El edadismo o conducta de rechazo a las personas por razón de su edad es un primer obstáculo por superar para crear una sociedad inclusiva.
Este fenómeno se presenta en distintos niveles y, por ende, hay que adoptar muchas formas y planes para combatirlo, según destacó la doctora Palmira Ríos, ex directora de la Escuela Graduada de Administración Pública de la Universidad de Puerto Rico.
La mayoría de los adultos mayores en Puerto Rico viven bajo los niveles de pobreza y 7 de cada 10 adultos viven con al menos una condición crónica, según un estudio del Fideicomiso de Salud Pública sobre edadismo y disparidades sociales.
Además, según este estudio, Puerto Rico es uno de los países donde la proporción de jóvenes se igualó a la de los adultos mayores.
Por otro lado, para 2019 un reporte de las Naciones Unidas reveló que las personas de 65 años o más, representan el 20.8% de la población de Puerto Rico, según Ríos.
Las tres razones principales de que haya más adultos mayores que jóvenes en la Isla es porque los individuos están viviendo más años, los jóvenes tienen menos hijos y por la emigración de los jóvenes, quienes buscan oportunidades fuera de Puerto Rico, dijo Ríos.
“Nosotros como sociedad y como gobierno no hemos hecho lo necesario para hacer esta transformación que estamos viendo a nivel de población y como nuestra sociedad se tiene que transformar a la par”, mencionó el doctor José Rodríguez Orengo, director ejecutivo del Fideicomiso de Salud Pública de Puerto Rico, en un foro celebrado por AARP con motivo del Mes del Adulto Mayor. Rodríguez Orengo destacó que 41% de la población en Puerto Rico tiene 50 años o más, y resaltó que entre las Américas y Estados Unidos, Puerto Rico es uno de los países con mayor crecimiento en la proporción de adultos mayores.
De acuerdo con Ríos, un estudio publicado por AARP en julio del 2021 documenta la intersección de los factores donde las disparidades se ven más graves en algunas regiones que en otras. También la falta de un sistema funcional de transporte colectivo rural o urbano es algo fundamental para los adultos mayores y que la discapacidad se vuelve más difícil en las zonas rurales cuando los dejan solos.
Los retos del edadismo
Rodríguez Orengo citó a la Organización Mundial de la Salud al brindar la definición del edadismo, lo cual se refiere a estereotipos, prejuicios y discriminación hacia las personas en función a su edad.
El doctor afirmó que hay que reflexionar en el tema de edadismo. “Sabemos que nuestro pueblo es un pueblo viejo”, agregó.
Por su parte, la doctora Yiaselly Vázquez, educadora en salud, recalcó que el edadismo hacia los adultos mayores está presente y tiene un efecto adverso en su salud.
“No hay comunidades vulnerables, hay comunidades que son vulnerabilizadas por el sistema”, señaló Rodríguez Orengo.
A esto agregó que la percepción de los medios influye para que se continúe con esta discriminacion particularmente a los adultos mayores.
“Sabemos que el edadismo es, lamentablemente, una consecuencia o efecto de la visión que se tiene del envejecimiento (lo cual es un proceso totalmente natural)”, destacó Vázquez.
Camino hacia un envejecimiento saludable e inclusivo
“Hay que dejar de pensar que lo viejo no sirve”, recalcó Vázquez, profesora del Recinto de Ciencias Médicas.
Agregó que se debe pensar en un sistema adaptado a las necesidades y realidades en el contexto y configuración sociodemográfica de estos adultos mayores. La doctora recalcó en el concepto de equidad en salud, para darles a las personas lo que necesitan para lograr obtener los mismos derechos y beneficios.
“Se percibe equivocadamente que los adultos mayores no poseen la capacidad de innovar y transformarse”, destacó Ríos.
De acuerdo con la doctora Vázquez, lograr cambios en torno a la equidad, toma mucho tiempo por todos los factores que inciden. Aún así señaló el hecho de que como sociedad debemos de tener en cuenta que el envejecimiento es una etapa más en la vida y que tiene algunos cambios.
“No podemos pensar en personas adultas mayores y asociarlos con enfermedad, con jubilación, porque aunque ocurren, no podemos asumir que todas las personas se afectan de la misma manera”, dijo Vázquez.
El reconocimiento es clave para entender que las personas adultas mayores tienen toda la potencialidad siempre y cuando el sistema se los permita, destacó la especialista en gerontología.
“Conocimiento no implica cambio, pero, conocimiento siempre es el primer paso para reconocer que algo es un problema”, añadió.
Por su parte, la doctora Ríos destacó que: “Si nuestro objetivo es alcanzar un envejecimiento saludable, que no sea solamente que las personas vivan más años, sino que sea una vida saludable y productiva, el edadismo es un obstáculo”.
También mencionó que los derechos humanos de los adultos mayores han de pasar por los procesos de reconocimiento y garantía, la interseccionalidad y justicia.
“Tenemos que adoptar políticas públicas para alcanzar un desarrollo inclusivo que incluya a los adultos mayores de Puerto Rico”, dijo Ríos.
De acuerdo con Vázquez, la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud han decretado que del 2021 al 2030 es la década del envejecimiento saludable y hay acciones a nivel nacional para asegurar que planificamos a largo plazo de manera estructural comunitaria e individual para garantizar los servicios a esta población.
En Puerto Rico existe el Plan Decenal de Envejecimiento Saludable de Puerto Rico, el cual coordina, conduce y apoya actividades de promoción de salud y prevención de enfermedades para mejorar la calidad de vida de la población de adultos mayores, mencionó Vázquez.