La inteligencia artificial consiste en cómo una máquina puede desarrollar la capacidad para ejercer tareas sin la necesidad de un comando humano, sino que de manera independiente y autónoma, explicó el experto en temas de tecnología, Obed Borrero Nogueras.

El reto está en cómo se puede usar esta tecnología para el bien de la humanidad, en lugar del bien de unos pocos, explicó.

Los principales desarrolladores de la inteligencia artificial van liderados por empresas privadas como SpaceX y Microsoft, entre otras, y sus avances dependen de la posibilidad de aumentar la capacidad de computación. 

“La computadora de ahora no tiene las mismas capacidades que las originales”, apuntó Borrero Nogueras al explicar que se trata de un movimiento global al que Puerto Rico tiene acceso, pero no crea. 

Es decir, la Isla se beneficia de esta tecnología porque está conectada a Estados Unidos, por ende, también a la red de países que están desarrollando la tecnología. No obstante, en Puerto Rico no se trabaja en la innovación de estas herramientas ni en la creación de nuevas. 

Según la psicóloga industrial y organizacional Lucía Betancourt Ward, “la inteligencia artificial está en todos lados”. Sin embargo, cuando se discuten estos avances o la implementación de su uso en las tareas diarias de una empresa, las personas suelen reaccionar con miedo y rechazo. 

Cuando se habla sobre este concepto en el espacio laboral siempre crea miedo, pues rechazan el cambio y temen ser reemplazados”, señaló. 

Indicó que, aunque la inteligencia artificial elimina trabajos monótonos y rutinarios, también crea otros. 

En el caso de la empresa Amazon, la psicóloga precisó que hace varios años automatizó sus almacenes. En lugar de dejar desempleado a su persona, decidieron adiestrar a sus empleados para manejar las máquinas y entender el sistema, expresó. Por esta razón, hasta el día de hoy dispone de tanto personal como maquinaria para ejercer sus funciones.

La forma de trabajar cambia, pero ciertamente no ha llegado al nivel de eliminar puestos por completo, aseguró Betancourt Ward. 

“Un puesto de trabajo implica muchísimas tareas. Entonces, la inteligencia artificial elimina algunos pasos de esta rutina diaria para dejar más espacio al lado creativo y estratégico, aspectos que aún no han podido ser completamente reproducidos por esta tecnología”, argumentó.

Asimismo, Borrero Nogueras coincidió con la psicóloga al afirmar que la inteligencia artificial no vino a sustituir al empleado, sino que a asistirlo. El reto está en cómo se puede usar esta tecnología para el bien de la humanidad, en lugar del bien de unos pocos, expresó el llamado ‘tech guru’.

“Los vehículos autónomos no van a textear mientras conducen, no van a guiar borrachos, no van a despistarse mientras guían. Entonces, ¿qué tal si reducimos los daños o las muertes provocadas por accidentes de carro?, se preguntó Borrero Nogueras al hablar sobre algunos de los beneficios que pudiese tener el uso de estas herramientas. 

Asimismo, un estudio de McKinsey Company encontró que un tercio de los trabajos que existen hoy ni siquiera existían hace 25 años. Por ende, estima que, incluso cuando la inteligencia artificial reemplazará a los trabajadores de algunas ocupaciones, se crearán nuevas funciones de trabajo. 

De manera similar, en el informe sobre el Futuro del Empleo del 2020, publicado por el Foro Económico Mundial, estimaron la pérdida de 85 millones de puestos de trabajo para 2025 y la creación de 97 millones de puestos de trabajo en el mismo período. Es decir, un aumento neto de 12 millones de empleos.

Los mayores retos son la accesibilidad y la adopción, precisó Borrero Nogueras al hablar sobre los problemas principales con la inteligencia artificial. Es decir, los obstáculos son poder garantizar que un gran número de personas tenga acceso a esta tecnología, además de la capacidad de la sociedad para adoptar comportamientos en base al uso de una herramienta. 

“¿Las reuniones virtuales y las aplicaciones como Zoom, Teams y Skype, existían antes de la pandemia? Sí, pero después de este fenómeno, las circunstancias que trajo la pandemia, obligó a la sociedad a usar más estas herramientas”, ejemplificó.

Mientras, Betancourt Ward expresó que la inteligencia artificial también tiene su lado negativo, pues ha afectado la comunicación dentro del mundo laboral. Por un lado, estas herramientas cibernéticas para hacer mensajes de grupo o vía Internet pueden ser de beneficio para enviar un mensaje sin tener que interrumpir el trabajo de otros o llamarles. No obstante, también crea obstáculos entre distintas generaciones, indicó Betancourt Ward. 

Comentó que la comunicación por vía telemática puede facilitar malos entendidos e impedir el desarrollo de relaciones interpersonales entre colegas de trabajo. Igualmente, explicó que, según su experiencia profesional, la inteligencia artificial para muchos empleados ha representado una nueva barrera de vigilancia de no solo su trabajo, sino que su aprovechamiento de las horas de trabajo, lo que pudiese hacerles más vulnerables al estrés y ansiedad. 
También, comentó que se han digitalizado los procesos de reclutamiento para las vacantes, lo que impone nuevas barreras para poder obtener un trabajo. Como consecuencia, muchas personas pasan por más de la mitad de un proceso de reclutamiento sin conocer a ninguna persona en la compañía, dijo.