La expectativa sociocultural que señala que en la Navidad todo es fiesta, alegría y felicidad, y que a través de la publicidad bombardea a las personas con campañas y anuncios de cómo se debe vivir la época, puede detonar estrés, ansiedad y tristeza en muchas personas. Y con ello viene la pregunta: ¿Seré la única persona que no es feliz en Navidad?

Aunque la temporada navideña se destaca por un ambiente de jolgorio y compartir con los seres queridos, existe otra realidad para algunas familias e individuos, quienes experimentan melancolía, tristeza y/o tienen diagnósticos de depresión y ansiedad.

Según la psiquiatra Andris Dominicci, las navidades exacerban las condiciones de salud mental en cada 6 de 10 personas y un 38 por ciento experimenta el llamado estrés de las festividades, que no necesariamente es un trastorno, pero la prisa de los días puede llegar desencadenar síntomas que repercuten en el bienestar de las personas.

“Lo que se reporta es que el 64 por ciento de las personas que ya tienen una condición de salud mental, se le exacerba en las navidades. En mi experiencia es una época en la que mis pacientes tienden a faltar un poco (a sus citas)”, comentó la doctora durante su intervención en el podcast ¿Por qué no soy feliz?, del Programa de Head Start & HS del Municipio de Guaynabo.

Los sentimientos de tristeza pueden llegar a ser más frecuentes en personas que atraviesan la pérdida de algún ser querido (sin importar el tiempo que haya pasado) aquellas que batallan con problemas económicos, quienes han vivido eventos traumáticos, pero, además, los que creen fallarse a ellos mismos al no cumplir las expectativas tradicionales de felicidad, explicó la licenciada Jackeline Vega González, consejera psicológica.

Es bien importante que los familiares y amigos pregunten y respeten ese espacio de la persona, independientemente decida cómo desea pasar las navidades. Si esa persona decide no celebrar, festejar sola, no reunirse, llorar o siente que su espíritu navideño no está, los familiares deben respetarlo y no forzarlo”, dijo Vega González. 

La doctora Solmary Marrero, psicóloga, mencionó que la poca comprensión por parte de la gente puede provocar que las decisiones y el sentir individual se perciba como “changuería” y esta es, precisamente, la presión que ningún ser humano necesita en un momento como este. 

“En ese momento la persona solamente ve la parte oscura de su vida, y no ve luz. Ayúdelo. Para algunos puede ser ‘eso va a pasar’, para otros puede ser una ceguera que lastima”, sostuvo.

Las tres profesionales coincidieron en que se debe aprovechar la época para hablar de salud mental y educar a las personas sobre señales de ansiedad y depresión en las festividades y los factores que podrían detonarlas

“La importancia de normalizar que no estamos obligados a sentirnos felices y cumplir con las expectativas de los demás, esto lo que hace es que aumenten los síntomas de depresión y ansiedad”, expuso la licenciada Vega González.

Recordó que, si en algún momento, una persona se siente muy ansioso, preocupado o presenta algún síntoma emocional, puede llamar a la Línea PAS al 9-8-8.

De forma similar, que se promuevan herramientas de autocuidado, como tomarse una pausa, hacer ejercicios y actividades que realmente le permitan desocupar la mente. 

Pero sobre todo darse la oportunidad de aceptar los sentimientos e identificar cómo se sienten las emociones.

“Hay que recordar que es normal sentir tristeza y angustia. Todas las emociones son válidas. Si necesitamos ese tiempo para llorar y soltar, no podemos presionarnos a sentirnos felices”, puntualizó. 

Concluyó que hay que aprender también a decir que no y reconocer si se necesita la ayuda de un profesional de la salud mental.

“Muchas veces nos piden que busquemos recursos de apoyo, pero a veces no sabemos cómo hacerlo. Hay muchas entidades sin fines lucrativos, profesionales, iglesias y, como dije, la Línea PAS siempre está para cualquier situación de emergencia”, finalizó.