Ante la situación actual que se vive en la Isla en relación con el tema de justicia salarial, nace una interrogante colectiva: ¿Cómo se logra un balance en términos de profesiones y cuáles son las esenciales? Es Mental conversó con Ángel L. Viera Tirado y Salomón Barrientos Batres, especialistas en sociología y ciencias sociales, así como catedráticos de sus respectivas universidades.

Ambos coincidieron en que, aunque alcanzar un balance de profesionales y económico es algo a lo que se podría aspirar como sociedad, el modelo económico actual de Puerto Rico hace difícil la situación. 

“No es fácil lograrlo en la situación actual que se encuentra el País. Se trata de reclamos descuidados o pospuestos durante mucho tiempo. Convergen en el marco de la crisis actual.  El hecho es que Puerto Rico necesita colocar a sus trabajadores en una mejor situación para asegurar calidad de vida. Ya se enfrenta el reto de la emigración y la crisis económica. Hay que buscar la manera de hacerlo”, dijo Viera Tirado, catedrático de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez. 

Mientras que Barrientos Batres aseguró que, “no hay que olvidar que el salario mínimo no responde a la cobertura de las necesidades básicas que debe satisfacer un ciudadano, sino a lo que están dispuestos a pagar los empresarios, corporaciones, entre otros”. Por lo que, dentro de este marco, la tan anhelada justicia salarial se puede lograr, pero a través de la movilización ciudadana. Entiéndase, exigiendo acciones y respuestas. 

“Mediante huelgas, protestas y paros laborales, tal cual está ocurriendo en nuestra Isla, pues para los que dirigen nuestra economía, lo importante no está en lo que la sociedad necesita, sino en el beneficio y la riqueza que se puede adquirir de toda actividad social, incluyendo las productivas. Debemos tener presente que el mercado funciona por competitividad productiva, no por la prestación de servicios a la población”, sostuvo el catedrático de la Universidad Interamericana, recinto Metro. 

Y si de servicios y empleos se trata, entonces, ¿cuáles son esenciales? El doctor Barrientos mencionó que para tener una contestación, es necesario tener en consideración a qué grupo se hace la pregunta y qué se entiende cómo prioridad en servicios. 

“Si dirigimos la pregunta a quienes están al frente de las economías neoliberales, como la puertorriqueña, son esenciales solo aquellas ocupaciones capaces de producir riqueza directa, es decir, que se pueda cuantificar en dólares y centavos. Por extensión, los sectores laborales que rinden servicios de apoyo a la sociedad, no son importantes para ellos y en todo caso, se encuentran al final de la fila hacia la justicia salarial. Se puede comprender por qué nuestros gobernantes y la Junta de Supervisión Fiscal siempre se negaron a definir los llamados servicios y profesiones esenciales”, señaló.

Agregó que, si por el contrario, la pregunta va dirigida a aquellos que se proponen pensar e imaginar un Puerto Rico de justicia social y salarial, la respuesta será otra, ya que “para estos serán todas aquellas profesiones que contribuyan de forma integral y directa al bienestar de la sociedad, y eso incluye el magisterio, bomberos, enfermería, etcétera”. 

“Desde esta perspectiva corresponde atender las necesidades de esos sectores laborales, como las de cualquier individuo que tiene derechos, no solo políticos, sociales y culturales, sino, sobre todo, a ser feliz, a tener una familia o grupos de apoyo que les haga sentir que importan, que son necesarios y que la sociedad les reconoce como imprescindibles”, continuó.

Ambos catedráticos dieron algunas recomendaciones que podrían ser clave a la hora de lograr justicia de salarios y paga, como lo es tomar consciencia sobre el reconocimiento de la calidad de profesionales que existen en el País. 

“Creo que el País tiene una buena oportunidad para reestructurar su gobierno, por ejemplo. El servidor público sacrificado merece un mejor trato. La eliminación de gastos superfluos en contratos e iniciativas irrelevantes para los propósitos que supuestamente atienden”, recomendó. 

Por su parte, Barrientos aconsejó el “fortalecimiento de nuestra planta productiva, para propiciar la ampliación de un mercado interno basado en el consumo de nuestra producción local. Solo desde esta perspectiva la competitividad salarial ofrecería mejores oportunidades de ingreso al profesional”.

También, mencionó la importancia de cambiar el modelo político que beneficia, “ante todo, los intereses extranjeros en desmedro del bienestar de nuestros ciudadanos”. 

Y finalmente, que se haga una revisión a las tasas tributarias de las empresas extranjeras, que, según este, “bajo el principio de la libertad de mercado, se niegan a asumir la responsabilidad que les corresponde como parte de la sociedad de la cual extraen la riqueza, que luego exportan a sus sedes en el extranjero”, concluyó.