El sentimiento de culpa es uno normal, el cual puede sentir un ser humano desde que crea conciencia. Es una reacción de emoción que hace ver a los seres humanos que algo en su conducta o acción estuvo mal. 

El especialista en psicología, licenciado Ángel De La Torre, explicó que este sentimiento se manifiesta cuando alguien puede haber percibido que cometió algún error, causado daño o ha violentado alguna norma. 

Explicó que este sentimiento puede ser amplio y tomar diversas “caras”, entre ellas los sentimientos de culpa a nivel personal, la culpa colectiva o social y la culpa anticipada. 

En cuanto al nivel personal, De La Torre explicó que puede tratarse de que la persona se sienta culpable porque reconoce que realizó o dejó de hacer algo. Mientras que la colectiva o social puede ocurrir incluso con padres, pues constantemente están bajo la lupa del rol estereotipado de lo que debería ser un buen padre o madre. 

La culpa anticipada puede verse cuando, como individuo, se anticipa que va a cometer algún error y comienza a sentir culpa por eso. De La Torre ejemplificó que esto puede ocurrir en cuidadores de personas mayores. 

Aunque hay escenarios en los que está bien sentirse culpable, pues tal vez no se tomó la mejor decisión en algún escenario, cuando esta culpa es excesiva puede verse afectada la salud mental. 

Por su parte, la doctora Beatriz Medina, psicóloga clínica, explicó a Es Mental que la culpa es una emoción que conlleva que la persona haga un análisis de su propia conciencia, la que se caracteriza porque la persona evalúa que en una situación particular realizó una acción que pudo haber herido a una persona. 

De acuerdo con Medina, en ocasiones esta culpa puede tener otra cara, la cual puede ser positiva, dependiendo la ocasión, y llega acompañada de una voluntad a tomar acción para mitigar aquel mal que fue realizado.

“En ese contexto puede ser productivo cuando yo busco de alguna manera comportarme de una forma más saludable, puede ser hacia mí mismo o misma o hacia lo que yo le demuestro a otra persona”, sostuvo. 

Sin embargo, este sentimiento puede ser destructivo cuando no existe un buen manejo emocional o cuando la culpa se torna de manera desproporcionada. 

Entre tanto, la doctora Nahomi Martínez, especialista en consejería psicológica, explicó que investigaciones relacionadas a la depresión muestran la culpa como un elemento protectivo.

Al hablar sobre las diversas caras de la culpa, Martínez Laboy mencionó principalmente a la culpa adaptativa, la cual es una respuesta natural que lleva a los individuos a creer que hicieron algo mal, pero les lleva a una autoreflexión. 

Está la culpa imaginaria, pues en ocasiones como individuos se puede pensar que se realizó algo, sin embargo, no tiene conexión directa con sus acciones. Asimismo, existe la culpa por el autocuidado, refiriéndose a personas que sienten culpa por cuidar de sí mismos. 

De igual manera, en el caso de los establecimientos de límites, muchos pacientes, según Martínez, sienten culpa al decir “no” en sus relaciones.

¿Cuándo es excesivo y cuándo es saludable?

De La Torre sostuvo que es muy importante “hacer las paces” con el sentimiento de culpa. 

“A veces pudiera llegar a ser saludable, parece que no, pero sí. Cuando sentimos culpa, eso es una señal de que algo está ocurriendo y, a veces, esa señal nos deja saber que estamos faltando a nuestras morales sociales y a nuestra ética. Quizás cometimos un error que no está bien y eso nos levanta una bandera”, explicó.

Sin embargo,  no es saludable cuando ya es excesivo y puede traer graves problemas a nivel emocional, hasta llegar a la depresión, ya que la culpa puede venir de situaciones del pasado que se van arrastrando. Además, este sentimiento de culpa excesiva puede desarrollar baja autoestima.

“Desarrollamos una rumiación constante y, entonces, estamos pensando en todo momento en nuestros errores del pasado, lo que hicimos mal y nos obsesionamos con ese sistema de pensamiento”, afirmó.  

De La Torre sostuvo que en estos casos existe el problema de la falta de auto compasión, puesto que se hace difícil perdonarse a sí mismos. Además, explicó que es un fenómeno que, aunque se da por sentado y se ve como algo sencillo,  afecta en diversos aspectos del día a día.

Medina por su parte, agregó que cuando ya se hicieron los pasos de disculparse con otros, se trató de enmendar el error y aun así la persona ni siquiera puede perdonarse así mismo, se puede considerar que ha llegado a unos excesos de culpabilidad que pueden afectarles a largo plazo.

Ejemplificó que esto puede verse en casos de familia, pareja y amistades. “Ya esa culpa se sale de lo que es ese medidor, que puede ser saludable, de ese compás moral”. 

Igualmente, Martínez Laboy mencionó que la culpa excesiva puede dificultar la toma de decisiones y la capacidad de disfrutar el día a día, además de trastocar relaciones interpersonales.

Como anteriormente mencionado, habrá ocasiones en las que sentirse culpables será algo dentro de todo, positivo. El psicólogo explicó que este sentimiento es saludable cuando puede ayudar a los individuos al desarrollo de un sentido moral más alto, se crea además una introspección, y se desarrolla responsabilidad interpersonal con otros. 

“Y eso es saludable porque es una mirada interna de mí mismo, de manera objetiva”, sobre esto, el psicólogo expresó que esto es muy importante, ya que en ocasiones el sentimiento de culpa puede ser desproporcionada a la situación.

En concordancia, Medina afirmó que el simple hecho de reconocer que se llevó a cabo una conducta o acción inadecuada, ayuda a los individuos a asumir una responsabilidad asertiva y evaluar sus errores, promoviendo así una reflexión interna, la culpa puede verse en un contexto saludable. 

“Me permite fomentar mi propia salud mental y salvaguardar las relaciones interpersonales que tengo con otras personas, me permite esa responsabilidad asertiva hasta el nivel que sea adecuado y saludable”, afirmó Medina al explicar que de esta forma pudiera ser una emoción que permita sentir empatía por otros.

Recomendaciones

Los especialistas concordaron con el hecho de que para saber y poder manejar este sentimiento de culpabilidad es muy importante reconocer y aceptar qué se está sintiendo.

Por su parte, Medina habló sobre la importancia de validar este sentimiento para luego poder analizar la razón por la cual se está sintiendo culpa. 

Por otro lado, de manera proactiva si hemos reconocido que podemos hacer algo, se puede pedir disculpas y comunicarse con esa persona que sentimos que herimos”, aconsejó. 
Además, recomendó reconocer esos errores pasados para buscar vías alternas y en un futuro evitarlos. 

De La Torre, del mismo modo, recomendó que, como individuo, se evalúen los errores cometidos, pero de manera objetiva, así como tomar acción en la práctica de la auto compasión.

Perdonarse a sí mismos, pero también aprender a disculparse con otros fue una de las recomendaciones brindadas por De La Torre al señalar que en ocasiones se puede ser muy duro consigo mismos. 

Similarmente, Martínez Laboy recomendó tener una actitud de aprendizaje, en el caso de que la culpa no esté justificada.