La educación en sexualidad humana es responsabilidad de todos los padres y madres. Es tan importante como la enseñanza de los valores, la moral, las reglas de comportamiento y responsabilidad social. Sin embargo, muchos padres y madres no entienden que sea pertinente dialogar y educar a sus hijos e hijas hasta que llegan a la adolescencia.  

Para los padres y madres es muy difícil tocar el tema de sexualidad con sus hijos(as). Esto puede deberse a diversos motivos, entre ellos, no tener las palabras adecuadas para brindarles a sus hijos(as) las respuestas correctas. En cuanto a los(as) adolescentes, algunos padres y madres podrían pensar que sus hijos(as) no tienen edad para hablar de temas más profundos, y que hacerlo podría levantar aún más la curiosidad y lanzarlos(as) a la experimentación.  Lo que sí es cierto es que  cuando un niño(a) o adolescente hace una pregunta sobre sexualidad, es importante que se les pueda proveer una respuesta y que la misma sea a tono con su etapa de crecimiento y desarrollo de manera que se le ofrezca la información pertinente y correcta.  

Es importante antes de emitir cualquier respuesta, preguntarle al menor qué tipo de información conoce: “¿Qué sabes sobre el tema?” o “¿qué te han dicho sobre el tema?”. También hay que considerar la etapa de crecimiento y desarrollo antes de contestar.  Entre 3 a 5 años los niños podrían realizar preguntas tales como ¿por qué mamá no tiene un pene como el mío?  Una vez indague lo que sabe, podría decirle: “Los niños y las niñas son diferentes.  Las niñas tienen vulva y los niños pene. También las niñas tienen senos, pero los niños no. Por lo tanto, somos diferentes y eso nos hace importantes”. Otra pregunta pudiera ser: ¿Cómo nacen los bebés?  Después de conocer lo que sabe, una respuesta apropiada sería: “Algunos(as) niños(as) nacen por la vulva de la mamá mientras que otros(as) nacen por la barriga de mamá”.

Esto es un buen momento para explicarle las diferencias entre los niños y las niñas. Cabe resaltar que desde que el (la) niño(a) domina el vocabulario, se le debe enseñar el nombre correcto de sus partes. Esto ayuda a que, si en algún momento es víctima de abuso sexual, pueda identificar exactamente la parte que involucra el evento de abuso.

Entre los 5 a 8 años las preguntas podrían estar dirigidas a ¿un hombre puede besar a otro hombre? Es necesario preguntarle al menor: “¿Qué has visto o escuchado sobre eso?” Es una manera de explorar cuál es su percepción al respecto.  Luego puede continuar: “Así como a los hombres le gustan las mujeres, o las mujeres a los hombres, y se aman y disfrutan estar juntos, así ocurre cuando algunos hombres se enamoran y prefieren estar con otros hombres al igual que la mujer puede amar y preferir a una mujer. Lo importante es que cada persona tiene derecho a elegir con quien compartir y es importante respetarlos(as)”.

Las edades de los 9 a  11 años, suelen preguntar:“¿Por qué las niñas sangran?” Este es un buen momento para explicarles sobre la menstruación. Otra pregunta podría ser: “¿Puedo quedar embarazada con un beso?”  La contestación a esta pregunta debe de ser bien clara y precisa en la educación sobre la reproducción. Le puede ayudar libros educativos ilustrados para llevar el mensaje responsablemente.

En la adolescencia, entre los 12 a 15 años, hay preguntas comunes como la siguiente: “¿Es cierto que luego de tener relaciones sexuales si la mujer se acuesta y sube las piernas, no queda embarazada?” Pregunte qué ha escuchado al respecto y luego explique: “Una vez los espermatozoides entran por la vagina de la mujer, existe un riesgo alto de embarazo, siempre y cuando la mujer se encuentre ovulando. Por tanto, en cualquier posición podría quedar embarazada”. También es común: “¿La masturbación hace daño?” Una respuesta adecuada sería: “La masturbación es un acto privado, voluntario y placentero donde puedes conocer tu cuerpo y experimentar diversas sensaciones. Sin embargo, en la medida que dejas de hacer actividades tales como deportes, compartir con tus amigos(as), entre otros, para masturbarte, es momento de buscar ayuda”. 

Puede haber muchas preguntas, especialmente en la adolescencia donde los(as) jóvenes comienzan a experimentar varios cambios físicos, emocionales y psicológicos, que resultan en muchas dudas y preocupaciones.  Lo importante es fomentar siempre el diálogo positivo con sus hijos(as) y guardar siempre la calma frente a ellos(as). De igual forma, de no saber cómo responder, no se sienta mal, puede ser normal. No obstante, busque información con profesionales de la salud mental y sexualidad humana.  Es mejor que lo dialogue con usted, a que busque la información de manera equivocada por parte de otras personas. Esto también puede ayudar como estrategia de prevención del abuso sexual, entre otras situaciones de riesgo.

El autor es profesor universitario, sexólogo forense y coordinador del Comité Promoción Salud Sexual de la Asociación de Psicología de Puerto Rico.