Con el inicio de la pandemia vino el uso de mascarillas. Esta medida, con el fin de mantener el coronavirus al margen, fue recibida con una pluralidad de actitudes y perspectivas.
Actualmente el uso de la mascarilla en Puerto Rico es opcional, aunque con algunas excepciones. Sin embargo, existen personas que son estrictas con su uso mientras otras se niegan a ponérsela. Por el otro lado, quedan las personas que les exigen a los demás ponérselas, mientras ellos tienen su mascarilla en el bolsillo. ¿Cómo se explicaría este fenómeno?
Según las psicólogas entrevistadas, este grupo pudiese ser explicado de distintas maneras.
De acuerdo con la psicóloga Norma Ramos Solla, pudiese tratarse de diversos factores, sin embargo, apuntó a la posibilidad de que se tratase de personas egocentristas con poca empatía.
Por su parte, la psicóloga Yarielis Robles Morales coincidió con Ramos Solla al añadir que puede ser que esta persona no se perciba en riesgo, por ende, no considera su uso importante/necesario.
Similarmente, un estudio realizado por los psicólogos Paul Ekman y Daniel Goleman, hay distintos tipos de empatía: cognitiva, la afectiva o emocional y la compasiva.
El primer tipo es una comprensión intelectual de los sentimientos de otra persona y la capacidad de considerar otras perspectivas sin sentirlas o experimentarlas tú mismo. La afectiva o emocional consiste en sentir las emociones o las sensaciones físicas consistentes con dicha emoción de otra persona. Mientras, la empatía compasiva es una combinación de empatía cognitiva y emocional. Recae en reconocer y comprender las emociones de otra persona y también las sientes.
Sin embargo, el estudio afirma que no todas las personas llegan a desarrollar todos los tipos de empatías, factor que afecta su comportamiento.
También, Robles Morales opinó que estas personas pueden tener dificultades para seguir reglas y considerarse con mayor poder y control que los que están a su alrededor. Incluso, esta persona podría relacionar el uso de la mascarilla con un acto de vulnerabilidad, ya que podrían significar su uso como que está dejando ver su miedo o debilidad.
Mientras, la psicóloga Brenda Ríos Avilés destacó que este tipo de comportamiento puede ser provocado por la falacia o creencia falsa de que las cosas malas le ocurren a otras personas, pero no a uno mismo. Apuntó a que, aunque es un pensamiento típico de los adolescentes, es un razonamiento común en muchas personas. Otra explicación sería que esta persona le está delegando a otros la responsabilidad de ser precavidos, incluso para su beneficio, subrayó.
¿Cómo identificar que pertenezco a este grupo?
Una persona pudiese identificar esta conducta si internaliza sobre sus relaciones interpersonales, en las diferentes áreas de su vida y en esa reflexión nota que ha tenido pérdidas o que maneja conflictos constantemente, precisó Ramos Solla al advertir que podría ser bien difícil de detectar.
Comentó que entre los elementos que pudiesen ayudar con este proceso de autoevaluación figuran pasar por procesos significativos, manejar síntomas de depresión, vivir periodos de ajuste, experimentar síntomas físicos de ansiedad, pánico o alguna situación que «obligue» a la persona a acudir a ayuda profesional. Sin embargo, insistió que el autoreconocimiento sucede en la minoría de los casos.
A su vez, Robles Morales dijo que es importante reconocer y autoevaluar las acciones relacionadas al uso de la mascarilla. Explicó que podría ser beneficioso realizar autoreflexiones sobre los discursos y exigencias que le dictan a otros preguntándose, “¿Qué estoy haciendo para cuidarme?” y “¿Qué estoy haciendo para cuidar a los demás?”.
Del otro lado, Ríos Avilés destacó la importancia de tener claro cuáles son los cuidados básicos que deben tenerse para evitar contagio y a modo de rúbrica identificar cuáles de estos está siguiendo y cuáles no.
Es muy importante que la persona desarrolle un compromiso, no solamente consigo mismo, sino con la sociedad, pues al cuidar de sí mismo protege a los más vulnerables, afirmó.
Luego de tanto tiempo enfrentando esta pandemia, es posible que muchos hayan tenido algún conocido que se haya contagiado con la COVID-19 o que incluso haya perdido la vida. Cuando se vive esta condición desde tan de cerca, se llega a la conclusión de que nadie está exento, por lo tanto, todos deberían practicar unos cuidados básicos para evitar el contagio, opinó.
Recomendaciones
Se debe continuar orientando y ofreciendo información de parte de fuentes fiables para establecer un mejor entendimiento sobre el uso de la mascarilla. Particularmente para promover la empatía, independientemente cuales sean nuestras creencias sobre el uso de la mascarilla, se trata del bien común y aspectos de seguridad, indicó Robles Morales.
Mientras, Ríos Avilés destacó al uso de la mascarilla como un “esfuerzo mínimo” comparado con el riesgo que implica el contagio. Comentó que el hecho de que haya tantas opiniones y puntos de vista diversos pudiera estar causando dudas en el público y provocando que las personas no desarrollen un compromiso con el cuidado personal y social.
Por su parte, Ramos Solla advirtió que el no atender este asunto podría causar distintas consecuencias que pueden variar desde asuntos físicos, de peleas o agresiones verbales o físicas hasta dificultades en las relaciones de pareja, familiares, laborales y pérdidas significativas.
Sugirió que, si una persona identifica este tipo de dificultades en su conducta, personalidad o pensamientos, los procesos psicoterapéuticos basados en evidencia podrían ser valiosos y de aprendizaje. Estos le permitirán mejorar significativamente su calidad de vida, sus relaciones y su bienestar en términos generales.