Justo retomaba su gran sueño cuando, de golpe, el COVID-19 se interpuso en su camino.

Observó cómo en cuestión de días la Isla cerró por completo contra todo pronóstico y sospecha. Lloró al preguntarse qué habría sucedido si hubiese retomado las clases de baile que tanto había anhelado y que estaban en su agenda. Frustrada, comentó cómo ese sueño ahora está más lejos tras haber aumentado 30 libras durante la pandemia.

El estrés que experimentó durante la cuarentena Jomarys Vázquez Olivo, una estudiante de 20 años del Departamento de Tecnología en Comunicación Tele-Radial de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo, aceleró su incremento de peso cuando comenzó a trabajar y a estudiar al mismo tiempo en medio de la pandemia.

Cada vez que sentía estrés, un deseo de cocinar se apoderaba de su cuerpo, aseguró. 

“En mi cama tenía una gaveta en la que escondía todos mis snacks”, recordó. “Le dije a mi mamá que se los diera a mi hermano de merienda porque tenía un montón guardados con mucha azúcar, que tenía para cuando me diera ansiedad o estrés”, confesó.

Por causa de las libras que subió, perdió la resistencia y la habilidad física con la que contaba cuando recién se reincorporó al baile durante el mes de marzo, contó. Sin embargo, ese deseo la motivó a comenzar una dieta con la que rebajó cinco libras en un mes. Si bien es cierto que sintió tristeza al observar cuánto había aumentado de peso, se siente segura de que logrará las metas que tenía antes de la pandemia.

El Instituto Français D’Opinion Publique (IFOP, por sus siglas en francés) organizó un sondeo de manera virtual en el que el 57% de las personas respondieron haber incrementado peso durante la cuarentena. El aumento promedio por persona fue de 5.5 libras.

Las razones a las que se les adjudicó el incremento eran la merma en actividad física durante el confinamiento, así como los malos hábitos alimenticios, consignó el sondeo.

Por un lado, la psicóloga clínica, entrenadora física y nutricionista, Rosaly Vega Quiñones, explicó que el estrés puede redundar en un incremento de peso porque puede ocasionar alteraciones químicas que terminan en cambios emocionales que algunos subsanan a través de la comida.

El estrés igual puede incrementar el cortisol en el cuerpo, que está vinculado con la alteración en los niveles de azúcar, la acumulación de grasa abdominal y el incremento en la producción de insulina, añadió.

“Muchas de las personas que vienen con sobrepeso no era solamente por alimentación, sino porque había un problema emocional que estaba afectando ese patrón de alimentación”, expresó.

El incremento de peso durante la cuarentena puede desembocar en mayores problemas emocionales y psicológicos, acotó. En parte, porque la persona puede sentirse abrumada al no tan solo tener que lidiar con la pandemia, sino con un cambio involuntario del cuerpo que redunda en un golpe a la autoestima.

Para intentar comenzar una rutina de alimentación y de actividad física saludable para rebajar, la psicóloga clínica aconsejó terminar con el ciclo de comer cada vez que se siente estrés.

Es importante entender que al rebajar los cambios son graduales, por lo que las metas deben ser realistas, acotó.

Mencionó la motivación como pieza clave para conquistar la meta. Tener un tablero de objetivos, un mapa conceptual o un calendario puede ayudar a mantener motivada a la persona. 

Del otro lado, la nutricionista y dietista, Melissa Nieves Nieves, dijo que es crucial tener una buena salud intestinal, pues existen alimentos que pueden causar estrés y ansiedad, como el exceso de cafeína, el alcohol y los que tienen altas cantidades de azúcar.

Igualmente, recomendó que se consuma una dieta basada en fibras y en proteína porque ayuda a que los niveles de glucosa no se liberen al torrente sanguíneo tan rápidamente. 

El consumo de alimentos con altas cantidades de proteína y de fibras pueden ayudar a que la comida se digiere de manera más lenta, mencionó. Esto redundaría en menos azúcar en la sangre.  

“El autocuidado es muy importante en estos momentos”, agregó. “Es muy importante reconocer lo que estamos viviendo recientemente o cualquier otro incidente que pueda provocar ansiedad”.

La Universidad de Zaragoza en España llevó a cabo un estudio titulado Conducta alimentaria y su relación con el estrés, la ansiedad, la depresión y el insomnio en estudiantes universitarios que arrojó que el 80% de 1,055 universitarios encuestados respondió haber comido alimentos con mucha azúcar debido a un episodio de estrés, ansiedad y depresión.

La nutricionista puntualizó que lo más que afecta a los pacientes de sobrepeso no son tan solo las condiciones físicas que pueden desarrollarse, sino el costo psicoemocional que tienen a largo plazo.