Todavía queda mucho por lograr en relación con el tema de las licencias parentales de maternidad y paternidad para parejas del mismo sexo en Puerto Rico, según el abogado y catedrático, Félix Bartolomei Rodríguez. 

De acuerdo con Bartolomei Rodríguez, las leyes actuales en la Isla siguen promoviendo el discrimen contra las parejas no tradicionales con interés de formar una familia. Como ejemplo de esto, las licencias parentales de empleos públicos y privados.

En Puerto Rico la reconocida “licencia por maternidad” otorga a la mujer de ocho a 12 semanas de descanso por razón de maternidad, ya sea porque dio a luz o por adopción. Mientras que, al hombre, se le brinda 15 días si la maternidad es por parte de su esposa o cohabita con la madre del bebé. Si se tratara de una adopción en solitario, se le conceden 8 semanas.

“El estado de derecho vigente establece una distinción entre las madres y padres adoptantes, sean casados o solteros, porque no garantiza la igualdad entre sexos y viola el principio de igual protección de las leyes establecidas en la Constitución de Puerto Rico. Aunque a primera vista la legislación representa un discrimen directo contra el hombre, también es discrimen contra la la mujer por razón de sexo, porque impone el cuidado del hijo, convirtiendo el trabajo de doble jornada”, compartió el abogado durante una conferencia magistral del Instituto de Relaciones del Trabajo de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico. 

El catedrático señaló, asimismo, que su investigación se ha basado en la experiencia vivida con dos mujeres legalmente casadas, quienes llegaron a él ante la duda de qué derechos les cobijaba como futuras madres adoptivas.  

“Desde la Constitución, inspirada en la Carta de Derechos de Humanos, se establece que la dignidad del ser humano es inviolable y que no se puede discriminar por motivo de raza, color, y sexo”, sostuvo. 

Aseguró que hoy día el grupo más marginado sigue siendo el de la comunidad LGBTQIA+. 

“La no otorgación de derechos parentales a una pareja compuesta por dos hombres que adoptan, viola el principio constitucional de igual protección de las leyes, particularmente cuando se atenta con un derecho fundamental de no discriminación por razón de sexo, porque si la ley habla de ‘madre adoptante’, ‘madre trabajadora’, ‘madre adoptiva’, ¿qué pasa cuándo son dos varones? Activa el proceso de violación de la igual protección de las leyes”, manifestó.

No obstante, Bartolomei Rodríguez destacó que poco a poco “se ve la luz al final del túnel”, ya que recientemente se aprobó en la Isla el Proyecto del Senado 155, de la autoría del senador José Vargas Vidot y que enmienda varias leyes de maternidad para proteger las madres cuando tienen hijos o maternidad por subrogación, pero también busca derribar estereotipos sociales al proponer licencias de paternidad (a hombres) en igualdad condiciones. 

“Además hace algo para un lenguaje más neutral. Habla de “empleado junto a su cónyuge o persona con quien cohabita”, que adopte un menor de edad, tendrá derecho a la licencia de maternidad en las mismas condiciones que goza una familia donde se haya dado a luz. Abre la puerta por ahí para poder entrar con la adopción para personas del mismo género”, dijo.

Finalmente, hizo hincapié en que la Asamblea Legislativa debe legislar para promover la conciliación familiar y la incorporación de los hombres en la crianza de sus hijos. Pero, de igual modo, romper las ideas de discriminación de que la mujer es únicamente la cuidadora del hogar y fomentar condiciones laborales dignas y con igualdad de oportunidades.

“Dicha legislación debe aspirar a hacer compatible las actividades del trabajo y familiares de una forma igualitaria para ambos sexos. El legislador tiene que construir un derecho más justo, inclusivo y democrático, en lo que respecta a las relaciones familiares y licencias parentales”, tildó.

Concluyó que le corresponde al poder Judicial, al Estado y la Asamblea Legislativa  tomar decisiones que fomenten prácticas más justas y libres de discrimen, que beneficien a las familias, padres e hijos y que permitan construir un mejor Puerto Rico.