Las embarazadas, las lactantes y los servicios de planificación familiar se han visto directamente impactados por la pandemia, según expertos entrevistados por Es Mental.

Uno de esos impactos es la eliminación o redirección de los fondos antes destinados para servicios de planificación familiar, estableció la Directora del Departamento de Planificación Familiar del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, al relacionar este dato con el aumento en el número de abortos.

Recordó que dado a la reducción de fondos en los servicios de planificación familiar, se ha visto limitada su oferta, como en el caso del acceso a contraceptivos de larga duración.

Por encima de esto, un informe del Departamento de Salud que recopila datos relacionados con la maternidad en Puerto Rico coincide con lo dicho por la experta al documentar que la pandemia ha provocado cierres con el fin de proteger la salud pública, pero, al mismo tiempo, ha constreñido la disponibilidad de servicios para las familias.

Como consecuencia de ello, la también encargada de la clínica de aborto, el Centro Ginecológico Darlington, Vale Moreno aseguró que hubo un aumento de 100 en el número de abortos realizados entre 2019 y 2020.

De manera similar la Agencia de Salud Sexual y Reproductiva de las Naciones Unidas (UNFPA por sus siglas en inglés), estimó que, tras la pandemia, 12 millones de mujeres han vivido limitaciones en los servicios de planificación que les son disponibles, lo que ha dado lugar a 1.4 millones de embarazos no planificados a través del mundo.

El ente estableció en su informe que, a pesar de que las tasas de natalidad han descendido en muchos países, la pandemia ha tenido un gran impacto en las mujeres gestantes, lactantes y que buscan servicios de fertilidad que ha sido invisibilizado.

Asimismo, según las estadísticas de natalidad más recientes del Departamento de Salud, el número de nacimientos ha disminuido un 10% entre el 2019 y el 2020.

Recientemente, se dio a conocer que en el 2021 solo se registraron 18,439 nacimientos en la Isla, convirtiéndose así en el año con menos nacimientos desde el 1888.

En entrevista con Es Mental, el senador del capítulo de Obstetricia y Ginecología en el Colegio de Médicos Cirujanos, Nabal Bracero Serrano, ya había estimando que para el año 2021 el número de nacimientos bajaría aún más, pues estableció que hace una década se veían alrededor de 40 mil partos anuales y actualmente el número ha reducido a 18 mil.

Un mayor interés por anticonceptivos

De acuerdo con la ginecóloga y obstetra Vale Moreno, la pandemia no solo trajo disminuciones en las ayudas disponibles, sino también el cierre de las farmacias, lo que limitó completamente el acceso a los métodos contraceptivos al inicio de la pandemia.

Añadió que la falta de médicos disponibles o abiertos a la telemedicina contribuyó a que hubiese falta de acceso a recetas para contraceptivos. 

Mientras, el también presidente de la organización PROGyn, Bracero Serrano afirmó que, según su práctica personal, muchas personas buscando embarazarse pausaron o frenaron completamente su proceso médico para quedar en cinta por la incertidumbre de la pandemia. Vale Moreno coincidió con el ginecólogo obstetra al agregar que, de acuerdo con su propia experiencia, muchas pacientes también decidieron alargar el uso de contraceptivos por este mismo sentir. 

Especificó que ha sido mayor el número de pacientes que preguntan y se adhieren a tratamientos contraceptivos, postergando sus planes o interés por servicios de planificación familiar.

La vacuna contra en el COVID en embarazadas y lactantes

En el lado del manejo de las pacientes embarazadas, ellas han tenido que lidiar con mucha información de forma acelerada para cuidar de su salud y la de su bebé, lo que ha provocado ansiedad entre las gestantes y las ha puesto en un foco de atención especial ante la duda inicial de si la vacuna era segura para ambos, dijo Bracero Serrano.

Sostuvo que las pacientes están a mayor riesgo de desarrollar una enfermedad más severa, morir y acabar entubadas por el virus. Sin embargo, también confirmó que la COVID-19 está asociada con mayores complicaciones en el embarazo, pérdidas de embarazos, muertes intrauterinas del bebé, entre otros…, factores que pudiesen incluso provocar mayor desinterés por gestar.

Aclaró que la COVID-19 seguirá presente en distintas formas, por ende, su impacto en la vida reproductiva no desaparecerá. Por ende, las madres gestantes y lactantes deben asumir la vacunación anual como una responsabilidad para proteger a su bebé, pues de desarrollarse un medicamento que ayude a manejar el virus este grupo será el último en abarcar. 

“En la industria farmacéutica las embarazadas y lactantes siempre terminan siendo las últimas en incluirse en los estudios de los medicamentos por aprobar. Por esto, la única forma de asegurarse o intentar asegurar salud es la vacuna. Asimismo, lactar, que antes era una opción, ahora pasa a ser una obligación para pasarle la inmunidad de la vacuna al bebé en lo que obtiene la edad para poder ser vacunado”, concluyó Bracero Serrano.