Nota de la editoraEste es el segundo reportaje de una serie sobre los perfiles de personas que, a pesar de las dificultades o adversidades que han enfrentado en sus vidas, han perseverado y decidido luchar. Busca el siguiente reportaje de la serie el próximo lunes en esmental.com.

Lo que parecía una típica tarde para disfrutar de un café y contemplar el atardecer en compañía de su querida abuela, en un abrir y cerrar de ojos se convirtió en una pesadilla, ocasionada por dos conductores que irresponsablemente manejaban bajo los efectos del alcohol.  

En una Isla en la cual 1 de cada 3 fatalidades en la vía pública están relacionadas a conductores ebrios y sobre tres mil personas son arrestadas anualmente por este problema de salud pública, la joven Laura Pérez Hernández considera su testimonio como milagro de vida tras sobrevivir en menos de una hora a dos accidentes vehiculares que involucraban personas alcoholizadas.

Este último, con 0.20 % de alcohol en su sangre, fue el responsable de que Pérez Hernández, quien en aquel momento se preparaba para completar su reválida como enfermera, perdiera su pierna izquierda luego de atropellarla y, además, provocar que esta experimentar una serie de repercusiones físicas y emocionales desde el 2020.

En ese momento, la joven se encontraba a orillas de la carretera, esperando por la Policía debido al primer conductor ebrio que chocó su guagua.

“Yo tuve fracturas en ambas piernas. En la pierna que tuvieron que amputarme, tuve una fractura expuesta. También en la espalda, la cadera y sangrado en el hígado”, detalló la enfermera graduada a Es Mental sobre el accidente ocurrido en Mayagüez.

El suceso transformó los pasadías familiares de Pérez Hernández en días, semanas y meses en el Centro Médico de Mayagüez, en el Centro Médico de Río Piedras, un Centro de Rehabilitación, terapias en el hogar y entrar al quirófano en siete ocasiones. 

“Yo pasaba tres a cuatro horas días, una cosa fuertísima, yo lloraba de los dolores”, sostuvo sobre su tratamiento.

La situación no solo impactó directamente a la joven, pues sus familiares también vivieron implicaciones de carácter emocional. 

No obstante, pese a que Hernández Pérez tuvo que poner en pausa sus sueños y metas como futura enfermera, la joven se aferró a la perseverancia y buscar una alternativa de reinvención personal y profesional. Esto, con ayuda de profesionales de la salud mental.

La realidad es que las ganas de vivir y estar bien siempre han podido más. Yo no quería quedarme en una cama y depender de otras personas por siempre”, afirmó. 

El reto de perseverancia más significativo lo tuvo que experimentar al exponerse por más de dos años a un proceso judicial que parecía no llegar a su fin, y las consecuencias emocionales, como ansiedad y estrés, que trajo consigo. 

No fue hasta el pasado 1 de mayo de este año que el conductor negligente fue sentenciado a cumplir cinco años de cárcel. El hombre tenía un historial delictivo, con sobre siete incidentes relacionados a la posesión de armas sin licencia, negligencia temeraria, grave daño corporal y uso ilegal de licencia de conducir.

“Yo todavía estoy asimilando que esto terminó. Me costó lágrimas, tristeza, estrés y todas las emociones que se puedan imaginar. Lamentablemente, en nuestro país los procesos se dilatan muchísimo”, señaló ante preguntas de Es Mental. 

Con todo lo que ha vivido desde ese 2020, Pérez Hernández ha encontrado otra misión de vida: que su historia sirva para crear conciencia sobre los efectos nocivos de manejar en estado de embriaguez.

Muchos no viven para contarlo, por lo que siente una responsabilidad significativa a la hora de seguir trabajando para educar sobre la seguridad vial. 

Ciertamente es una problemática de país que, lamentablemente, no está recibiendo la atención que merece. Si uno ve las estadísticas de la Policía, son tantas las personas que detienen mensualmente. Es una cosa alarmante, y hay mucho por hacer”, puntualizó. 

Anhela, además, ser un ejemplo para las personas que enfrentan situaciones difíciles y creen que no hay una salida. “Mira, si Laura pudo, ¿por qué yo no puedo?”, concluyó. 

A nivel mundial entre 20 a 50 millones de personas sufren lesiones y traumatismos por causa de los accidentes en las vías de tránsito, destacan los datos de la Organización Mundial de la Salud.