Pese a que cada vez son más las mujeres en Puerto Rico que culminan estudios a nivel profesional con la intención de alcanzar una posición en el ámbito laboral y económico, éstas continúan enfrentando múltiples obstáculos para unirse a la fuerza laboral, donde también existe una brecha salarial a favor de los hombres.

Según el Estudio sobre el perfil de situación actual y aspiraciones de las mujeres en Puerto Rico, el más reciente sobre el tema, de los más de 900 mil empleos en la Isla para el 2019, solo un 44 por ciento de éstos estaban siendo ocupados por mujeres.

Del estudio, presentado por United Way de Puerto Rico durante la conmemoración del Mes de la Mujer Trabajadora, también se desprende que para el 2021 un 44.4% de las mujeres vivían bajo el nivel de pobreza, en comparación con un 40.8% en el caso de los hombres.

La brecha salarial por género es un tema que sigue teniendo efectos sobre el bienestar de las mujeres y Puerto Rico no es excepción, confirman los datos presentados por el estudio, que además fue creado mediante su proyecto de Equidad, Diversidad e Inclusión y con la ayuda de Estudios Técnicos Inc.

La investigación encontró que, pese a que la mujer cumplía con mayor grado educativo (en comparación con el hombre), como estudios postsecundarios completados, bachillerato, maestría y doctorado, la tasa de participación laboral disminuyó desde el 2005, pasando de un 37 por ciento durante este año a un 33 por ciento en el 2019, contrario al hombre con un 50 por ciento. 

De igual forma, la mediana de ingreso de mujeres con escuela superior o diploma era de $13,249 en comparación con $16,305 del hombre, bachillerato de $24,124 versus $30,281; y maestría, grado profesional o doctorado de $32,527; contrario a los $43,751 del género masculino. 

En el caso de aquellas que destacan como jefas de hogar y con la responsabilidad de menores de 18 años, el número es mucho menor: $10,077. 

En cuanto a los niveles de pobreza, la investigación desprende que el nivel de pobreza en mujeres jefas de hogar va desde 40 por ciento hasta un 64 por ciento, particularmente en ciudadanas de la zona central de la Isla. 

Para la economista y catedrática, Martha Quiñones Domínguez, aunque la mujer puertorriqueña cada día parece estar más preparada y deseosa de un empleo remunerado, una serie de obstáculos socioeconómicos persistentes la mantienen al margen de la fuerza de trabajo, en especial el cuidado del hogar. 

Las diferencias existentes entre los salarios percibidos por los trabajadores de ambos sexos tiene sus causas en la segregación ocupacional, diferencias en la participación laboral o bien discriminación. A eso se une que las mujeres, al ocupar trabajos a tiempo parcial, reciben menos ingresos”, señaló. 

Y aseguró, de igual modo, que algunas tienden a reducir su jornada para hacer frente al trabajo no remunerado (las tareas domésticas y el cuidado de la familia).

“La situación en el mercado de trabajo es preocupante por la violencia de derechos humanos, el respeto a los derechos de las mujeres trabajadoras se lacera. […] Una de las principales causas de la brecha de género salarial es la discriminación por género, arraigada en la educación, la religión o las creencias en normas y actitudes del pasado, que redundan en la desigualdad entre hombres y mujeres”, agregó.

Las ocupaciones con mayor proporción de las mujeres son aquellas de apoyo de salud, administrativo y de oficina. Para estas, la brecha salarial promedio fue de $5,688 a favor del hombre.

De manera similar, los roles con una brecha salarial mayor incluyen servicios legales, ocupaciones técnicas de diagnóstico y tratamiento, computadoras y matemáticas, arquitectura e ingeniería. 

Para el estudio se contó con la participación de mujeres de diferentes regiones de Puerto Rico y también se analizaron datos del Censo nacional. 

“United Way de Puerto Rico ha trabajado siempre a favor de las poblaciones en desventajas, en este caso mujeres, pero también la comunidad dominicana, de niños y niñas y la población LGBQT+. Este es el proyecto más fidedigno, real y actualizado sobre la población de mujeres, y esa es la parte más importante”, comentó por su parte la profesora Mayra G. Fuster, del Departamento de Trabajo Social de la Interamericana, institución que fue también fue sede para el desarrollo del proyecto Líderes por la Equidad y la Justicia, el cual capacitó a diversos líderes comunitarios y profesionales con herramientas a favor de la equidad, justicia y la inclusión de la mujer. 

Fuster apuntó a que, con las conclusiones y recomendaciones del estudio, se vislumbra trabajar con áreas de oportunidad para lograr derrocar las inequidades que vulneran a la mujer puertorriqueña. 

Finalmente, el estudio sostiene que ante el panorama social y económico, así como la condición actual de la mujer, resulta imperante la implementación y fortalecimiento de medidas para la mitigación de la pobreza e incremento de oportunidades de desarrollo económico.