«La bondad es el pináculo de la inteligencia. Es su punto más cenital, el instante en el que la inteligencia se queda sorprendida de lo que es capaz de hacer por sí misma» – JosÉ Miguel Valle
El filósofo y escritor José Miguel Valle define la bondad como el punto más elevado de la inteligencia en un ensayo para Cultura Inquieta.
Y es que para el escritor, quien se dedica al análisis de la inteligencia humana, la bondad es toda acción que colabora con la felicidad y es contrapunto de los sentimientos que requieren sufrimiento. Estos sentimientos dañinos suelen ser la crueldad (hacer daño para obtener un beneficio), maldad (hacer daño, aunque no te beneficie), perversidad (satisfacción por hacer daño) y malicia (desear el prejuicio).
La bondad es todo lo contrario a esos sentimientos que solo brindan sufrimiento. Una persona bondadosa, usualmente, está ligada con la generosidad, ternura, cuidado, la atención, empatía, compasión, todos ellos sentimientos que indican que eres atento a la aflicción y requerimientos de otra persona. Una persona bondadosa tiende a poner sus intereses personales a un lado para ampliar los de otros. Todos estos sentimientos pueden permitir que una persona se abra contigo. Si tratamos a alguien con bondad y con la consideración que se merece, lograríamos que el otro aprenda y aplique estas actitudes con nosotros mismos.
Aunque la bondad es algo que se cultiva poco a poco, en su ensayo, Valle explica que para poder incorporar esta en la vida diaria hay que dejar a un lado el individualismo y el yo absoluto narcisista.
También debemos rodearnos de personas bondadosas. “Sabemos qué es la bondad, pero para aprenderla necesitamos contemplarla en personas consideradas valiosas por la comunidad y reproducirla en nuestra vida”, indicó Valle. Estas virtudes no se aprenden de la nada, hay que buscar personas que consideremos generosas, amables, bondadosas, para así aprenderlas.
Valle recalcó que ser bondadoso con los demás hay que serlo con uno mismo. Ayudar a que la felicidad desembarque en la vida de los demás es ayudar a que también desembarque en la nuestra, logrando así sentirnos sanos mentalmente.