La ansiedad es una respuesta biopsicosocial que actúa como un sistema de alerta ante una situación y que puede manifestarse a través de síntomas como palpitaciones, sudoración, temblores, problemas de concentración y hasta falta de aire.
Según la psicóloga clínica con especialidad en adultos, Brenda González Flores, la ansiedad se compone de una parte biológica, en la que se presenta como un mecanismo de sobrevivencia ante una amenaza emocional o física. Por otro lado, un elemento psicológico, que viene acompañado de preocupaciones con relación al futuro sobre cualquier área de la vida. Y finalmente, el lado social, con el miedo a la interacción y socialización.
“Usualmente las primeras señales tienen algo más físico, mucha gente puede decir siento mi corazón palpitando fuerte, tiemblo, sudo o siento que me quedo sin aire, pero no necesariamente saben que están pasando por un episodio de ansiedad o ataque de pánico”, explicó la cofundadora de la clínica de tele-psicología bilingüe BePResent.
La psicóloga Patricia Acevedo coincidió en que la ansiedad permite al ser humano reaccionar en presencia de lo que considera una amenaza, denominada la ansiedad adaptativa, pero cuando esta pasa a convertirse en una ansiedad desadaptativa, podría afectar las actividades cotidianas.
“Cuando la ansiedad no me permite llevar a cabo mis actividades diarias e interfiere en muchas áreas de mi vida, hay que buscar ayuda de un profesional, porque vamos a ir a la raíz de dónde surge e identificar qué áreas de mi vida se está afectando a través psicoeducación, ejercicios y herramientas técnicas’’, explicó.
Ante las estadísticas actuales que apuntan a que la ansiedad afecta a 40 millones de adultos en los Estados Unidos cada año, de acuerdo con la Asociación de Ansiedad y Depresión de América, González Flores habló de romper los prejuicios existentes a la hora de buscar ayuda profesional.
“Lamentablemente mucha gente se queda callada. ¿Cuándo uno sabe que necesita ayuda profesional? Cuando ya empieza a interferir con tu vida y en tus tareas de todos los días. Ahí ya uno se da cuenta que debe buscar ayuda profesional. En esa ayuda tenemos terapias basadas en ciencia y con un resguardo científico, que ayudan a los síntomas”, señaló.
A través de la terapia psicológica las personas pueden aprender destrezas para manejar su ansiedad. Sin embargo, si no se trabaja a tiempo, todas las emociones se pueden acumular y eventualmente tener efectos adversos.
«Vas a tener menos capacidad para tolerar estresores de la vida, menos paciencia, cansancio y hasta insomnio. Se empieza a manifestar mediante otras señales físicas, como sarpullido. No podemos reprimir esas emociones», añadió.
Por su parte, Acevedo opinó que la ansiedad puede tener complicaciones, específicamente al vincularse con otros trastornos mentales, como la depresión y otras enfermedades psicosomáticas.
“La terapia, para estas personas, es como su lugar seguro y en donde puede expresar cómo se está sintiendo, sin sentirse invalidada en el proceso. No es tan solo atacar el síntoma, es explicarle por qué surge. Cuando entendemos de dónde provienen nuestras situaciones, es mucho más fácil comenzar un cambio”, sostuvo.
La psicóloga clasificó como personas valientes a esos que deciden buscar ayuda sin miedo al qué dirán.
“Esas personas han reconocido que es algo que tienen que trabajar. En estos momentos que estamos viviendo es importante romper esos estigmas que existen alrededor de lo que es la salud mental y verla como cualquier otra profesión”, concluyó.
González Flores hizo énfasis en que las personas deben priorizar su salud mental y normalizar que “todos podemos pasar por algo fuerte”.
Además, recalcó que hay muchas investigaciones sobre terapia que han sido aprobadas y funcionan para la ansiedad y que el plan de tratamiento se crea para cada caso en particular. “Nosotros vemos cuáles son las necesidades específicas y ayuda a la persona a sobrellevar esos momentos difíciles”.
Aunque no existe un consejo específico para prevenir la ansiedad, pues los estresores del diario vivir cambian, las personas pueden seguir recomendaciones para evitar el impacto de los síntomas.
La Clínica Mayo recomienda lo siguiente: primeramente, buscar ayuda profesional rápidamente, ya que a medida que se manejan las emociones, más pueden ser los efectos negativos. En segundo lugar, propone a las personas a participar en actividades que los mantengan activos y que les permita despejar sus mentes, como pasatiempos, ejercicios y música. Y finalmente, señala evitar el uso de alcohol o drogas ilícitas, puesto que podría empeorar la situación. “La idea de dejar de consumir puede hacerte sentir ansioso. Consulta con tu médico o busca un grupo de apoyo para que te ayuden”, destaca el material informativo.
Entre agosto del 2020 a febrero del 2021, durante el tiempo de la pandemia por COVID-19, aumentó el porcentaje de adultos con síntomas de ansiedad entre las edades de 18 a 29 años, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.