Mañana, miércoles a las 3 p.m., conversaremos por Facebook Live con Carlos Cobián, viudo y empresario, y con la doctora María Muñoz Berríos, psicóloga clínica, sobre cómo sobrellevar la viudez, gracias al apoyo de FHC First Healthcare. ¡Sintoniza a través del Facebook de Es Mental o de FHC – Salud Mental!

Tristeza, culpa, enojo, ansiedad, alivio y soledad son algunos de los sentimientos que pueden surgir al enfrentar la pérdida de un ser querido.

Así lo indicó la Dra. María Muñoz Berríos, psicóloga clínica, al hablar de los sentimientos que puede sentir una persona cuando fallece su pareja sentimental.

“El dolor hay que sentirlo, y hay personas que, por ejemplo, han llegado a mi oficina y me dicen: «Doctora, yo, desde que se murió mi pareja o desde que se murió mi hijo o se murió mi mamá, yo lo que hago es trabajar y trabajar y trabajar y trabajar para no pensar. No, no, hay que pensar. Hay que pensar. Hay que vivir esa etapa, y en la medida que la vayas viviendo día a día, eso va a ir mejorando, poco a poco, poco a poco, porque tampoco es de un día para otro”, expresó.

Estos sentimientos son normales sentirlos, y además de estos pueden darse unas cogniciones, como la incredulidad, confusión o pensamientos obsesivos, indicó.

Agregó que mientras se dan estas emociones también se producen sensaciones físicas, como “tengo el pecho comprimido”, “tengo la garganta apretada”, sensibilidad a los sonidos, falta de energía y debilidad muscular.

También, afecta el comportamiento, con, por ejemplo, dificultad en el sueño, perturbación en los patrones alimenticios, retraimiento social y llanto.

Dijo que este proceso, si no es un duelo complicado (cuando su intensidad no disminuye en los meses posteriores al fallecimiento del ser querido), puede durar de un año a año y medio, pero eso va a depender de las herramientas de cada persona y de la persona que lo esté ayudando en el proceso.

Sobre el duelo complicado, mencionó que este “intensifica el nivel del duelo, y la persona se siente totalmente abrumada”. Puede surgir por varias razones, incluyendo que la persona haya aplazado su duelo. Esto, según explicó, es cuando las personas, por ejemplo, no lloran por meses ante el fallecimiento de su ser querido.

“Una de las cosas más importantes es trabajar el duelo como un proceso normal. Eso es un proceso normal. Si tú quieres hacer un ajuste, pues tienes que trabajar el duelo como un proceso normal. Eso es parte de un proceso de vida. Debes buscar ayuda en la medida que entiendes que necesitas esa ayuda. Los profesionales de la salud tienen la capacidad para trabajar con la fase del duelo que se encuentra la persona. También la eficacia va a depender, de las de las herramientas que tenga la persona”, sostuvo.

Las etapas de duelo son negación, negociación, depresión y, finalmente, aceptación.

“Hay que pasar por el dolor y por ese sentimiento de duelo que puede ser de cualquier forma que tú lo quieras expresar. Pero lo importante es pasar por ese proceso porque la gente lo que hace es, o empieza a beber o a fumar o a usar algún medicamento o droga o empieza a hacer algún ejercicio desproporcionadamente o empieza a comer compulsivamente, todo eso hay que controlarlo”, sostuvo.

La psicóloga clínica aseguró que tener una buena dieta, distraerse y el aspecto espiritual son importantes en este proceso. “Hay que vivir”, dijo.

Yo siempre trato de llevar a la persona a una actitud positiva, donde la persona pueda agradecer desde el momento en que se conocieron. Todas las experiencias que vivieron juntos, todo lo que endulzó su vida, todo lo que creció, todo lo que maduró. Me parece que esto es parte importante de ese proceso de viudez”, sostuvo Muñoz Berríos.

Aconsejó permitirse enfrentarse con su dolor, reorganizar su vida de acuerdo a sus valores y creencias y manejar la parte espiritual, lo que le dará fortaleza. 

La doctora mencionó que además del duelo no complicado o normal y el duelo complicado, existen otros tipos de duelo, entre ellos:

  1. Duelo anticipado– Este se produce cuando, por ejemplo, la persona que falleció padecía de una enfermedad terminal.
  2. Duelo de apego continuado– Cuando la persona mantiene la conexión con el difunto y le es muy difícil desconectarse de la persona. 
  3. Duelo ambiguo– Se puede producir en el caso de que la persona esté desaparecida.
  4. Duelo no reconocido– Este, por ejemplo, es cuando la relación no se reconoce socialmente o está oculta a los demás.