Descrita como crónica, progresiva, autoinmune y debilitante, la artritis reumatoide se caracteriza por una inflamación que afecta las articulaciones periféricas en las manos, en las muñecas y en los pies.

De acuerdo con la especialista en reumatología, la doctora Elizabeth Ramírez Díaz, en términos de detección y tratamientos para esta condición, los especialistas se dejan llevar por el historial médico del paciente, incluyendo un examen físico y la distribución de las articulaciones afectadas.

Además, explicó que toman en consideración la edad del paciente, ya que es más común en personas entre los 30, 55 o 60 años. No obstante, puede afectar a los niños, adolescentes y adultos mayores.

Sostuvo que es más común en las mujeres que en los hombres, ya que tres de cada cuatro pacientes son mujeres. 

Explicó que es muy importante que cuando el paciente llegue a la clínica, además del examen físico, se le realicen pruebas de sangre o laboratorios y estudios de imagen.

La especialista indicó que en términos de los estudios de imágenes se continúa utilizando radiografía y sonografías.

“Uno busca en sonografía que haya, evidencia de erosiones en el hueso, que haya lo que se dice formación de paños o sinovitis, que es como un revestimiento de la cápsula de la articulación. Uno también busca hipervascularidad y que haya líquido acumulado, pues son cambios tempranos que pueden estar existentes, mas no verse en las placas sencillas”, sostuvo. 

De acuerdo con Ramírez, comúnmente, cuando los pacientes presentan dolor en múltiples áreas del cuerpo, se les envía también el “Bone Scan”, un estudio nuclear que en ciertos casos puede brindar pistas o ideas al clínico que tal vez en laboratorios de sangre el paciente arrojó negativo.

La especialista explicó que cuando se trata de estudios de laboratorios de forma investigacional, se están tratando de encontrar nuevos marcadores de inflamación y nuevos tipos de anticuerpos que estén asociados a la condición. 

Sin embargo, sostuvo que comercialmente lo que hay disponible son las pruebas del factor reumatoide, IGG e IGM, y el anticuerpo llamado ANTI CCP. Este último es específico para artritis reumatoide, mientras que el factor reumatoideo puede estar presente en artritis reumatoide así como en otras condiciones de salud.

Idóneamente, uno quiere identificar al paciente lo más rápido (una vez comiencen los síntomas). Uno quiere identificar esa condición en lo que se dice enfermedad temprana, antes de los tres meses”, expresó.

La especialista explicó que si pasan los seis meses es algo crónico, lo cual es la realidad de muchos pacientes en Estados Unidos y Puerto Rico debido a las deficiencias en el sistema de salud. En lo que visitan el médico primario, consiguen realizarse algunas pruebas iniciales o radiografías, para luego tratar de conseguir algún médico especialista que esté aceptando pacientes, puede pasar mucho tiempo, agregó.

“Y casi siempre, la mayoría de los pacientes llegan después de seis meses de síntomas”, destacó.

Asimismo, destacó la importancia de la educación a estos pacientes, pues muchos en la edad adulta no visitan su médicos rutinariamente e, igualmente, hacerse los laboratorios de rutina básicos. 

Explicó que el médico primario puede estar pendiente a pistas, como síntomas de dolor, inflamación donde parezca que las articulaciones contienen líquidos y si  las personas no pueden mover la mano por causa del dolor. Básicamente, se trata de escuchar detenidamente cómo el paciente describe sus síntomas, así como ver y examinar con laboratorios básicos de rutina.

En términos de estudios de imagen serían placas sencillas de las manos, muñecas, pies y tobillos, y/ o que mande a hacer sonografia si tiene la disponibilidad. 

Según la Clínica Mayo, «alrededor del 40% de las personas que padecen artritis reumatoide también presentan signos y síntomas que no impliquen a las articulaciones». Entre estas zonas figuran la piel, los ojos, los pulmones y el corazón.

La artritis reumatoide es más común de lo que se piensa. Yo entiendo que en Puerto Rico está subdiagnosticado porque no se identifican esas personas que están en riesgo”. 

Entre los factores de riesgo que pueden aumentar el riesgo de padecer artritis reumatoide figura el sobrepeso, la edad y el tabaquismo, de acuerdo a la Clínica Mayo.

En términos de tratamiento, la especialista explicó que hay una gama de estos y que usualmente comienzan con los agentes modificadores de la enfermedad, medicamentos convencionales, y si el paciente tiene contraindicaciones, existen los de segunda generación, que son los biológicos.

Entre más temprano se empiece a tratar la condición, menos destrucción de la articulación hay y menos consecuencias a corto y largo plazo, como limitación del movimiento y dolor crónico”, sintetizó.

Entre las complicaciones de la artritis reumatoide están los problemas cardíacos, enfermedad pulmonar, infecciones y sequedad en los ojos y en la boca, según la Clínica Mayo