Son las primeras voces que escuchan las víctimas de violencia de género al pedir ayuda a través del sistema de emergencia 9-1-1. Personas que, más allá de ejercer su rol de telecomunicadores, reciben ayuda emocional tras lo que experimentan al intervenir como profesionales de primera respuesta.
Con un aumento en las llamadas de emergencia por violencia de género en Puerto Rico, con un promedio de 845 a 850 mensuales, según el comisionado del Negociado de Sistemas de Emergencias 9-1-1, Manuel González Azcuy, los telecomunicadores del agencia tienen a su disposición un psicólogo, para que de forma voluntaria puedan trabajar con las emociones que viven en su empleo.
“Nosotros le llamamos, internamente, los héroes detrás de las emergencias, porque nunca salen sus nombres a relucir, pero es fuerte lo que experimentan. Tenemos una psicóloga que les da ayuda, porque hay situaciones muy difíciles”, aseguró a Es Mental el comisionado del Negociado de Sistemas de Emergencias 9-1-1, Manuel González Azcuy.
Según González Azcuy, el incremento de llamadas de este tipo, es preocupante. Pero también alarma aquellas que nunca se reciben.
“Es bien preocupante. Yo no sé si todo el mundo llama, porque hay personas que tienen miedo, pero nuestro llamado siempre ha sido que busquen ayuda, porque si se quedan encerrados en el círculo de violencia, nunca van a resolver el problema”, sostuvo.
En la agencia cada emergencia cuenta con un protocolo a seguir, incluyendo las situaciones de violencia de género, en los que se establece comunicación acelerada con agentes de la Policía de Puerto Rico.
“Normalmente lo primero que se mueve es a la Policía de Puerto Rico, con precinto y luego a la comandancia de área. Si hay preocupación por heridos, se mueve también emergencias médicas. Todo dependerá de lo que esté contando la víctima o quien haga la llamada”, explicó.
El comisionado agregó que, por tratarse de profesionales que trabajan incansablemente para asistir durante las emergencias, es de suma importancia velar por su salud mental.
Con esto coincidió la trabajadora social clínica, Nicolle Marianne Agosto Peña, quien señaló que, pese a la ardua tarea que realizan estos empleados, “poco o nada” se habla sobre la responsabilidad y carga emocional que conlleva ser personal del 9-1-1.
“Se ha observado un aumento significativo en los casos de violencia de género en el País, por lo que los telecomunicadores se convierten en parte del proceso y por tal razón es importante crear espacios de desahogo y ventilación luego de casos de impacto para ayudar a mantener la estabilidad emocional del personal”, manifestó.
Dijo que muchos pueden experimentar crisis, frustraciones, impotencia y/o temor, aún teniendo la preparación y el adiestramiento adecuado.
“Lo que viven a diario quienes trabajan en el 9-1-1 es una responsabilidad sinigual hacia el País. Estos son los encargados de canalizar todas las emergencias de una isla completa, sin importar la complejidad. Siendo quienes en múltiples ocasiones son enlaces que salvan muchas vidas a diario y, además, siendo humanos, es completamente entendible que enfrenten diferentes crisis”, sostuvo.
Insistió en la necesidad de que los telecomunicadores de emergencias continúen teniendo recursos y herramientas para trabajar con su salud emocional, ya que, si no se tiene una fortaleza emocional, los casos que trabajan podrían convertirse en experiencias traumatizantes.
“Como profesional de la conducta humana recomiendo crear conciencia sobre la vulnerabilidad del tema. Educar sobre este y concienciar sobre las huellas emocionales que puede dejar en las personas que trabajan con casos de violencia de género. Además, es importante entender que buscar ayuda no es sinónimo de debilidad”, dijo.
Finalmente, agregó que “es momento de reflexionar acerca de dónde estamos parados y hacia dónde vamos. Con todo esto arrastramos no solo víctimas, victimarios, cómplices, testigos, familias, sino a un grupo de profesionales que deben sumergirse en los casos para hacer justicia a las víctimas”.
Buscan que más personas utilicen la mensajería de texto
Pero hacer una llamada al 9-1-1 no es la única alternativa que tiene una persona para buscar ayuda al momento de sufrir una emergencia, pues desde el 2015 Puerto Rico cuenta con el servicio de respuesta rápida a través de la mensajería de texto.
Sin embargo, es muy poco lo que se conoce al respecto. Para que tenga una idea, actualmente solo se reciben 28 mensajes de texto mensuales, comparado con las cuatro mil llamadas que se reciben a diario, según Manuel González Azcuy.
“Es muy útil para nuestra comunidad sorda, pero también para las situaciones de violencia de género. Si hay alguien con su agresor cerca, puede enviar un mensaje de texto y en unos segundos llega al 9-11- y de esa forma mover rápidamente las agencias de respuesta que sean necesarias”, señaló.
El uso de la mensajería de texto requiere de pocos pasos, como lo es escribir el número (9-1-1) y brevemente explicar cuál es la emergencia. Posteriormente, el telecomunicador solicitará la dirección y otros datos que sean de importancia a la hora de asistir al individuo.