Los aspectos emocionales poseen características individuales en cada ser humano. Sin embargo, al considerar la universalidad de las emociones se apunta a las respuestas emocionales comunes en todos los seres humanos, independientemente del género, cultura, idioma o ubicación geográfica.
Así lo explicó el doctor Héctor Hernández Loubriel, catedrático asociado de la Universidad Albizu, quien señaló que, según el doctor en neuropsiquiatría de la Universidad de California, Paul Ekman, existen varias expresiones faciales universalmente perceptibles, que son correspondientes a cada una de las emociones primarias: alegría, interés, sorpresa, miedo, ira, angustia, desagrado, desprecio y vergüenza.
Entonces, factores externos como la cultura y otros aspectos sociales impactan directamente en cómo las personas perciben los eventos externos que se reflejarán a través de la respuesta emocional de la persona. Indicó que la sociedad y la cultura, desde inicios en la vida del ser humano, moldean su sistema de valores. Por ende, afectará cómo esta persona se adapta a su entorno social y se verá reflejado en cómo experimentan y expresan las emociones.
Agregó que el aprendizaje social es una variable sumamente importante al tratar de explicar el porqué las personas que pertenecen a una cultura en particular reaccionan emocionalmente a diversos estímulos. Incluso, añadió que el cómo las personas interpretan su medioambiente es un factor que podríamos relacionar con su expresión emocional.
Sin embargo, el también presidente de la Asociación de Psicología Escolar dijo que hay ciertas respuestas biológicas asociadas a las emociones que, independientemente de la cultura y las influencias sociales, todos los seres humanos tienen en común, por ejemplo, el llanto asociado a la tristeza o la risa asociada a la felicidad. Pudiera existir algún tipo de diversidad en cómo estás respuestas biológicas las asociamos con las emociones, lo que evidencia que siempre hay un grado de individualismo al hablar de la expresión emocional.
Por su parte, la psicóloga clínica Yarielis Robles Morales comentó que las emociones pueden ser definidas como reacciones subjetivas a la experiencia que se asocian con cambios fisiológicos y conductuales. Son consideradas esenciales para la supervivencia y una fuente importante para el enriquecimiento personal.
Aclaró que el patrón de las reacciones emocionales comienza a desarrollarse desde los primeros años de vida y está muy atado a los elementos básicos de personalidad. Los individuos pueden mostrar diferencias en frecuencias e intensidad con que experimentan una emoción, en los tipos de eventos que la producen, en las expresiones físicas que muestran y en la manera en que actúan como resultado.
No obstante, subrayó que, como se trata de individuos sociales, las emociones son impactadas por factores externos. Explicó que los factores externos pueden influir en lo que siente un individuo acerca de un evento y en la forma que expresan sus emociones. Agregó que existen culturas que pueden mostrar mayor apertura ante ciertas emociones, particularmente las positivas, y desalentar otras.
Indicó que lo que una persona siente no necesariamente es aprendido, pero los significados que le podemos dar a esos sentimientos sí pueden estar influenciados por los factores externos. Ejemplificó que un niño que llora por tristeza, en esencia está sintiendo la emoción; sin embargo, las reacciones que recibe de parte de su entorno, como: “Los niños no lloran”, “Las nenas que lloran se ven feas” y “Ya no llores, no pasa nada”, pueden impactar los significados en ese momento y a su vez tener efectos en el futuro sobre el procesamiento y expresión de las emociones.
¿Cómo el lenguaje impacta las emociones?
El lenguaje es un factor importante en cómo interpretamos nuestro mundo externo e interno, explicó Hernández Loubriel. Por esto, la manera en particular en que se nombran las emociones es la que enmarcará la realidad de esas sensaciones.
A su vez, Robles Morales indicó que el lenguaje y la construcción social tienen muchas influencias en lo que siente un individuo acerca de un evento, la forma en la que expresan sus emociones y el significado que les dan al evento.
Comentó que existe una variabilidad en cómo las culturas ven y categorizan las emociones. También, los idiomas difieren en el número de palabras que tiene para hacer referencia a las emociones.
Destacó que, en muchas ocasiones, las personas no tienen palabras para describir un sinnúmero de reacciones asociadas a cambios fisiológicos y conductuales. En el caso de Puerto Rico, opinó que el aprendizaje emocional es muy limitado.
Según la revista CEUPE, el aprendizaje emocional “es el proceso que consiste en desarrollar habilidades de carácter emocional para identificar, entender, controlar y expresar efectivamente las emociones. Es aquel aprendizaje que permite ser consciente de las propias emociones, y actuar de forma correcta ante ellas».
Detalló que en la Isla se puede observar, en algunas ocasiones, una mayor apertura a la felicidad versus a emociones como el coraje y la tristeza. Es decir, se recibe mayor validación cuando la persona está “feliz” versus cuando muestra coraje o tristeza.
“Necesitamos una estructura para los significados, el procesamiento y la expresión emocional, y cuando llegamos al mundo, es el ambiente que lo provee y nos va moldeando en esos temas junto a otros factores internos”, concluyó al precisar que, como sociedad, es importante que las personas se informen sobre el aprendizaje emocional y el impacto que tiene en los individuos.