Conversamos por Facebook Live con la nutricionista- dietista Lisbeth Santiago, y con la coach en psicología de la alimentación Susana González, sobre la obsesión por los alimentos saludables, gracias al apoyo de FHC First Healthcare. ¡Sintoniza a través del Facebook de Es Mental o de FHC – Salud Mental!*

Balance. Esa es la clave para alimentarse adecuadamente al tiempo en que se evita caer en conductas obsesivas relacionadas a la alimentación.

Así coincidieron el Dr. Juan Figueroa, psicólogo clínico, y la nutricionista-dietista Lisbeth Santiago en entrevista con Es Mental.

Figueroa indicó que, cuando una persona comienza a preocuparse demasiado por los alimentos que consume, sus niveles de ansiedad pueden aumentar.

Estos niveles de ansiedad se pueden ver, por ejemplo, en actividades sociales, donde la persona va a estar atenta a los detalles de los alimentos, en lugar de disfrutar, según explicó.

Indicó que tras esta conducta, la persona puede pasar a vomitar después de la comida o privarse de consumir alimentos, por la obsesión de llegar a una meta en específico. Entonces, esta obsesión puede llevar a desarrollar trastornos asociados a la ansiedad por la comida.

Específicamente, Figueroa explicó que el “pensamiento constante y obsesivo de tener esa conducta de buena alimentación, de medir, de llevarlo al extremo”, se conoce como ortorexia.

A pesar de que la ortorexia aún no está reconocida como un trastorno en el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-5), es una conducta que representa un problema, según el psicólogo clínico. 

Figueroa dijo que esta es una condición de la que se está hablando recientemente y que podría ser incluida en el próximo Manual, dentro del cuadro obsesivo- compulsivo.

“Constantemente, en todo momento (la persona) está enfocándose en la comida saludable, y la continuidad de pensamientos obsesivos puede llevarla a tener conductas compulsivas, de privarse de ciertos alimentos, de evitar socializar e integrarse con otras personas porque no se alimentan de la misma manera o cohibirse de actividades donde se puede exponer socialmente a nivel familiar, porque están en ese proceso de solamente x comida exclusiva”, explicó sobre la ortorexia. 

Figueroa indicó que estas conductas, como la obsesión por los alimentos sanos, se convierten en trastornos cuando afectan diferentes áreas, como la social, familiar o laboral. Si por el contrario, se tiene una buena alimentación y no afecta ninguna de las áreas, no se considera como un trastorno, añadió.

Además, de la ortorexia se puede pasar a otros trastornos, como la anorexia o la bulimia, o combinarse, indicó.

Por su parte, la nutricionista Santiago dijo que una de las cosas que pueden ocurrir cuando las personas se obsesionan con su alimentación o que padecen de ortorexia es que todo lo que comen debe ser puro, no debe tener aditivos ni colorantes y no pueden ser alimentos genéticamente modificados. “Básicamente buscan la perfección de los alimentos”.

Coincidió con Figueroa en que una de las consecuencias de esta conducta es que la parte social se ve afectada.

“Nunca debemos despegarnos de lo que es disfrutar, comer con la familia”, dijo al tiempo que recalcó la importancia de disfrutar lo que se está comiendo.

Agregó que otra de las consecuencias, en el caso de que se restrinjan grupos de alimentos por completo sin la supervisión de un profesional, es que la persona pueda presentar deficiencias nutricionales, lo que se puede traducir en enfermedades.

Mencionó que las personas obsesionadas con su alimentación dedican muchas horas a la preparación de los alimentos, para que todo esté “correcto”. Además, ellos mismos cocinan sus alimentos, pasan mucho tiempo pensando cómo los van a preparar y en la compra, ya que tienen que informarse de lo que van a comprar.

Siempre debe haber un balance. Siempre, las personas que yo atiendo les enseño a tomar mejores decisiones, a que el mayor porcentaje de los alimentos que están ingiriendo aporten más nutrientes. Siempre ese es el objetivo, pero nunca que esto te afecte tu salud mental”, dijo la nutricionista- dietista.

Dijo que también les enseña a que no van a dejar de consumir los alimentos que les gustan mucho, aunque tengan mucho contenido de sodio, azúcar o grasa, sino que lo pueden consumir en menor frecuencia.

“Tú puedes reconocer cuál es la alimentación saludable y saber que va a ver momentos en que uno puede comer no tan saludable, pero en pequeñas porciones o porciones moderadas, y que no pasa nada”, dijo Figueroa al tiempo en que indicó que no se deben “sacrificar momentos especiales” por el tipo de comida que haya en ese momento.

Agregó que se debe tener conciencia que los extremos siempre son perjudiciales, ya sea comer lo que sea o cohibirse a tal nivel que ni siquiera se disfrute lo que se está comiendo. 

Figueroa enfatizó en el balance a la hora de alimentarse. “Sí quiero la alimentación buena, pero sin que se convierta en un sacrificio, en un dolor de cabeza y en una privación del disfrute en familia, en pareja o amistades”, puntualizó.

* La fecha original de este Facebook Live y uno de los recursos tuvieron que ser cambiados por razones ajenas a nuestra voluntad.