Con sobre 342 hospitalizaciones y un 32 por ciento de positividad, como resultado del escenario actual de COVID-19 en Puerto Rico, salubristas, médicos y científicos puertorriqueños se unieron para cuestionar la inacción por parte del Departamento de Salud (DS) ante la situación. 

“Estamos viendo un reporte de 4 mil casos diarios y esto no es de la semana pasada. […] La raíz del problema que estamos viendo ahora mismo es porque la respuesta de salud pública está ausente en el País. Salud pública no es restricciones, salud pública mucho menos es solamente hablar de tratamientos y vacunas”, señaló la epidemióloga Fabiola Cruz López

Apuntó a que la falta de educación respecto a la enfermedad sigue siendo un obstáculo para entender su riesgo en la población. 

“Muchos van a decir: ‘Llevamos dos años con COVID, ya lo conocemos’. No, no lo conocemos y lo sé cuando en la calle alguien me dice que el COVID es como un catarro. El COVID no es como un catarro, en su fase aguda pudiésemos confundirlo con un catarro, en su fase crónica los riesgos son mucho mayores y nuestro sistema de salud pública no está preparado para la ola en la incidencia de casos de enfermedades crónicas que vamos a tener en estos futuros meses”, señaló Cruz López. 

La epidemióloga señaló, asimismo, que desde mayo del 2021 los informes de casos del DS  han ido desapareciendo. 

“Ya nosotros no tenemos informes de casos y cuando hablo de informes de casos no son números. Es cómo le decimos a las personas: ‘Estos son los cinco síntomas principales, estas son las exposiciones principales’, no tan solo en Puerto Rico, sino por regiones, para entonces hacer esas educaciones dirigidas”, mencionó. 

Por su parte, el epidemiólogo y médico primario, el doctor Alberto Rosario aseguró que el DS se rindió en el tema de la prevención, “porque pasó toda su esperanza a los tratamientos, a los anticuerpos monoclonales y antivirales”.

“Como departamento salubrista, y nosotros como médicos, el deber primario no es solo darle medicamentos, es orientar al paciente, hablarle de la prevención y evitar que se enferme”, sostuvo.

El doctor expresó que ni siquiera se está priorizando lo significativo que resulta el llamado long covid o COVID prolongado en las personas. 

Mientras más contagios hay, hay más hospitalizados, más fallecidos y más COVID persistente. Pueden existir los tratamientos monoclonales, antivirales y las vacunas, y eso me puede disminuir la mortalidad y las complicaciones de las hospitalizaciones, pero no los riesgos del long covid y tampoco el que infecte a una persona inmunocomprometida, como un envejeciente, bebé o persona que no pueda vacunarse”, afirmó. 

Rosario insistió en que su preocupación va dirigida hacia estas secuelas y los riesgos. 

“De enero en adelante yo estoy viendo pacientes con unos síntomas brutales en los pulmones, en el corazón y problemas neurológicos a causa de eso. Incluso, he tenido pacientes que nunca se enteraron que tenían COVID y han tenido unas repercusiones fuertes en pulmones y corazón y eso preocupa, porque tenemos un déficit de especialistas y tampoco recursos”, sostuvo. 

De acuerdo con Ciencia Puerto Rico, COVID persistente es un síndrome que desarrollan pacientes que se han contagiado con el virus de COVID-19 y/o que padecieron la enfermedad ya sea de forma pasajera, muy grave o asintomática. Éstos pueden presentar una serie de síntomas o problemas de salud o desarrollarlos semanas o meses después de la infección. 

Los síntomas pueden ir desde fatiga, dolor de cabeza, mareos, dolor generalizado, pérdida de memoria, del gusto y del olfato; déficit de atención, niebla mental, hipersomnia (quedarse dormido o dormida durante el día o en situaciones no comunes), taquicardia, dolor de espalda y en el centro del pecho, caída del pelo y hasta disnea (dificultad para respirar).

“Ciertamente, no estamos sugiriendo que es necesario volver a los encierros, ni las restricciones de hace dos años. Sin embargo, dados los niveles de transmisión de COVID-19 actuales, que son casi tan altos como durante los peores momentos de la pandemia, nos parecen necesarias las acciones preventivas contundentes y consistentes, como volver a requerir las mascarillas en todos los espacios cerrados para evitar contagios. Sin contagios no aumentan los casos, no surgen nuevas variantes, ni complicaciones, ni COVID persistente. Tampoco aumentan las hospitalizaciones y muertes”, expresó de forma escrita la doctora Mónica Feliú Mójer, directora de comunicaciones para Ciencia Puerto Rico.

Salud reacciona

El DS reacción a los cuestionamientos de los salubristas sobre la respuesta a la pandemia en estos momentos. En un comunicado de prensa, el secretario de Salud, Carlos Mellado, aseguró que a dos años y tres meses desde el inicio de la pandemia, la agencia mantiene una respuesta integrada y robusta, como muy pocas jurisdicciones y países del mundo.

“No hemos descansado durante este tiempo respondiendo a la emergencia de salud pública provocada por el COVID-19. A través del tiempo hemos dado cátedra de las mejores prácticas y éstas han evolucionado según ha evolucionado la enfermedad y los tratamientos disponibles. La respuesta, que ha sido consistente en este transcurso, la hemos enfocado en cuatro áreas, que incluye: detección, prevención, tratamiento y vigilancias”, señaló Mellado López. 

Recomendaciones


A través de un comunicado de prensa los profesionales recomendaron al DS a volver a requerir el uso de mascarillas en espacios públicos y cerrados hasta que la positividad esté cerca del objetivo de control de contagios (3 por ciento).

Asimismo, priorizar la educación en salud pública sobre COVID persistente (qué es, cómo recibir ayuda y tratamientos), elegibilidad y acceso a tratamientos, la importancia de la medicina preventiva; la importancia de recibir el refuerzo para tener la vacunación al día y la importancia de la prevención de COVID-19 y los riesgos de no tomar medidas de prevención (infección, enfermedad grave, COVID persistente, discapacidad, hospitalización, muerte) en especial para poblaciones de alto riesgo (personas con enfermedades crónicas, mayores de 65 años).

También retomar la publicación de informes de diferentes indicadores relevantes a la pandemia y que estos se utilicen para educar de manera contextualizada y actualizada y para facilitar la fiscalización y el mejoramiento de la respuesta de salud pública.

Y finalmente, colaborar con proyectos educativos, organizaciones de base comunitaria y otras entidades para una educación amplia y accesible a diferentes segmentos de la población, y que la educación vaya más allá de las redes sociales.