La periodista televisiva Lourdes Del Río fue diagnosticada con cáncer de seno hace unos 9 meses. A pesar de la dura noticia que recibió, la puertorriqueña ha enfrentado el proceso con mucho positivismo.
Del Río aseguró que hoy día y luego de haber pasado por una cirugía y el tratamiento de quimioterapia, continúa levantándose cada día contenta y positiva.
En medio de su proceso, la galardonada periodista también recibió otro diagnóstico que le provocó miedo, según contó a Es Mental. Y es que le diagnosticaron otro cáncer en el rostro, el cual ya le fue removido.
Del Río ha contado su historia desde el diagnóstico, ya que así lo entiende necesario al ser una figura pública y además a través de su testimonio puede ayudar a más personas.
“Agarro el teléfono y simplemente le hablo al teléfono y digo lo que me está pasando e incluso en un momento determinado me rompo y lloro un poco cuando digo que sí que tengo miedo de todo lo que no conozco y sé que me va a venir”, dijo sobre el momento que le dejó saber a sus seguidores a través de las redes sociales sobre su enfermedad.
Para Del Río, es importante que las personas comprendan que un diagnóstico de cáncer no quiere decir una sentencia de muerte, sino que se debe luchar para “volverte eso, sobreviviente y cuando ese periodo pase, como digo yo, viviente”.
Asimismo, dijo que en medio de su proceso siempre se preguntó “para qué a mí” en lugar de “por qué a mí” en referencia a porqué le tocó enfrentar esta batalla contra el cáncer. La periodista recomendó a las personas que estén pasando por el mismo proceso que ella a empoderarse y continuar positivos.
“Lo que nunca debe salir de tu mente es que vas a luchar y que lo vas a vencer”, expresó.
Actualmente, la periodista culminó sus tratamientos de quimioterapia y su proceso continúa con 20 radioterapias y tomando pastillas por cinco a siete años.
Cada año, alrededor de 2,205 mujeres son diagnosticadas con cáncer de seno en Puerto Rico. De estas, aproximadamente 444 no sobreviven a la enfermedad.
La doctora Lourdes Feliciano, oncóloga, explicó que los primeros cambios anormales en las células de los senos pueden empezar a ocurrir hasta 10 años antes de que se pueda detectar una lesión palpable.
Por esto, es importante educarse respecto a los factores de riesgo que pueden aumentar las probabilidades de un tumor canceroso. Entre estos se encuentran la exposición prolongada al estrógeno, que la primera menstruación sea temprano (a los 9 o 10 años), que la menopausia ocurra después de los 55 años, haber recibido radioterapia o tratamientos de pastillas anticonceptivas o reemplazo hormonal. Además, el historial de cáncer de seno en la familia o tener los senos densos, también son factores que podrían aumentar la posibilidad de padecer cáncer en esta zona del cuerpo.
Debido a que las lesiones cancerosas pueden desarrollarse rápidamente una vez son detectadas, es esencial hacerse anualmente una mamografía al cumplir los 40 años. Feliciano enfatizó que también hay que mantener la costumbre de autoevaluarse mensualmente, de manera que cualquier cambio en los senos pueda ser identificado antes de que se encuentre en una etapa avanzada y sea más difícil de tratar.
Es importante destacar que, aunque causan mucha preocupación en las pacientes, no necesariamente una masa en el seno está relacionada al cáncer.
“Los adenomas o fibromas son comunes. Son masitas benignas que a veces encontramos en los senos y pueden crecer, pero no se comportan como cáncer. A veces se operan porque molestan y deforman”, explicó la doctora.
Cuando sí se encuentra cáncer en el seno, lo primero que hace el médico es identificar la etapa en la cual se encuentra y las características específicas del tumor.
“La presencia o ausencia de ciertos marcadores, receptores de estrógeno y progesterona, la presencia de HER-2 (proteína que favorece el crecimiento de células cancerosas), entre otras cosas, se evalúan para determinar el tipo de tratamiento”, señaló la oncóloga.
Con el paso del tiempo, han ocurrido varios adelantos en la atención médica para el cáncer de seno. Hoy las pacientes pueden beneficiarse de terapias que atacan características específicas del padecimiento. Es decir, reciben un trato que podría describirse como personalizado, dependiendo de cómo se esté presentando la enfermedad.
Feliciano exhortó a mantener una dieta balanceada, realizar actividad física regularmente, no fumar, tomar alcohol con moderación (o evitar la bebida totalmente), como parte de las protecciones para evitar padecer cáncer de seno.