Conversamos por Facebook Live con la psicóloga clínica Jennifer Morales y con el fisiólogo del ejercicio, Luis López Román, sobre las consecuencias del sedentarismo y cómo comenzar a tener una vida con mayor movimiento, gracias al apoyo de FHC First Healthcare. ¡Sintoniza a través del Facebook de Es Mental o de FHC – Salud Mental!
El sedentarismo puede provocar problemas de salud física y emocional, incluyendo riesgo de muerte. Es por esto que urge que las personas incorporen la actividad física en sus vidas, según expertos entrevistados por Es Mental.
Además, las investigaciones hablan sobre la importancia de hacer actividad física para mejorar el estado de ánimo, según la psicóloga clínica Jennifer Morales.
Morales indicó que la actividad física ayuda a tener menos depresión, menos síntomas de ansiedad, a aclarar la mente, a organizar los pensamientos, a la planificación y a la memoria.
“Físicamente tiene un efecto, pero también emocionalmente tiene un efecto, porque si yo tengo una enfermedad crónica, esto tiene un efecto también en mi salud emocional. Más bien se ve la actividad física como un beneficio para la salud mental. Pero, también vemos que el no hacerlo tiene un efecto en la salud mental”, dijo.
“Si tenemos personas que tienen unos síntomas profundos de tristeza, pues lo que se recomienda es que la persona se active conductualmente, que haga algo. Y una de las recomendaciones, por ejemplo, es hacer actividad física”.
Según Morales, el sedentarismo, además de ser un problema de salud física, es un problema de salud pública, que puede provocar riesgo de muerte, riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer, obesidad, diabetes, y colesterol, entre otras enfermedades.
Recomendó a las personas que asuman actividades físicas como parte de su diario vivir, entre las que figuran caminar, subir escaleras en lugar de usar el ascensor, hacer tareas en el hogar, bailar y estacionar el carro lejos.
En el caso de las personas que deseen comenzar a moverse, dijo que deben identificar, entender y evaluar las barreras y los determinantes. Las barreras, según dijo, pueden ser sociales, familiares, económicas, geográficas o ambientales. “Y esto pensando en que Puerto Rico es un lugar donde no necesariamente tenemos ciudades caminables. No es fácil caminar cuando estamos afuera. Es importante mirar esos factores y mirar también los factores emocionales. Yo creo que es importante para ese cambio que las personas puedan identificar, entender y evaluar las barreras, que a estas barreras nosotros le llamamos determinantes”.
A su vez, aconsejó que las personas que pasan largas jornadas de trabajo sentadas frente a una computadora, puedan, por ejemplo, entre cada reunión o cada 20 minutos detenerse, se pare, se estirarse. “Que tome unos cinco minutos para darle movimiento al cuerpo”.
«El ser humano no está hecho para estar sentado frente a una computadora y mucho menos por mucho tiempo”, expresó.
Mencionó que mundialmente se habla de la inactividad física y las investigaciones también hablan sobre la pandemia del sedentarismo. “Esto es importante porque hay inactividad física en el mundo. Pero, cuando lo miramos en Puerto Rico, pasa lo mismo, si miramos en nuestro contexto, como igualmente ha pasado en otros lugares, la pandemia también provocó que mucha gente dejará de hacer actividad física y se mantuviera más tiempo sentado, sobre todo en la computadora”.
Cualquier persona que quiera cambiar y tener un estilo de vida saludable y moverse, puede visitar un psicólogo, aseguró Morales. Esto permitirá obtener herramientas para poder establecer un plan que se mantenga y el cambio en la conducta, en la medida que sea posible, sea permanente.
Por su parte, Luis López Román, fisiólogo del ejercicio, dijo que el sedentarismo afecta el sistema cardiorrespiratorio, que es el que se encarga de llevar la sangre a todo el cuerpo. Además, puede provocar que se afecten los niveles del colesterol y los triglicéridos, lo que podría a su vez provocar enfermedades del corazón.
“La actividad física comienza a contrarrestar eso porque, al tener actividad, comenzamos a circular más la sangre, hay más flexibilidad en las arterias y en las venas. Que eso es lo que disminuye la presión arterial”, expresó.
Además, dijo que al hacer actividad física el corazón trabaja menos durante el reposo o el descanso. “Cuando nosotros no los usamos (los músculos), esa área se descondiciona y pues tenemos que trabajar en ellas para que puedan ser eficientes”, explicó.
Dijo que se recomienda un mínimo de 30 minutos, no consecutivos de actividad física moderada o vigorosa al día. En términos de paso, se recomiendan 7,500 pasos diarios mínimo al día. Sin embargo, el fisiólogo del ejercicio dijo que se puede trabajar poco a poco hasta llegar a ese número de pasos.
“La actividad física es cualquier cosa que no sea estar sentado o acostado”, explicó.
“De acuerdo al estado actual de cada individuo, nosotros podemos prescribir diferentes tipos de actividad física, como pararse, caminar, beber agua”, agregó.
Dijo que a veces los pacientes le preguntan si pueden empezar a correr y él le recomienda comenzar con actividades como estacionar su carro más lejos de lo habitual para acercarse de esta forma a hacer el mínimo de actividad física recomendado.
Mencionó, además, que el Colegio Americano de Medicina Deportiva recomienda que se haga entrenamiento de resistencia por lo menos un mínimo de dos veces a la semana. El Colegio también recomienda hacer actividades cardiorrespiratorias tres días a la semana.
López Román recomendó el uso de sensores y monitores de actividad física diaria, los que incluso se pueden encontrar en teléfonos o relojes. Con éstos se puede tener conciencia de cuánto es la actividad física diaria de una persona (puede ser en pasos) y de allí evaluar los periodos en que menos actividad tiene y hacer ajustes para moverse más en esos periodos. El movimiento puede ser para ir al baño, tomar agua, entre otras actividades que también ayudan al metabolismo.