Es una pregunta delicada, compleja y subjetiva. Su respuesta depende de cada caso, más bien está sujeta a la madurez emocional de cada persona, dijo el psicólogo David Alcalá Pérez al considerar que el mayor obstáculo es saber cómo retomar y modificar la interacción social con una expareja.

Asimismo, la psicóloga experta en dinámicas familiares y entre parejas, Carmen Martínez Géigel coincidió con Alcalá Pérez, y dijo que hay situaciones en las que sí se puede tener una amistad con una expareja, pero no necesariamente ser mejor amiga o amigo. Sin embargo, admitió que, según su experiencia, la madurez emocional casi siempre está ausente. 

Martínez Géigel explicó que para mantener un tipo de amistad con un o una ex, se debe  haber procesado la relación y aceptado que ya no queda una relación romántica entre las dos personas.

¿Cómo se sabe que ya se acabó lo romántico? A esto la experta contestó que es cuando ya no hay esa carga emocional cuando se dialoga con esa persona. 

Ambos tienen que saber mantener unos límites, indicó Martínez Géigel. Hablar sobre la vida sin entrar en la parte emocional. De no ser así, no es conveniente tener esa relación con un o una ex, indicó. 

Si hablas con esa persona y, entonces, en el medio de la conversación vienen y salen cuestiones del pasado o situaciones de su relación, eso no va a funcionar”, alertó. 

Es importante también considerar cuánto uno depende emocionalmente de esta persona y su atención, destacó la experta. 

¿Le llamas para pedirle consejos? ¿Le escribes para saber su opinión? ¿Le hablas constantemente sobre los problemas de la vida o con tu nueva pareja? Si la respuesta a estas preguntas es un sí, estas son banderas rojas, dijo Martínez Géigel. 

“Una cosa es hablarle esporádicamente, sin que te afecte o implique una carga emocional. Otra cosa es sentir la necesidad de esta persona, permitirle participar en la vida de uno como si nunca hubiese terminado la relación, que tu paz mental dependa de sus respuestas a tus mensajes”, aclaró. 

Por su parte, Alcalá Pérez detalló que si ambas partes deciden retomar la relación de amistad, es importante estar claras en cómo va a ser el rumbo de su nueva vida postrelación y cómo deberían de hacerlo. “Somos amigos, pero no puede pasar que en dos o tres años me vuelvas a insinuar la posibilidad de estar juntos”, sostuvo como posibles límites a establecer al iniciar este tipo de reconexión. 

Cuando no hay esos límites y todavía hay ese tipo de sentimientos, aun teniendo pareja nueva, se entra en un tipo de secretividad, aseguró Martínez Géigel. Aquí empiezan los “sigo hablando con mi ex, pero no se lo menciono a mi nueva pareja o no se lo digo a mis amistades, a mis familiares, entre otras de su círculo de confianza”. 

Según la experta, se entra en un ciclo de mentiras, que no es correcto, no es saludable y es señal de que no tiene la madurez y que aún hay sentimientos, aunque sean nostálgicos, de lo que fue esa relación.

En este marco, el psicólogo dijo que cada persona debe evaluar por qué quiere volver a acercarse a su expareja. Si quiere seguir teniendo a esa persona en su vida y como ya no son pareja siente la necesidad o casi obligación de ser amiga o amigo de él o ella, pues es tu única opción, no debería de estar ahí, indicó.

Similarmente, Martínez Géigel detalló que también hay personas que quieren mantener el “hilito” con el o la ex como una manera de tener seguridad de que esa persona va a estar siempre ahí para él o ella.

Si vas a tener una amistad que consiste en conversaciones esporádicamente o un mensaje de texto de vez en cuando, eso pudiese ser saludable, dijo. No obstante, si es contínuo, si la otra persona se pone celosa, no respeta los límites o continúa buscándole recurrentemente, es un indicador de que, aunque digan que son amigos, la relación nunca se acabó, puntualizó.

Por su parte, un estudio de la Universidad de Kansas, determinó las razones principales por las que una persona quisiera mantener un lazo de amistad con un o una ex. Seguridad, sentido práctico, cortesía y deseos románticos no resueltos, fueron las justificaciones mencionadas. El éxito de su amistad y la duración de esta depende de cuál sea la razón por la que uno quiere a un o una ex en su vida, dijo el psicólogo Mark Travers en un artículo de Forbes.

Hay que dar tiempo al tiempo, dijo Martínez Géigel. “No te ajores, no te obligues a querer quedarte siendo amiga de esta persona para no perderla”, indicó. 

Tiene que haber un tiempo de distancia, de procesar la relación, antes de poder mantener una amistad, aclaró.

Alcalá Pérez señaló que, según su experiencia, ha visto varias instancias. Hay personas que quedan como amigos, “otros que no se pueden ver ni en pintura”, quienes se distancian y después retoman la relación romántica y los o las que procesan el duelo y luego retoman la relación de manera más madura. También, Alcalá Pérez consideró la posibilidad de que el tabú de tener amistad con un ex sea un producto de la misoginia cultural. En Puerto Rico tiende a haber una inclinación hacia una cultura machista, entonces, el que seas amigo o amiga de tu ex suele ser inaceptable para futuras parejas, específicamente hombres, opinó. 

De manera similar, Martínez Géigel subrayó que hay veces en que las relaciones comienzan con una amistad, y es una conexión que nunca debió de evolucionar a algo más allá. De ser el caso, y ambos darse cuenta de que fue un error, lo procesaron y quieren retomar la amistad, esta puede ser una medida exitosa, indicó.

Martínez Géigel recalcó la importancia de que ambas partes estén seguras de que la relación romántica se acabó. Ejemplificó que se debe estar pendiente a que no hayan señales mixtas, coqueteos, o que ambos estén recordando situaciones del pasado donde se pasó bien, entre otros detalles. Estas son señales de que la relación no está lo suficientemente madura como para sostener una amistad, puntualizó.