Luego de 46 años de matrimonio, J.A. Tony Salgado, notó una actitud extraña en su esposa.

De la nada, lo acusó de serle infiel y de robarle sus pertenencias. Lo insultaba con epítetos que nunca había utilizado. 

En un principio, lo negó. Era imposible aceptar el deterioro de su esposa a raíz del alzhéimer. Era como un luto anticipado debido a que la mujer independiente y autosuficiente con la que crió a una hija cambió de la noche a la mañana. 

“Al principio uno se pone a la defensiva, a responder de manera desagradable y agresiva”, recordó quien fue su cuidador por 16 años. “Luego aprendí que lo mejor era no llevarle la contraria”.

Luego del diagnóstico, abandonó su empleo como corredor de bienes raíces porque su horario era en las tardes, en las noches y en los fines de semana, cuando cuidaba de su esposa.

“Yo no entendía lo que estaba pasando”, mencionó. 

Finalmente, tras 16 años como cuidador la internó en un centro, donde la mujer  falleció debido a su deterioro.

El Registro de Alzheimer del Departamento de Salud de Puerto Rico contabilizó que para 2019 había 20,910 casos de la enfermedad. El 55.3% de las personas tenían más de 85 años, el 32.6% tenía de 75 a 84 años, mientras que el 9.7% de 65 a 74 años y el 2.4% menos de 64. 

El 64.8% de las pacientes de alzhéimer son mujeres, según el Registro. 

El duelo es la reacción psicológica que se experimenta tras una pérdida, definió la psicóloga consejera, Lynette Ramos Mercado. Las reacciones pueden ser emocionales o fisiológicas como la ansiedad, la desesperación, la soledad, los llantos repentinos, la falta de energía y la debilidad. 

Quienes tienen a un ser querido con alzhéimer, explicó, viven un duelo anticipado.

El cuidador o la cuidadora observa el deterioro del paciente cada día, mencionó, al ser el alzhéimer una enfermedad neurodegenerativa.

La manera en la que cada cuidador sobrelleve el duelo variará de las herramientas a su alcance, añadió.

El que un cuidador o cuidadora cuente con las herramientas para sobrellevar el duelo anticipado no significa que el duelo tras la muerte del paciente sea menos doloroso, indicó  en entrevista con Es Mental

“Lo importante es que ese familiar o esa persona exprese lo que esté sintiendo o lo que esté atravesando durante su proceso de duelo”, aconsejó la psicóloga clínica. 

Para verbalizar el duelo, las iglesias y los grupos de apoyo son una alternativa, mencionó.  

En caso de no ser de utilidad ir a una iglesia o a un grupo de apoyo a verbalizar ese dolor, atenderse con un profesional de salud mental es importante. Cuando no se atiende, el duelo puede causar mayor tristeza, angustia, pérdida de apetito y dificultad para dormir. Incluso, depresión.

La importancia de comunicar

De acuerdo con el gerontólogo y consultor en salud pública, John R. Adames, la manera en la que se le comunica la enfermedad a los familiares es importante. 

El impacto inicial de la enfermedad sobre el paciente depende de cómo el especialista se lo comunique, detalló. 

Cuando la enfermedad no se comunica de manera adecuada causa que el familiar o el paciente no conozca las herramientas a su alcance. Cuando se comunica de manera temprana, explicó, planean su cuidado a largo plazo. Con el beneficio de planificar de manera anticipada es que se protege la dignidad del paciente.

Debido a que planificar el cuidado del paciente no es sencillo, existen mediadores que ayudan en el proceso. Estos mediadores delimitan quiénes y cuándo cuidarán al paciente, esbozó. Incluso, cuánto aportarán en términos económicos los que no estén involucrados físicamente.

Impacto demográfico sobre el alzhéimer

El envejecimiento acelerado y la alta cantidad de mujeres en Puerto Rico tendrán un impacto sobre el alzhéimer en la población debido a que el riesgo de padecerlo incrementará, pronosticó el gerontólogo. La enfermedad no es tan solo un problema de salud pública nacional, sino internacional.

La Oficina del Procurador de Personas Pensionadas y de la Tercera Edad de Puerto Rico consignó que en 2030 el 30.6% de la población de la Isla tendrá 60 años o más. Este estimado a base del Censo de 2010 anticipa que este porcentaje incrementará a 39.6% en 2030. El Censo del mismo año también establece que las mujeres mayores son más que los hombres.

 “El país debería cuestionarse cuáles recursos educativos y de salud debe proveer a las familias de pacientes con alzhéimer para impactar a las personas con la condición y a sus cuidadores”, puntualizó.