Ser tú mismo, conocerte y respetar tus procesos puede sonar como algo sencillo que cada individuo puede hacer.
Aun así, puede ser un proceso complicado, el cual toma tiempo, experiencias, momentos malos y buenos. Precisamente, Es Mental conversó con especialistas en salud mental y trabajo social para conocer la importancia del autoconcepto.
Según la trabajadora social Jenismarie Martínez, éste término puede ser descrito como la forma en que una persona percibe su comportamiento, habilidades y características para poder evaluar sus creencias, habilidades, o si son buenas personas o buenos amigos.
Más allá de cómo debe ser una persona, la especialista afirmó que cada individuo debe conocerse, conectar consigo mismo y encontrarse para que no tenga que buscar en otros lo que carece.
“Si nosotros no tenemos claro cuál es nuestro propio ser y quiénes somos nosotros, muchas veces elegimos mal”, agregó.
De acuerdo con Martínez, es importante conocer ese “propio ser”, pues la persona logrará tener buena autoestima, comunicación asertiva y pueden aprender a recibir críticas constructivas sin tomarlo personal.
“Por eso, es sumamente importante que cada uno de nosotros aprendamos y tengamos esas estrategias para desarrollar nuestro propio ser, lo que somos, y esa es una de las cosas que tenemos que hacer como individuos”, afirmó.
“El yo o el sí mismo es un modelo o una construcción mental que nosotros tenemos de nosotros mismos. Es como esta idea multifactorial que tenemos sobre quiénes somos en cuestión de aspectos espirituales, sociales, en la parte física, ocupacional e intelectual”, explicó por su parte la psicóloga Natalie Padilla.
La doctora Padilla sostuvo que el propio ser se va conformando a medida de que los individuos interpretan y se relacionan consigo mismos y con el contexto en el cual están inmersos.
Definió este término como lo que es el autoconcepto, que de hecho es donde está la autoestima, autoría y autoeficacia, entre otros.
“Así que este autoconcepto o este ‘yo’ se forma o se regula a medida que nosotros vamos creciendo. No es algo estático, es algo en constante cambio, y de cierta manera también formando en base a las experiencias que nosotros vamos viviendo”, indicó Padilla.
Agregó que de cierto modo el conectar con uno mismo es un llamado a lo que es la individualización.
“El yo, el sí mismo o nuestro autoconcepto, nosotros lo formamos en base a los roles que nosotros desempeñamos en la vida”, sostuvo.
Indicó que el propio ser o autoconcepto es aprendido, se influencia por factores biológicos y ambientales, y además de que la interacción social tiene un rol importante sobre lo que es esta construcción.
Al hablar sobre la importancia de conocer el propio ser, Padilla afirmó que conectar consigo mismo y conocerse es el camino a una vida significativa. Explicó que en efecto, el diario vivir, la rutina y apuros del día a día lleva a las personas a vivir desde narrativas o hábitos que no resuenan con ellos en el momento presente.
“Así que si nosotros queremos vivir en congruencia, tenemos que estar dispuestos a desarrollar esta visión de nosotros mismos para poder alinearnos realmente a lo que queremos estar construyendo y nuestro futuro”, sostuvo Padilla.
Por su parte, la psicóloga Jessenia Laboy, del grupo Clínicamente Puerto Rico, explicó que el “ser” tiene mucho que ver y está relacionado a las destrezas de autoconocimiento, lo que básicamente significa comprender “quién eres”, la personalidad, fortalezas, áreas a mejorar, creencias y valores, metas y lo que agrada y disgusta.
“Básicamente cuando hablamos del “ser”, se trata de estar conectados con nosotros mismos”, sostuvo Laboy.
De acuerdo con la especialista, desarrollar la capacidad del conocimiento tiene grandes beneficios y su importancia radica en el hecho de que promueve el bienestar, crecimiento personal, a mejorar la autoestima, descubrir fortalezas, así como esas áreas que se deseen mejorar de sí mismos.
“Es muy bueno para que el ser humano logre alcanzar ese trayecto de felicidad que es tan importante para todos”, agregó.
Efectos negativos
Según Martínez, entre los efectos negativos de no conocer el propio ser, figuran el desarrollo de condiciones de salud mental, pobre control de impulsos y no conocer las emociones, lo que puede traer conflictos familiares y sociales, así como conflictos consigo mismo.
“Podemos crear un entorno tóxico simplemente por yo no conocerme”, indicó.
Afirmó que la mente es sumamente poderosa, por lo que si los individuos no se conocen pueden crear pensamientos intrusos, catastróficos y negativos, y crear un sinnúmero de situaciones en su mente, que no son reales.
De acuerdo con Padilla, si no se reconoce ese propio ser, no se podrá ver el futuro con claridad, pues en ese sentido conocerse a sí mismos y estar en sintonía y acción con el mundo interno es la clave para una vida en bienestar.
Laboy sostuvo que el no conocerte lo suficiente puede generar un sentido de confusión, pues aún no se definen en concreto sus necesidades como persona, crea dudas en términos de toma de decisiones y se puede generar también un grado de incertidumbre.
Recomendaciones y herramientas
“Esto es un trabajo diario, de conocerte y de yo hacer una introspección, es un proceso”, confirmó Martínez.
Recomendó a aquellas personas que comienzan de cero a conocerse a preguntarse:
- ¿Quién soy?
- ¿Qué me gusta?
- ¿Qué quiero y cómo lo puedo lograr?
Agregó que de ser necesario, también es recomendable buscar un profesional que les guíe durante el proceso, incluso de forma preventiva.
Además, recomendó agradecer diariamente lo que como persona ha logrado, sean decisiones buenas o no tan buenas, pues son parte del proceso de crecimiento y de formar ese propio ser.
Entre otras recomendaciones señaló la importancia de la sinceridad para consigo mismo, como individuo.
Además, mencionó no dejar la responsabilidad de conocerse a sí mismos en otros, sino más bien, como individuo, asumir su responsabilidad.
Por su parte, Laboy explicó que para desarrollar el desarrollo del autoconocimiento es necesario dedicar tiempo para reflexionar sobre la vida y hacia donde desean dirigirse.
Además, destacó como importante enfocarse en el presente. Así como mantener un equilibrio que permita el afrontamiento de estresores o adversidades, pero sin olvidarse de prestar atención al autocuidado, cuidado del cuerpo, mente y conectando con su propio ser.
Entre las herramientas que pueden ayudar en el proceso son:
- Hacer un diario reflexivo, donde se puedan contestar preguntas claves sobre sí mismos.
- Lista de identificación de fortalezas y áreas a mejorar.
- Vivir en el presente.
- Valorar momentos a solas y en silencio.
- Yoga y meditación.
- Buscar ayuda psicológica.
Finalmente, Padilla recomendó el famoso dicho de “desconectar para poder conectar”.
Asimismo, invitó a las personas que desean conectar consigo mismos a comenzar por parar varias veces en la semana o el día y tener un momento de descanso. De acuerdo con la especialista, este primer paso es importante, ya que no se puede comenzar a construir las narrativas de sí mismos después de haber pasado todo un día consumiendo contenido a través de la tecnología.
Sostuvo que un segundo paso puede ser notar hacia dónde la persona puede dirigirse en su vida.
También recomendó prestar atención a las creencias, si son funcionales o limitantes y sus acciones. De este modo se podrá llegar a la interrogante de que si lo que hace en el diario vivir en efecto le acerca a lo que desea vivir y experimentar.
De acuerdo con la especialista, otra buena herramienta es el journaling, específicamente sobre lo que es la experiencia emocional de las personas, así como saber que se está sintiendo.
Luego de realizar lo anteriormente mencionado, Padilla recomendó llevar a cabo la autocompasión. “Mi invitación es que estén dispuestos a mirar su luz y mirar sus sombras y estén dispuestos a responsabilizarse por la vida que quieren vivir y poder experimentar desde el aquí y el ahora esa vida. Es llevar a cabo acciones comprometidas para construir ese futuro al que aspiramos y poder vivir desde el momento presente, en congruencia, en bienestar y en plenitud”, puntualizó.