Ante las similitudes que comparten, para algunos es difícil distinguir entre el estrés y la ansiedad.
“Son fenómenos que están ligados y que suelen confundirse, pero tienen sus diferencias”, estableció la psicóloga clínica, la doctora Alice Pérez.
El estrés suele producirse por un detonante externo que impacta las emociones del momento. Va a causar tensión y miedo ante una circunstancia que está ocurriendo, explicó.
“Cuando hay estrés, la persona no tiene la capacidad adaptativa para ajustarse a una situación que está ocurriendo en el momento, así que piensa que sobrepasa de alguna manera sus destrezas y habilidades en esa situación”, estableció.
Indicó que bajo estrés la persona puede sentir fatiga, irritabilidad, dificultad al dormir y problemas digestivos, entre otros.
Un ejemplo de una circunstancia que está ligada al estrés, es la posibilidad de tener que hacer un “largo examen” con poco tiempo de estudio, agregó.
“Que tú tengas un examen, que sea bien largo, que tú pienses que el tiempo no te da para estudiar, pues eso te da estrés porque es algo que está ocurriendo al momento”, ejemplificó la doctora.
Si ese estímulo se remueve, como el examen, el estrés desaparece. Consigo sus síntomas fisiológicos y emocionales, explicó.
Por otro lado, dijo que la ansiedad tiene detonantes externos e internos. También, los pensamientos o creencias fantasiosas podrían causar ansiedad.
“La ansiedad va a ser una respuesta de nuestro organismo, que va activar nuestro sistema simpático, y pone en marcha unos mecanismos de defensa sobre circunstancias que pueden ser concretas o imaginarias”, aclaró.
Indicó que la ansiedad, contrario al estrés, es consistente y de larga duración. Asimismo, el miedo y la tensión pueden ocurrir por causa de la ansiedad, pero es persistente.
“Si yo tuviera fobia de quedar atrapada, que es claustrofobia (un trastorno de ansiedad), pienso que voy a quedar atrapada en algún lugar; eso estará en mi pensamiento. Siempre voy a tener ese temor”, ejemplificó.
El miedo se convierte en “algo más subjetivo, consistente y que muchas veces es irracional”, agregó.
Mencionó que los trastornos de ansiedad están directamente asociados a los aspectos psicológicos, cognitivos, conductuales y sociales, en los cuales se pueden ver síntomas en todas estas áreas. Usualmente, la ansiedad es acompañada de pensamientos repetitivos, agregó.
De acuerdo a la Asociación Americana de Psicología, un 31% de los estadounidenses experimentan un tipo de trastorno por ansiedad en algún momento de sus vidas.
Asimismo, en el 2022 reportaron que un 75% de la población vive con estrés. Los datos demuestran que el impacto emocional puede ser tan grave que, incluso, impide la funcionalidad cotidiana de los individuos.
Cuando la ansiedad se convierte en un trastorno
Algunos de los trastornos de ansiedad son la claustrofobia, el trastorno de la ansiedad social, las fobias específicas, el trastorno de pánico y la ansiedad generalizada.
La doctora Laura González Conti, psiquiatra, abundó sobre lo que sucede al tener un episodio de ansiedad y las respuestas del cuerpo.
“Con los trastornos de ansiedad, usualmente, la ansiedad se presenta como una alarma falsa ante un peligro que no es verdadero. No hay un peligro real, pero la persona lo percibe como un peligro. Esto activa en nuestro cuerpo un sistema fisiológico que nos prepara para reaccionar”, explicó la doctora.
Este sistema se le conoce como el “Fight or Flight”, por lo que se traduce “Pelea o vuela”. Esta respuesta del cuerpo se activa cuando “estamos viviendo altos niveles de ansiedad” y prepara el cuerpo para huir o pelear ante ese peligro.
Añadió que cuando se viven altos niveles de ansiedad, el cuerpo puede experimentar cambios en la temperatura, los músculos pueden temblar, puede haber una respiración agitada y, a veces, pueden haber mareos.
Asimismo, la psiquiatra aclaró que ciertos niveles de ansiedad “no son malos”, pero cuando intervienen con la capacidad de razonar es cuando se convierten en un impedimento.
“Ciertos niveles de ansiedad son bastante saludables, pues activan esa respuesta que nos ayuda a protegernos ante el peligro. Cuando se presenta en situaciones donde realmente no hay peligro, pues hay muchas ocasiones en que, en vez de ser más efectivos, paralizan”, estableció.
Indicó que cuando las respuestas de ansiedad aguda son repetitivas y constantes, es necesario acudir a un especialista para controlar los niveles de ansiedad.
De acuerdo con la psiquiatra, “se ha descubierto que los medicamentos que se utilizan para tratar los trastornos de depresión también son efectivos para tratar los trastornos de ansiedad”.
Estos medicamentos pueden estabilizar los “picos de ansiedad” que se pueden ver con un trastorno de ansiedad, según explicó.
No obstante, dijo que es necesario recordar que cada individuo es distinto y un caso aislado, por lo que el paciente debe procurar un especialista para encontrar el tratamiento adecuado.
Herramientas para manejar el estrés y la ansiedad
Para el estrés se recomienda tomar acciones que puedan mejorar el resultado de la circunstancia, según Pérez.
Si es un examen o mucho trabajo, es necesario implementar la planificación. Si se mantiene organizado y estructurado “ayuda a minimizar el estrés”, explicó.
Otras recomendaciones de la psicóloga clínica son:
-Ejercitarse
-Descansar adecuadamente
-Buena nutrición
-Ejercicios de respiración
-El “Mindfulness” (la conciencia plena)
-La meditación
-Ejercicios de relajación
-Clases de yoga
-Hacer actividades de preferencia
-Tener una mascota, entre otros.
Ambos requieren distintos procesos de terapia, dependiendo de la severidad para trabajar con los pensamientos y racionalizarlos, sostuvo.
Se recomienda visitar a un especialista para escoger el tratamiento adecuado, de acuerdo a ambas profesionales.
“Depende de la severidad del trastorno, se escoge el tipo de medicamento que trata la ansiedad. Así se puede aliviar los síntomas, que a veces son tan severos que no les permite incorporar las destrezas que se adquieren mediante la terapia”, indicó, por su parte, González.