“Gracias a Dios que me conociste, porque, ¿quién se va a quedar con una mujer divorciada que tiene ya dos hijas?”
Con este tipo de expresiones, Lee Jiménez Rodríguez, comenzó a vivir un patrón de maltrato psicológico de parte del hombre de quien se enamoró y se casó. Ella dice haberse “flechado” cuando lo conoció, pero ahora está convencida de que el amor a primera vista no existe.
Y no es para menos. Lee vivió maltrato constante durante 7 años, y aunque está fortalecida tras la experiencia, los recuerdos y momentos vividos permanecen en su mente como si hubieran sido ayer.
“El maltrato psicológico es bien pasivo y va poco a poco, y uno no se da cuenta que esas palabritas realmente son maltrato”, dice Lee, quien comenzó a recibir comentarios despectivos desde el noviazgo, pero en ese momento no se dio cuenta, por lo que decidió casarse con él.
El hombre la comparaba con otras mujeres y le aseguraba que cualquiera otra estaría deseosa de estar con él, logrando lacerar la autoestima de Lee.
“Era como un ‘me maltrata, pero a la misma vez me recompensa’”, contó sobre la forma en que racionalizaba la destructiva dinámica.
Al casarse, la situación empeoró. Ella pensaba que la mala actitud del hombre hacia ella se debía a que estaba consumiendo alcohol en exceso, pero luego entendió que no, que él era así, reconoce la mujer.
A los 32 días de casada, Lee obtuvo su primera orden de protección en el Tribunal porque su esposo la había amenazado de muerte si “la cogía con otro”. Todo comenzó porque una noche, ella no le permitió la entrada a la casa, porque estaba ebrio, recuerda.
A los tres meses de haberse separado tras la orden de protección, Lee regresó con él, “porque es como cíclico, mientras él no me tocara, pensaba que no me iba a hacer daño”.
Lee dejó de maquillarse. A su agresor no le gustaba la ropa que ella usaba ni que recibiera llamadas de sus padres. Luego, aproximadamente al año de haberse casado, tuvieron un hijo.
“Cuando nació el nene, nacieron nuevas esperanzas”, dice.
Pero no fue así. Lee estuvo casada por 7 años, tiempo en que recurrió en varias ocasiones a órdenes de protección, pero luego continuaba con el ciclo, como ella misma admite.
Un día tomó la decisión y se alejó de él. La mujer, natural de la zona oeste, asegura que la organización Siempre Viva, la iglesia y la ayuda psicológica fueron clave en su proceso de sanación. Escribió un libro llamado “Vencí mi Gigante”, donde plasma cada detalle de sus vivencias como víctima de maltrato.
Por lo regular, las mujeres tardan de seis a 10 años en salir de relaciones donde son maltratadas por sus parejas, como fue el caso de Lee, sostuvo la psicóloga social Mercedes Rodríguez López.
“Se escucha como mucho (tiempo), pero lo que confirma ese número de años es lo complicado que es (salir del ciclo de violencia), las trampas en las que está atrapada y sobreviviendo la víctima de violencia doméstica en la vida cotidiana, las presiones que tienen y la falta de apoyo, que es la razón principal por la cual la mujer no sale antes”, explicó Rodríguez López.
Según la experta, la razón por la que tardan en salir del ciclo de maltrato es que no cuentan con apoyo familiar, comunitario, laboral y los recursos de fe necesarios. A veces solo tienen una fuente de apoyo, como un amigo o amiga, pero eso no es suficiente para sentirse protegidas, añadió.
En una relación donde el hombre no quiere salir de la misma, la psicóloga aseguró que la mujer tiene que lograr “equiparar el poder que él tiene, y esa equiparación de fuerza, de poder, te la tiene que dar la familia, la comunidad, el trabajo, y los recursos de las agencias del gobierno y del sistema de justicia. La realidad de hoy es que eso no ocurre”.
El asunto de la autoestima también influye en que una mujer salga del patrón de abuso.
“El abusador capitaliza sobre los problemas de estima que tienen las mujeres. Te sorprendería saber la cantidad de mujeres, inclusive que tienen una educación formal, que no tienen porqué tener una baja autoestima, lo que pasa es que vivir en una sociedad machista es prácticamente un modelaje que lleva a las mujeres a sentirse inferiores”, manifestó.
Rodríguez López sostuvo que en Puerto Rico se debe brindar una educación con perspectiva de género tanto en las escuelas públicas como privadas como parte de la solución al problema de violencia de género que nos arropa.
En lo que va de año, 9 mujeres han sido asesinadas por hombres. La víctima más reciente fue Lourdes del Carmen Cuevas Natal, de 42 años y residente en Ponce. Cuevas Natal murió asesinada por su expareja.