Mañana jueves a las 3:00 pm estaremos conversando por Facebook Live con la doctora María Bravo Saavedra, presidenta de la Asociación de Psicología Escolar, y con la doctora María Coss, psicóloga de niños y familia, gracias al apoyo de FHC First Healthcare. ¡Sintoniza a través del Facebook de Es Mental o de FHC – Salud Mental!
El regreso de los estudiantes a la escuela presencial, luego de más de un año de estar fuera de las aulas, puede provocar preocupación entre los padres, sobre todo ante el alza en casos de COVID-19 que se ha reportado recientemente.
Expertas entrevistadas por Es Mental recomendaron manejar esta preocupación para evitar que los menores se afecten, en lo que consideran será una nueva experiencia a la que tendrán que adaptarse.
“Muchas veces los niños lo que proyectan son los miedos, las inseguridades, los temores que tienen los papás. Nosotros, como adultos, (debemos) aprender un poco a manejar toda esta información que nos están dando y tratar de mantenernos lo más calmados posible para, entonces, transmitirle esa calma y paz a los niños y pueda aprender a cómo manejar estas situaciones”, sostuvo la doctora María Bravo Saavedra, presidenta de la Asociación de Psicología Escolar.
El COVID va a estar por mucho tiempo, si seguimos como vamos. Pues tenemos que aprender a cómo vamos a vivir de ahora en adelante. No es dejar de vivir, es aprender a vivir de una forma diferente. Y eso es bien importante, la forma en cómo los adultos manejamos todas estas situaciones estresantes que pueden ser difíciles”, agregó Bravo Saavedra.
Por su parte, la psicóloga de niños y familia, María Coss, entiende que atender la ansiedad, el estrés y la preocupación de los padres es un asunto importante para que “eso no tenga necesariamente un efecto demasiado contundente sobre nuestros hijos”.
“Yo siempre digo que lo que los hijos son las alarmas de fuego en las casas. Así que cuando hay algo que no está bien en la casa, incluyendo el estado emocional de los padres, hasta sus relaciones como pareja, los hijos lo perciben. Los hijos lo perciben aunque no lo digan”, indicó Coss.
“Es un buen comienzo también de cómo nosotros podemos como padres, madres y cuidadores atender nuestras propias ansiedades. Y eso y eso se atiende con la planificación, la preparación y una respuesta informada. Sacar nuestros calendarios. Saber cuando la cosa empieza, cuando la cosa termina, cuáles son los horarios, que necesito yo y que necesita mi hijo…”, agregó.
Coss recomendó a los padres que trabajan a dejarles saber a sus patronos o supervisores sobre el regreso escolar de sus niños y expresarles la posibilidad de estar más atentos a su teléfono o que podrían retirarse antes de tiempo del área de trabajo. Además, aconsejó activar la red de apoyo familiar.
“Todo esos asuntos, aunque parezcan bien sencillos, son bien importantes, es importante para nosotros poder controlar nuestros niveles de ansiedad como cuidadores y hacerlo con mucha responsabilidad, reconociendo que eso va a tener un efecto también sobre nuestros hijos y nuestra hijas”, sostuvo Coss.
La psicóloga de niños y familia, al igual que Bravo Saavedra, mencionó que los padres y los estudiantes también deben prepararse para cambios que puedan surgir, como por ejemplo, la suspensión de clases.
Emociones a flor de piel
“Aunque hayan estudiantes que regresan, quizás a su misma escuela, realmente esto es una experiencia totalmente diferente y nueva para toda la comunidad. Así que ante experiencias nuevas van a haber una diversidad de reacciones emocionales”, sostuvo Coss, quien entiende que tanto los estudiantes como los maestros y demás personal tendrán que adaptarse a la escuela presencial.
La doctora Bravo Saavedra coincidió.
“Esto va a ser un proceso de reajuste para todos nosotros, tanto para niños como para adultos. Así que tanto los estudiantes como los padres como los maestros están pasando un proceso, de reajuste, porque vamos a volver de un año completamente virtual a presencial. No vamos a volver a una escuela como la que recordábamos hace un año y medio atrás, porque hace año y medio atrás no íbamos con mascarillas”, indicó la presidenta de la Asociación de Psicología Escolar.
Ante esto, dijo que podrían haber emociones encontradas. Entre ellas, la alegría que pueden sentir algunos por regresar a la escuela, aunque al mismo tiempo puedan sentir emociones de confusión y de preocupación por lo que escuchan de sus padres o de los medios noticiosos sobre el aumento en los casos de COVID-19.
“Y pues en ese sentido, unas emociones encontradas que todas son válidas, porque no es que esas emociones están mal. Al contrario, es válido porque nos estamos reajustando. Los estamos enfrentando a situaciones nuevas. Todos nosotros estamos en este proceso. Pues mira, quizás esta semana no me funcionó esto. Tengo que adaptar y tengo que ver qué puedo hacer diferente la semana que viene. Los estudiantes, quizás cuando escuchan, pues están aumentando las tasas (de positividad), quizás puedan estar pensando que no me vuelvan a cerrar (la escuela) como pasó con algunos estudiantes el semestre pasado”, dijo Saavedra.
Añadió que los menores podrían sentir estrés con el regreso a clases, pero que a veces el estrés es necesario en la vida. Sin embargo, si este es alto o crónico, puede ser problemático, explicó.
Recomendó a los padres, a los maestros y a los profesionales de la salud que trabajen en las escuelas a que estén atentos y pendientes el ajuste de los estudiantes al regreso escolar, ya que “hay unas emociones que son válidas y que se pueden esperar, pero tenemos que identificar cuando se están saliendo de lo que se podría esperar y, entonces, puedan perjudicar al estudiante”.
La doctora Coss, por su parte, dijo que además del estrés y la preocupación, los estudiantes podrían experimentar ansiedad ante el regreso presencial a la escuela, sobre todo si eso es lo que perciben de sus progenitores.
El rezago académico
Ante el regreso a clases presenciales luego de una educación virtual que pudo haber causado rezago académico en algunos estudiantes, Bravo Saavedra dijo que la palabra clave para manejar esta situación es “flexibilidad”.
Opinó que se debe comenzar a identificar cuáles son los estudiantes que están presentando el rezago o que más dificultades tienen en las diferentes materias.
“Y creo que también es importante que durante los primeros meses de reinserción, de la reapertura de las escuelas y de este volver, se trabaje mucho con lo que es el área social emocional de los estudiantes. Eso es algo que también hay que atenderlo porque, todo va de la mano. O sea, yo necesito estudiantes, que están relacionándose positivamente con los demás y con su ambiente”, indicó Saavedra.
Agregó que en el caso de que los padres tengan la preocupación de que su hijo está demasiado rezagado, puede conectar al psicólogo escolar u otros recursos como el trabajador social o consejero y que estos puedan hacer una evaluación y de allí partir para, establecer los planes específicos a las necesidades de cada estudiante.
Coss, por su parte, dijo que los padres deben tener claro en que no se puede esperar que los estudiantes retomen este proceso escolar como si esto fuese un “nuevo año y nada ha pasado”.
La psicóloga de niños y familia dijo que los maestros y maestras son quienes mejor pueden evaluar donde está ubicado el estudiante en cuanto a su nivel académico.
Dijo que provocar unas situaciones de preocupación y ansiedad por dónde estaba académicamente el niño no lo ayudará. Alertó que el crear unas expectativas de que todos los estudiantes estarán a un nivel a una fecha específica puede provocar más daño que bien. Entiende que hay que ajustar las expectativas a la nueva realidad y enfrentar el espacio académico de forma individual.
“Abran las escuelas ya”
La licenciada Natalia Colón, portavoz del grupo “Abran las escuelas ya”, aseguró que, de acuerdo a los profesionales de la salud con los que se han reunido en medio de su lucha por la apertura de las escuelas, la mayoría coinciden sobre el impacto adverso que ha tenido la educación virtual en los estudiantes de todas las edades.
Además, han recibido una gran cantidad de mensajes a través de las redes sociales sobre padres preocupados, sobre todo por cambios en la conducta de sus hijos y por el nivel de rezago académico que puedan tener cuando regresen a las aulas.
Indicó que todavía en el sector privado no se ha provisto una data oficial sobre el rezago, a diferencia del sector público. Sin embargo, opinó que será más adelante, cuando los maestros comiencen a trabajar con los estudiantes, cuando se conocerá realmente en qué consisten los rezagos y la profundidad de los mismos.
Recomendó a los padres, madres y tutores a empoderarse del proceso del regreso a la escuela, conocer y entender la Guía de Reapertura Escolar para de esta forma poder fiscalizar al colegio o la escuela que ofrece servicios a los menores y también poder colaborar con la entidad.
“Conocemos de múltiples instituciones educativas que han hecho unas inversiones sustanciales para recibir a sus estudiantes y que tienen unos protocolos extraordinariamente rigurosos. Eso es así. Ahora, necesitamos también que los padres entiendan que ya llegó el momento de que ellos (los menores) sean prioridad, y que traten de minimizar los riesgos a los que exponen a sus hijos fuera del entorno escolar, porque la transmisión comunitaria es la que va a decidir si el COVID entra o no al centro educativo, no es al revés. El COVID no necesariamente sale de la escuela”, puntualizó Colón.