Conversamos por Facebook Live con la doctora María Coss, psicóloga clínica de la Comisión para la Prevención del Suicidio, con Gabriela Cardona, estudiante doctoral de psicología clínica, y con la doctora Keyla Rivera, supervisora de la Clínica Comunitaria de la Universidad Albizu en Comerío, sobre el impacto del suicidio en la Montaña, gracias al apoyo de FHC First Healthcare. ¡Sintoniza a través del Facebook de Es Mental o de FHC – Salud Mental!
Los municipios de la zona central de Puerto Rico son los más afectados por el suicidio, según datos de la Comisión para la Prevención del Suicidio.
Estos datos reflejan que de los diez municipios con mayor tasa de suicidio, 6 son de la Montaña (Aibonito (15.6), Orocovis (15.4), Adjuntas (15.2), Barranquitas (12.4), Coamo (12.1) y Jayuya (11.6)). Además, los municipios del noroeste, Rincón (14.9), Camuy (13.7) y Aguadilla (11.9), también tienen unas altas tasas de suicidios, al igual que el pueblo del sur, Lajas (10.6).
“En la Comisión, con los pocos recursos con los que contamos, es importante dirigir nuestros esfuerzos hacia atender esas poblaciones que están desproporcionalmente afectadas. Resaltamos la importancia de abordar los factores de riesgo y comportamientos suicidas en estos municipios del centro montañoso y del noroeste y sur de Puerto Rico”, sostuvo María Coss, psicóloga clínica de la Comisión.
Coss dijo que, según la literatura, los suicidios típicamente ocurren por factores que tienen que ver con la falta de acceso a servicios de salud – física o mental-, lo que se debe tomar en consideración en el caso de estos municipios.
También, dijo que se debe tomar en cuenta la demografía de estos municipios, ya que las mayores tasas de suicidio se reportan entre adultos y adultos mayores. En el caso de estos pueblos, por lo menos el 45% de su población son personas mayores de 50 años.
Indicó que en el caso del sexo, se conoce que en Puerto Rico los hombres son los más afectados por suicidio, lo que también se ve reflejado en estos municipios.
Coss mencionó además que la parte económica y la pobreza también puede estar colocando a la población de estos municipios en mayor riesgo de suicidio, entre otros factores.
La psicóloga clínica mencionó que en la Comisión estarán trabajando para establecer un sistema de vigilancia epidemiológico que permita documentar los casos de intentos de suicidio que llegan a las salas de emergencia. También, estarán ofreciendo capacitación para que en las clínicas primarias que ubican en estos municipios puedan identificar personas en riesgo suicida. Otra de las iniciativas que también trabajarán es una campaña a nivel de comunicaciones para educar masivamente sobre cómo identificar las principales situaciones de riesgo de suicidio y cómo y dónde buscar ayuda.
Por su parte, Gabriela Cardona, estudiante doctoral de psicología clínica, afirmó que, según la literatura, puede existir una asociación entre las características de las personas que viven en las zonas rurales con las conductas suicidas. Algunos de los factores que pueden afectar a estas comunidades son la desigualdad social, los niveles de pobreza y la falta de acceso a servicios de salud. Mencionó, además, que las diferentes situaciones sociales, incluyendo los fenómenos atmosféricos, pueden haber exacerbado las condiciones de salud en esta zona. Agregó que los niveles de educación también son más bajos en estos lugares, lo que afecta el conocimiento y la apertura hacia los servicios de salud mental.
Aseguró que, aunque todo Puerto Rico vive estas situaciones, están más marcadas en la Montaña, lo que coloca a sus residentes en mayor riesgo.
Servicios de salud mental en Comerío
La doctora Keyla Rivera Rodríguez, supervisora de la Clínica Comunitaria de la Universidad Albizu en Comerío, indicó que desde hace dos años atienden pacientes en Comerío, quienes llegan de distintos municipios de la zona central, como Naranjito, Corozal, Toa Alta Barranquitas y Aguas Buenas, para recibir servicios gratuitos de salud mental. En este centro, en cual sirve de lugar de práctica para los estudiantes de maestría y de internado para los de doctorado en Consejería Psicológica, la mayoría de los casos que han atendido por ideas suicidas es la población de niños y jóvenes y en adultos con un uso problemático de sustancias, indicó. En los adultos mayores no han visto ideas suicidas, pero sí afectados por la soledad, agregó.
Actualmente la Clínica, que es posible gracias a un acuerdo de colaboración entre la Albizu y el municipio de Comerío, cuenta con 13 estudiantes y tienen 300 casos abiertos. Ofrecen terapias individuales y grupales y evaluaciones psicologías. También realizan visitan hogares de personas que necesitan los servicios pero no pueden llegar a la Clínica.