El uso problemático de opioides es un tema que preocupa a nivel mundial a raíz del incremento en su consumo, particularmente en poblaciones que cada vez son más jóvenes.
En Puerto Rico, y según datos epidemiológicos de la encuesta Consulta Juvenil, realizada en escuelas públicas y privadas de la Isla entre el 2018 a 2020, 1 de cada 3 adolescentes experimentó un uso temprano de pastillas consideradas opioides, como percocet u oxicodona, entre los 14 a los 15 años.
Sin embargo, ante la falta de herramientas para el recogido de datos actualizados, estos números podrían no reflejar toda la realidad en cuanto al uso problemático de sustancias entre los jóvenes, apuntó la directora ejecutiva de la Alianza para un Puerto Rico sin Drogas, la licenciada Katiana Pérez.
“Los números que tenemos no están acorde con lo que ha venido pasando en los últimos dos años. De un tiempo para acá las sobredosis y las muertes por sobredosis por el uso de opioides ha aumentado y una de las cosas que se está viendo es que están mezclando, por ejemplo, el fentanilo (opioide sintético) con todo tipo de droga, como marihuana o la heroína”, dijo.
Se conoce que el fentanilo es 100 veces más potente que la morfina, por lo que “su capacidad para matar a un ser humano es mucho más mayor” que alguna otra sustancia, sostuvo Pérez.
“El Instituto de Ciencias Forenses reportó recientemente que había sido detectado en el 95 por ciento de los decesos por sobredosis. Del 2016 al 2020 aumentó el hallazgo de las sustancias, en las autopsias, en un 2 mil por ciento”, indicó la directora.
Y aunque entre las edades de los fallecimientos no había reportes de personas menores de 18 años, el uso problemático en edades tempranas podría convertirse en un trastorno por consumo de sustancia, con repercusiones significativas a la salud física y emocional.
“Lo más peligroso de los opiáceos es que puede afectar lo que se conoce como el tallo cerebral, en donde se envían señales a los pulmones para respirar y causar sobredosis. La muerte por sobredosis es lo más peligroso que tienen las personas en la parte de salud física. Por otro lado, en la parte de salud mental, pueden ocasionar problemas en la memoria y crear un trastorno adictivo”, señaló por su parte el consejero profesional, especialista en abuso de sustancias, Christian Romero Ramos.
Romero Santos detalló que en el mercado de las drogas las tendencias siempre son cambiantes y que es importante que se abarque el tema como un problema de salud pública, pues, pese a que en la Isla (en comparación con otras jurisdicciones asociadas a los Estados Unidos) es en donde menos se prescribe opioides, muchos de estos tienen una marcada presencia en los mercados clandestinos.
“Va a ser importante que nosotros como puertorriqueños empecemos a desarrollar un plan nacional de drogas, porque el cambio abrupto que están teniendo las drogas sintéticas no nos va a permitir responder a tiempo a una crisis, si no estamos listos. En esto se nos va la vida”, destacó.
Describió cómo en la actualidad es muy sencillo encontrar pastillas con una formulación más potente y, asimismo, fusionadas con otros opiáceos sintéticos.
“El mercado de las drogas es bien cambiante, se reportan cientos de drogas sintéticas nuevas anualmente. Por ejemplo, ahora mismo, en la costa oeste de los Estados Unidos se empezó a reportar un opioide sintético más potente que el fentanilo, que es el metonitazene”, subrayó.
Por otro lado, la trabajadora social de la Alianza para un Puerto Rico sin Drogas, Melissa Frontera, explicó que en el aspecto social hay varios factores de riesgo que pueden llevar al consumo y abuso de drogas en la adolescencia.
“En cada etapa de desarrollo se presenta un reto, como lo es la juventud y esa búsqueda de identidad y quién soy o la presión grupal. Y cada etapa presenta sus retos y amenazas, por lo que hay que crear unas fortalezas en particular para poderlas manejar. Por otro lado, quizás alguien que no usó drogas en su juventud, más adelante se puede sentir tentado porque tiene otras realidades de vida, amenazas y acceso”, sostuvo.
Urge hablar del tema de los opioides y demás drogas
Los tres profesionales coincidieron en lo significativo que debería ser hablar sobre el tema del uso de drogas, incluyendo opioides, desde muy tempranas edades para poder dar paso a la prevención.
“Ya cuando los familiares se dan cuenta, muchas veces es tarde, porque los jóvenes tienen muchas estrategias para que el consumo no se note. Ya cuando se detecta el problema, es que ya se está perdiendo el control de la situación. Por eso es bien importante tener las conversaciones”, explicó y mencionó también que el cuidado primario no solo recae en los familiares, pues estos niños y jóvenes deben visitar a los profesionales de la salud, a quienes también reconoció como responsables.
“Muchos van a sus pediatras y dentistas y no se les pregunta sobre el consumo de drogas. La detección es importante”, puntualizó.
Pérez finalizó diciendo que más que llevar un mensaje de “no a las drogas” se están creando estrategias para que los jóvenes puedan recibir la información de forma accesible y que de esta forma puedan desarrollar un pensamiento crítico, así como la capacidad para tomar decisiones.