El poliamor es una forma de relacionarse que, a pesar de que puede ser controversial para muchos porque representa una amenaza a la visión de la pareja tradicional, las generaciones más jóvenes han comenzado a hablar sobre este tipo de relación con mayor profundidad, según expertos entrevistados por Es Mental.
Pero, ¿qué es el poliamor y cómo se diferencia de la poligamia?
El catedrático auxiliar en el Programa PhD de Psicología Clínica de la Universidad de Ciencias Médicas de Ponce, Caleb Esteban Reyes, explicó que el poliamor es una relación en la que más de dos personas tienen una relación amorosa con el consentimiento de todos los involucrados.
En estas relaciones se alcanzan acuerdos sobre cómo será la relación cuando se integre la tercera persona, ya sea de forma momentánea o permanente.
Lo que diferencia al poliamor de la poligamia es que, por lo general, esta última tiende a ser más una practica espiritual, acotó. Igual, en la poligamia, solo se permite que uno de los integrantes de la relación tenga más de una pareja y tampoco pueden tener relaciones sexuales entre todos los involucrados, a diferencia del poliamor.
En Puerto Rico no existen estadísticas sobre las relaciones poliamorosas, por lo que se desconoce cuántas personas han optado por esta forma de relacionarse.
“Es bien importante que tengamos estadísticas porque tenemos unas leyes y un gobierno que básicamente de lo único que habla es de la monogamia cuando se habla sobre personas casadas”, sostuvo Esteban Reyes.
“El gobierno tiene falta de estadísticas a propósito porque lo que no se ve, no se cuestiona y no se pregunta”, agregó.
Con estadísticas sobre las personas en relaciones poliamorosas podría atemperarse las leyes a sus realidades para que se respeten sus derechos, mencionó. Por ejemplo, se podría tantear la posibilidad de que puedan heredar sus bienes a más de una persona.
La ciudad de Somerville, en Massachusetts, Estados Unidos, reconoció las relaciones poliamorosas. En julio, el concejo municipal de la ciudad indicó que votaría a favor de la nueva ordenanza como una alternativa para que las personas que no estuviesen casadas pudiesen visitar a sus parejas en los hospitales en medio de la pandemia, lo que desembocó en la primera medida poliamorosa en el país.
La sexóloga y presidenta del Instituto Sexológico, Educativo y Psicológico de Puerto Rico, Alicia Fernández Villanueva, mencionó que contar con estadísticas es fundamental para ratificar lo que en el campo de la sexología es uno de los derechos fundamentales: la libre elección.
Igualmente mencionó que las estadísticas son importantes para educar de manera adecuada a las personas en relaciones poliamorosas sobre distintos temas. Por ejemplo, en el contexto de la pandemia, cómo prevenir el COVID-19 cuando se está en un hogar con más de tres personas.
“No es para criticarlos, no es para señalarlos, es para meramente trabajar con la salud de las personas”, indicó.
Es crucial que se abran las puertas para que la sociedad puertorriqueña pueda hablar sobre temas como el poliamor, así como otras formas de amar, orientaciones sexuales o identidades de género, enfatizó.
La catedrática asociada de la Facultad de Psicología del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, Aida L. Jiménez, mencionó que hablar sobre el poliamor no significa que la persona esté a favor o en contra del tema. La importancia radica en que es importante entenderlo porque es una práctica actual.
“El hablar sobre sexualidad es controversial de por sí, imagínese hablar sobre sexualidades”, acotó.
En Puerto Rico, hablar sobre las diversas formas de expresar el amor es complejo porque puede representar una amenaza a la visión de la pareja tradicional, indicó la psicóloga.
Incluso mencionó que las sexualidades alternas son invisibilizadas por el Estado a través de la falta de educación sexual en las escuelas.
Sin embargo, explicó que la sexualidad es una construcción social. Pese a que el Estado ha intentado legitimar ciertas sexualidades para invisibilizar otras, existen diversas manifestaciones y formas de vivir la sexualidad. El poliamor es un ejemplo de una manera distinta de relacionarse que se ha visto marginada a las afueras de lo que se considera normal.
Este rezago y recelo a hablar sobre el tema se agudiza en las formas de relacionarse como el poliamor que “jamaquean” el status quo, mencionó.
“El poliamor desmantela la monogamia como la única forma legítima de amar y reta el modelo tradicional fuertemente influenciado por las religiones cristianas”, puntualizó la psicóloga. “Hace visible la necesidad de replantearnos otros modos de relaciones amorosas que cuestionan las desigualdades de género y promueven la igualdad en la pareja”.
La firma internacional de análisis de mercados y de datos YouGov organizó un estudio, en 2016, el que solamente el 51% de las personas menores de 30 años respondieron que una relación perfecta sería una que fuese completamente monógama. La misma respuesta tuvieron el 58% de las personas de 30 a 44 años, así como el 63% de las personas de 45 a 64 y el 70% por ciento de las de 65 años o más.
El estudio indicó que el porcentaje incrementó entre más joven fuese la generación entrevistada.