La reducción poblacional a raíz de la baja natalidad y la migración tiene un impacto significativo en la economía de la Isla, pero además en las proyecciones sociodemográficas de la Universidad de Puerto Rico, de acuerdo con el catedrático del Departamento de Economía Agrícola y Sociología Rural, Julio Hernández. 

Como parte de la presentación Impacto de los cambios demográficos en la Universidad de Puerto Rico, realizada por la Asociación de Economistas de Puerto Rico, Hernández compartió su preocupación en relación con las propuestas del Plan de Ajuste de la Deuda, de la Junta de Supervisión Fiscal, especialmente aquella que sostiene que la institución no puede permanecer “con el tamaño actual” ante una disminución en el mercado de educación superior. 

“No hay que desmantelar la Universidad, sino que la Universidad puede buscar otros mercados. No tiene que plantearse que tienen que servir exclusivamente al mercado de puertorriqueños en la Isla, nosotros tenemos un mercado de puertorriqueños en Estados Unidos y pudiéramos movernos a eso”, sostuvo.  

Según el economista, las proyecciones del plan no cuentan con intervalos de confianza y eso puede suponer deficiencias en la precisión de los datos, por lo que urge que estos temas sean debatidos y estudiados por profesionales locales licenciados en economía. 

“En Puerto Rico no tenemos suficientes economistas, con doctorados, en el gobierno y otros sitios, que puedan debatir este tipo de cosa y que puedan exigir mayor calidad a la hora de presentar este tipo de producto”, enfatizó. 

No obstante, dijo que entre sus proyecciones vislumbra una caída poblacional en Puerto Rico fuerte y esto debe ser tomado en consideración para el futuro sociodemográfico de la Universidad. 

“Cuando estamos viendo los nacimientos y muertes en Puerto Rico, aquí los nacimientos alcanzaron su pico en los años cincuenta y luego empezaron a caer, lo que significa que la tasa natural de crecimiento de la población es negativa. Pasamos a un punto de perder población, porque se mueren más personas de las que no nacen y esto significa envejecimiento poblacional y problemas en el mercado laboral porque no genera mano de obra”, detalló. 

A esto se le suma también la migración de ciudadanos puertorriqueños a los Estados Unidos, cuyas tendencias, según este, sugieren que se perderán 1.4 millones más de habitantes. 

“Este flujo migratorio va a ser aparentemente más drástico de lo que han sido los flujos migratorios anteriores”, sostuvo. 

Los factores mencionados anteriormente implican cambios serios en la demografía universitaria y son las entidades las que deben enfocarse en hacer política pública para evitar la fuga de profesionales, estrategias de natalidad, madres estudiantes y reincorporación a la población adulta en los programas estudiantiles. 

“El desmontar la Universidad va a tener el efecto de acelerar la migración de profesionales de Puerto Rico. Las personas más productivas de la Isla están en la Universidad de Puerto Rico, la mayor parte de los investigadores, sus propuestas y los doctores”, puntualizó. 

El doctor dijo, de igual manera, que la disminución de la institución y el aumento de los costos, propuesta por la Junta de Supervisión Fiscal, provoca que menos personas puedan tener acceso a una educación digna. 

“La reducción presupuestaria, de casi 30 por ciento, ha generado una reducción en la infraestructura, inversiones e innovación y desarrollo insuficiente. Cuando tú miras los gastos en Puerto Rico, son menores que cualquier otro estado de los Estados Unidos”, manifestó. 

Finalmente, compartió alternativas que podrían resultar eficientes ante la situación, como ampliar programas dirigidos a la educación de adultos mayores, programas de educación a distancia, creación de alianza entre el sector privado y el gobierno, mecanismos de evaluación y supervisión de las instituciones de educación superior, así como fomentar la atracción de facultad en áreas de difícil reclutamiento y atraer a estudiantes de otras partes del mundo.