos, pesadillas o ansiedades por la exposición de un contenido que aún no se está psicológicamente preparado para recibir, detalló.
Asimismo, Cruz Santos presentó que el miedo de un menor por esta celebración pudiese provocar que el menor se aísle y no quiera salir. “Los niños a veces lo que necesitan es apoyo”, detalló.
Mientras, la organización de analistas de comportamientos, Discover Hope, recomendó presentarles a los menores lecturas de Halloween, exponerlos a tradiciones que los padres practicaban durante la festividad, incluirlos en la creación de decoraciones para la casa y ver películas temáticas que sean apropiadas para su edad, entre otros consejos. Sobre todo, la sugerencia principal es mantener un aire de positividad y calma.
“Los niños tienden a tener mucha imaginación, por ende, si ven una imagen o un disfraz que pudiese ser perturbador es normal que tengan ese tipo de reacción”, explicó Cruz Santos. Sin embargo, Cruz Santos argumentó que no todos los menores son iguales. En este marco, cómo reaccione el menor depende de las circunstancias y el contexto en el que este fue criado.