La pérdida o duelo suele ser un proceso que supone una separación, se puede aplicar a elementos tangibles e intangibles; no significativos o significativos. El duelo proviene del latín dolus, que es igual a dolor o reacción que se experimenta ante una pérdida afectiva significativa. De igual manera, suele describirse como un proceso activo de adaptación ante una pérdida de un ser querido, que implica cambios, no exenta de ansiedad, temor, aflicción, pero también con posibilidades de transformación. La aflicción es una respuesta emocional que surge posterior a la pérdida y la pena es utilizada como sinónimo de aflicción.  

El trastorno por duelo prolongado (nueva ubicación según el DSM5 TR) es una categoría dentro de los trastornos relacionados con traumas y factores de estrés.  Esto es un intenso anhelo por la persona que ya no está, (ruptura amorosa, fallecimiento, abandono etc.) al menos es presentado con pena intensa, dolor emocional y preocupación por pensamientos o recuerdos de esa persona. 

Deben estar presentes al menos 3 de los siguientes: disrupción de la identidad, incredulidad sobre la persona que ya no está, evitar elementos que recuerden a esa persona, dolor emocional intenso, dificultad reintegrándose a la vida diaria, experiencia emocional reducida, sentir que la vida no tiene sentido y/o soledad intensa. La persona cercana al paciente fallecido ya no está hace 12 meses o 6 meses en niños. (criterios de tiempo para poder ser diagnosticado)

  1. ¿Qué síntomas enfrenta una persona que atraviesa la pérdida de un ser querido?

Los síntomas que aparecen con más frecuencia son de diversos tipos:

  • Cognitivos: incredulidad (actuar como si la persona siguiera viva), confusión, dificultad para concentrarse, preocupación excesiva y constante, sentir que su ser querido aún se encuentra cerca de él, alucinaciones visuales o auditivas.
  • Emocionales: tristeza, enfado, culpa y remordimiento, ansiedad, soledad, fatiga, apatía, desamparo, shock, anhelo, añoranza, alivio, insensibilidad.
  • Conductuales: afecta el patrón de sueño, cambios en el patrón de alimentación, conducta distraída, aislamiento social, soñar con la persona perdida, conductas de evitación, agitación psicomotora y llanto.
  • Orgánicos: 

Opresión en el pecho y/o garganta, vacío en el estómago, sensación de despersonalización, falta de aire, falta de energía, debilidad muscular y sequedad en la boca etc. 

  1. ¿Qué etapas del duelo suelen presentarse en personas que atraviesan la pérdida de un ser querido? 

Etapa de la negación 

  • La persona siente que no es real la pérdida, es consciente de forma racional, pero no existen las emociones asociadas. 
  • Es tan fuerte el dolor que puede implicar, que aún el cerebro no sea capaz de procesarlo, como si no fuésemos del todo conscientes.

Etapa de negociación

  • Es uno de los mecanismos de defensa que se pueden activar. 
  • La persona afectada busca todos los medios necesarios para que no se produzca la situación temida. 
  • En esta etapa, hay el deseo o la ilusión de volver a la vida de antes y los pensamientos van dirigidos a que se podría haber hecho para evitar nuestro dolor.

Etapa de ira o coraje

  • Es una etapa donde la persona cuestiona la existencia, sus creencias y se plantea la pérdida como una situación injusta. 
  • El sentimiento de rabia invade esta etapa y puede ir dirigida al ser que ha fallecido, a un familiar, amigo o incluso hacia uno mismo.

Etapa de depresión 

  • Los sentimientos de tristeza, incertidumbre, vacío y dolor invaden a la persona. Son sentimientos necesarios, que aunque la persona piense que van a perdurar siempre, nos preparan para aceptar la situación.

Etapa de aceptación

  • La persona empieza aceptar la pérdida, a comprenderla y a entenderla como parte de la vida, ya sin tanto dolor. Reubicamos a la persona fallecida en una parte de nuestro corazón menos dolorosa y aprendemos a vivir sin esa persona. 
  1. ¿Qué hacer si estoy en duelo?
  • Hablar de lo sucedido, hablar de la enfermedad, de la  muerte. 
  • Reconciliarse con lo negativo. 
  • Tomar conciencia de lo positivo. 
  • Evitar la negación: estoy muy bien…
  • Expresar sentimientos. 
  • Aclarar temores. 
  • Respetar mi ritmo.
  1. ¿Cómo manejar esta pérdida? 

Tareas de Worden (2013)

  • Aceptar la realidad de la pérdida

Ante la reacción inicial de que “esto no puede estar pasando”, la primera tarea implica en

aceptar que la persona querida está muerta.

  • Elaborar el dolor de la pérdida

Es necesario para la resolución del duelo que el dolor sea vivenciado y enfrentado para luego

ser superado.

  • Adaptarse a un mundo sin el fallecido

Implica muchas veces tener que desarrollar nuevas capacidades, así como nuevas conductas a

las cuales no se estaba habituado.

  • Hallar una conexión perdurable con el fallecido al embarcarse en una vida nueva

Situar a la persona perdida en un lugar especial del mundo interno, siendo posible reinvertir la

energía emocional que se había colocado en dicha persona, en otras actividades y relaciones.

De igual manera; 

  • Dando expresión a los sentimientos.
  • Permitirte sentir, expresar y canalizar esas emociones.
  • Invertir energía en otras relaciones.
  • No tomar decisiones importantes.
  • No aislarse por completo.
  • Poco a poco ir recuperando la rutina diaria.
  • Permitirse la ira y la emoción negativa.
  • Buscar un espacio donde pueda hablar de cómo se encuentra. 
  • Empleando la espiritualidad dentro de su manejo de duelo o pérdida.

*La autora es psicóloga clínica.